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Profesionales del centro critican que la Junta no haya contratado a una empresa especializada en limpieza de incendios y denuncian hasta 24 bajas por causas derivadas del hollín acumulado.

24 profesionales que trabajan en la planta de Radiología del hospital de Jerez se han tenido que dar de baja desde que se produjera el incendio en estas instalaciones a finales del pasado mes de mayo. A pesar de los distintos mensajes de tranquilidad que está dando el SAS, primero en las personas del delegado territorial de Igualdad y Políticas Sociales, Manuel Herrera y el director gerente del Área de Gestión Sanitaria Norte de Cádiz, Manuel Lubián y, posteriormente por el propio consejero de Salud, Aquilino Alonso, los trabajadores siguen denunciando la falta de una limpieza en profundidad hecha por una empresa especializada.

“El problema es que hemos ido con muy buena voluntad. Hemos tenido una mezcla de inconsciencia, voluntad de abrir el servicio y obligación, pero esto se ha limpiado de mala manera, y no hablamos de cualquier cosa, sino de un producto tóxico”, afirma una profesional consultada por lavozdelsur.es. Lo cierto es que fueron los propios técnicos y radiólogos los que tuvieron que ejercer tareas de limpieza de hollín en mobiliario y máquinas, denuncian, “usando productos de limpieza habituales, sin mascarillas o con mascarillas no aptas, cuando aquí lo que debería haber venido es una empresa especializada en limpieza de incendios. Esto es un caos y un despropósito”. El servicio de laboratorio, y en concreto el de Hematología, no escapa a este problema. Situado justo encima de la habitación donde se produjo el incendio, el hollín sigue presente en los conductos de aire.

A pesar del tiempo transcurrido, y aunque desde el SAS afirman que las tareas de limpieza están “prácticamente finalizadas”, la plantilla sigue sufriendo problemas respiratorios, picor de ojos y garganta, mareos y vómitos. El último en sufrirlo ha sido un técnico la pasada madrugada del jueves. “Era la primera vez desde el incendio que acudía a la zona afectada –hasta entonces ha estado ejerciendo sus funciones en Radiología del Materno-Infantil- y a eso de las 12 de la noche empecé a tener dolores de cabeza y mareos. A las 2 de la mañana me fui a casa y a primera hora tuve que acudir a Urgencias. He seguido trabajando toda la mañana porque me han dicho que no es seguro que me den la baja”. En este sentido, denuncian que se están produciendo “altas masivas” y que “Inspección está dando de alta a compañeros que siguen sin estar bien”. De hecho, una trabajadora denuncia que la Inspección de Trabajo le ha dado de alta sin haberle hecho un reconocimiento.

La calidad del aire también es otro asunto que preocupa al personal. El SAS afirmaba a finales de mayo que era “más que aceptable” y este pasado miércoles el propio Manuel Lubián, reunido con la plantilla, reconocía que si bien no superaba los límites de peligrosidad, sí los de confortabilidad, algo que, como es lógico, no tranquilizó a nadie. “El servicio de rayos tiene un doble techo y durante el incendio el humo se coló por ahí haciendo un efecto de chimenea. Hay hollín en los aparatos de aire acondicionado. ¿Qué es lo que estamos respirando?”, se pregunta otra profesional. “Las mediciones no son completas. El cien por cien de las personas que han trabajado en la zona más cercana al incendio se han puesto malas”, asegura otra, que de hecho afirma que un paciente con problemas respiratorios tuvo que dejar de hacerse un TAC al sentirse mal. “El TAC se ha ido abriendo y cerrando según se iba dando de baja la gente. Al gerente del hospital no le importa la seguridad de la ciudadanía. Está siendo engañada y no está siendo atendida en condiciones”.

Hasta el momento, señalan los profesionales consultados por este medio, se han cambiado las placas de los techos de uno de los pasillos de Radiología, mientras que en otros se están acometiendo labores de limpieza. “Aquí hay tela de trabajo. El hollín llega hasta arriba”, afirma a este medio un trabajador de una empresa que se encarga de limpiarlo, subido a una escalera y entre pacientes esperando a ser atendidos en Radiología.

Damián Moreno, delegado provincial de la Federación Andaluza de Técnicos Superiores Sanitarios (Fate) recuerda que un producto como el hollín “se convierte en tóxico en 72 horas”, por lo que pide que se “garantice la salud del personal y los usuarios deben de estar garantizados por un supuesto informe que haya sopesado y dado visto bueno a la reapertura, del cual al día de hoy carecemos”, por lo que solicita a la dirección de la gerencia que “nos haga llegar los informes técnicos y sanitarios que aconsejen la reapertura del servicio de Radiodiagnóstico”.

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Jorge Miró

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