La fundación promovida por el jerezano Paco Lobatón otorga los primeros 'Premios 9 de Marzo por las personas desaparecidas'.
“Quien no sufre esto no lo podrá entender, pero es que no tenemos dónde ir, no es que no sepamos; llamo todas las semanas a quien lleva el caso y nada más”. Esta es la impotencia que sienten los familiares y allegados de personas desaparecidas. Así lo describe Antonio Zurera, hermano de Angelines, desaparecida hace ocho años en la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera. Un día le avisaron de que ella no había ido a trabajar. “No era normal por su carácter; a las dos horas yo ya había puesto la denuncia en la Guardia Civil; nadie tiene un manual de desapariciones en su casa”. A lo largo de los días, de los meses, de los años, llegan a sus oídos noticias que no conocías y que no se esperaba. Indicios, conjeturas que desembocan en una oleada de angustia, desesperación e incertidumbre tremenda. “Piensas que se va a averiguar en una hora, esperé todo el día en casa de mi hermana hasta decírselo a mis padres”, recuerda Zurera. Pero no fue así.
Sus padres se instalaron dos años en casa de Ángeles para cuidar de sus nietos. Desde entonces no ha cesado en su lucha por encontrarla. Ante cualquier indicio de los vecinos, de los sumarios levantamos con máquinas… “Creemos que es un supuesto caso de violencia de género aunque no podemos demostrarlo, y verle a él por la calle...”, afirma. Al no ser resuelto el desgraciado suceso han creado la plataforma ciudadana de apoyo a Angelines Zurera, cuya capacidad de movilización a lo largo de estos ocho años ha reunido todos los avales para ser reconocida como ejemplo de participación social por los Premios 9 de Marzo por las personas desaparecidas. Estos reconocimientos son otorgados por la incipiente Fundación Europea por las Personas Desaparecidas, QSDGlobal, promovida por el periodista jerezano Paco Lobatón, que también premia a la cantante Julieta Venegas, al forense Francisco Etxeberría, al programa Tras la pista (Más vale tarde) de La Sexta y la eurodiputada Izaskun Bilbao.
Hace aproximadamente un año, el conocido y comprometido presentador de ¿Quién sabe dónde? contactó con Antonio Zurera para que participara en otro programa sobre desaparecidos. El formato era diferente, hasta entonces solo había asistido a entrevistas individuales en las que respondía a las preguntas de los periodistas. “En este caso cinco familias en torno a una mesa tomando un café respondíamos a la misma pregunta”, explica. A los dos días Paco Lobatón le cuenta la idea de la fundación para aglutinar y dar voz a las familias. “Me propone formar parte como patrono –hay diez en total-, quienes la dirigimos y representamos”.
Antes de la fundación, él, como tantas otras personas que desconocen el paradero de algún ser querido, no se sentía arropado por ninguna asociación u organización, no era consciente de la gran cantidad de personas que tienen el mismo problema y que ahora sí están unidos. La fundación está consiguiendo unir a las asociaciones en temas comunes, donde se debate para trasladar propuestas como la eliminación de las 48 horas antes de que los agentes de seguridad inicien la búsqueda. QSDGlobal está pendiente de cada desaparición. “Antes estaba desamparado, ahora sí tengo un sitio donde recurrir. Si queremos hacer una batida por el campo para buscar no sabemos cómo organizarnos, ni tenemos recursos”. La nueva organización está tendiendo puentes entre las familias denunciantes y las administraciones e instituciones competentes. En España desaparecen cada año entre 14.000 y 20.000 personas. “Tenemos unas diferencias y circunstancias diferentes pero muchos factores en común”.
Antonio Zurera sólo puede dedicar palabras de agradecimiento y admiración hacia Lobatón. “Una maravillosa persona y profesional, muy entregada a la causa de las familias que tienen a algún miembro desaparecido. Muy riguroso, metódico, no deja de estar atento a todo lo que está pasando". Según Zurera, el jerezano ha adquirido un compromiso profesional con todas las familias y está poniendo todo su prestigio profesional al servicio de éstas. “Me ha sorprendido la persona humana que es. No deja de inventar y de tender puentes para que el objetivo común se consiga. La figura de Paco y de su equipo es entrañable. Dentro de estas cosas malas que te pasan también tiene que haber cosas buenas y una de ellas ha sido conocer a estas personas”, asegura.
Este rayo de luz que surge entre ocho años de tinieblas animan a continuar buscando a Angelines, aunque su hermano, familiares y el pueblo de Aguilar de la Frontera jamás se han planteado abandonar la causa. “Nunca ha pensado en tirar la toalla, hemos hecho muchísimas cosas, pero tenemos mucho más por hacer hasta que la encontremos. Evidentemente hay bajones”. Angelines no tenía enemigos, siempre era el centro de las risas entre amigos, siempre estaba ahí cuando la necesitaban, “por eso el caso ha dolido tanto en el pueblo; tuvo la mala suerte de decidir ser feliz y seguramente eso le quitó la vida; es suficiente motivo para no querer abandonar, pero tampoco me lo permitirían”. Ahora la fundación es la gran vigía de estas y de otras tantas familias en la búsqueda de sus desaparecidos.
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