Los padres del CEIP San José Obrero reclaman a la Junta y al Ayuntamiento que acometan las diferentes obras prometidas desde hace una década que necesita un centro "desfasadísimo". Los alumnos comen en la biblioteca, dan clase de Educación Física en el patio ante la ausencia de gimnasio y varias clases están alojadas en aulas prefabricadas.
Una biblioteca que también sirve de comedor escolar; un patio que hace las funciones de gimnasio llueve, ventee o haga frío o calor; una sala de usos múltiples demasiado pequeña; grietas en las clases, vallas rotas, jaramagos, ratas y aulas prefabricadas. Esto y más es lo que soportan los niños del colegio de educación Infantil y Primaria San José Obrero, cuyos padres, que están hartos de denunciar la situación tanto a la Consejería de Educación como al Ayuntamiento, han decidido en la mañana de este jueves salir a la calle a protestar y a reclamar una solución a un problema que se prolonga más de una década.
Y es que hace ya doce años que se les prometió el arreglo del aparcamiento exterior de tierra, que sigue tal cual y que se convierte en un barrizal cuando llueve. Y van ya para diez años del proyecto de obra que la Junta tendría que haber acometido. "El colegio está desfasadísimo", lamenta Isabel, con dos niños en el colegio, de 11 y 7 años, que denuncia que "hasta hemos tenido que venir a pintar las clases porque estaban asquerosas".
Mariló Román, secretaria del AMPA, afirma que las obras que tendría que haber acometido la Junta son las del comedor, ampliación de la sala de usos múltiples "porque los padres ni cabemos cuando nuestros hijos hacen alguna función", así como las de la ampliación del propio centro que sustituya las cuatro aulas prefabricadas que actualmente hay en el patio. Así y todo, tan mal está el colegio que Román asegura que "las aulas prefabricadas están mejor que las normales, porque están más nuevas y al menos tienen aire acondicionado. El colegio es que se cae, aquí seguimos en el siglo XIX".
Así y todo, toda las culpas no van dirigidas a la Junta. El Ayuntamiento también se lleva su parte ya que el mantenimiento le corresponde, pero el pasotismo es tal que no sólo las aulas tienen que pintarlas los propios padres cada comienzo de curso, sino que intervenciones que parecen nimias se eternizan. "Como será la cosa que tenemos pendiente desde primeros de curso que nos arreglen un escalón que lleva todo el curso roto, y hasta el otro día que se enteraron de la que íbamos a liar no nos llamaron para decirnos que ya lo tenían comprado".
Finalmente fueron más de un centenar de padres los que reclamaron, primero a las puertas del colegio y luego durante una manifestación improvisada por la zona de Palos Blancos, una solución a la Junta y al Ayuntamiento, la segunda en apenas tres días, toda vez que el pasado martes hicieron lo propio los padres del CEIP San Juan de Dios, centro que también necesita una urgente puesta a punto.
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