La Cátedra de Flamencología de Jerez y Estudios Folklóricos Andaluces ha puesto fin a las Noches de San Juan que ha dedicado este año a Juan Franco Martínez Juan de la Plata (Jerez, 1932 – 2015), quien fuera alma mater de la entidad, realizando justicia con una efeméride que ha pasado desapercibida por los estratos flamencos a todos los niveles: el 50 aniversario de la grabación del disco Nueva Frontera del Cante de Jerez.
Y de la mano del periodista y escritor José María Castaño (Jerez, 1970), los presentes en el Salón Mudéjar del Hotel Casa Palacio María Luisa pudieron ser testigos de una mesa redonda en la que estuvieron presentes varios integrantes de aquel trabajo, a distintos niveles, como el cantaor Mateo Jiménez Soto Mateo Soleá (Jerez, 1951), el periodista Jerónimo Roldán Rosa (Jerez, 1949) o Antonio Benítez Manosalvas (Córdoba, 1933), presidente de honor de la Peña Flamenca Los Cernícalos y que el sábado pasado celebraba junto a los suyos 90 años con nosotros, en la tercera entidad jonda más antigua de Andalucía.
“El disco Nueva Frontera del Cante de Jerez lleva 50 años grabado y aún sigue sonando fresco” señalaba Castaño, en alusión a un trabajo que se hizo posible gracias a “unos aficionados al flamenco que eran capaces de ir a Mairena en moto sin pedir nada a cambio” para inscribir a un artista en el prestigioso concurso de cante de organiza la población sevillana y que, en esta ocasión, hicieron posible “algo complicadísimo en aquella época como fue poder grabar un disco entre Jerez y Arcos, porque estas cosas antes sólo se podían hacer en Madrid”.
Así pues, sólo cinco años después de que se grabara en la capital del reino el mítico disco Canta Jerez (Hispavox, 1969) se hizo posible que “entre los estudios que tuvo antaño Radio Jerez Cadena Ser en la calle Caracuel y otros estudios de Arcos se pudiera grabar un disco antológico” del que forman parte como cantaores Juan Moneo El Torta, Paco El Gasolina, Mateo Soleá, Manuel Malena, Manuel Moneo, Diego Rubichi, Nano de Jerez, Luis de la Chicharrona y Manuel Carpio El Garbanzo, mientras que el toque tuvo como protagonistas a Moraíto Chico, Parrilla de Jerez, Niño Jero y Rafael Alarcón, gracias a “la labor encomiable que realizaron los socios de la Peña Flamenca Los Cernícalos”.
Así las cosas, señalaba Castaño que “otro de los cimientos importantes de este disco es el apoyo de la Cátedra de Flamencología de Jerez” ya que Juan de la Plata fue una de las dos personas que realizó el prólogo del mismo, además de Antonio Murciano González (Arcos, 1929) que también es quien “selecciona y dice qué cantes con qué letras se deben hacer, los estilos que cada uno debe grabar y, por así decirlo, hace de productor con esta adorada generación del cante entra por primera vez en unos estudios”. “Creo que estamos en deuda con Antonio Murciano en hacer algo sobre él” apostillaba, incidiendo en que, además de todo lo anterior, también existe la figura de “una tercera persona de la que no se habla demasiado como Manuel Ríos Ruiz, asesor discográfico en aquella época en la RCA y que fue otro de los fundadores de la Cátedra”.
Abundando sobre la forma en que se llevó a cabo la grabación, el moderador del encuentro situaba al público en el contexto que se realizó señalando que El Torta le dijo en su día que “fueron pasando por los distintos estudios como el que va al dentista; en el día, sin poder repetir, sin saber quién te iba a tocar”. A pesar de ello, se consiguió “una grabación bastante natural y esa atmósfera queda reflejada en el trabajo final” apuntaba.
Por otro lado, Castaño incidía en que la participación de Manuel Fernández Vargas Tío Borrico (Jerez, 1910 – 1983) causó “el mismo efecto en ellos que cuando los artistas del Canta Jerez le vieron aparecer por Madrid”, antes de dar paso a la grabación que contiene el trabajo discográfico en el que este patriarca del Barrio de Santiago hace una bulería con el toque de Periquín Niño Jero.
Más de medio siglo defendiendo los valores del flamenco en Los Cernícalos
“Me emociono al hablar de una cosa que empezó hace ya 54 años” relataba emocionado Antoñín Benítez recordando los inicios que tuvo su Peña Flamenca Los Cernícalos, la tercera peña más antigua de Andalucía, allá por los años 70 del siglo pasado y que contó en aquellos momentos con “poca gente que nos ayudara a los aficionados y a los que nos duele el flamenco”.
“Grabar un disco en aquella época era una aventura muy difícil porque había que hacerlo en una bobina muy grande y carísima y, además, aquí no teníamos estudio de grabación” anotaba no obstante el moderador del encuentro, agradeciendo la “colaboración estrecha de Radio Jerez que estaba en la calle Caracuel por aquel entonces”. “A los artistas sólo le podíamos poner media botella, una tapita y la herramienta” remataba por su parte Benítez.
Así las cosas, destacaba Castaño que la labor de esta peña flamenca fue fundamental para “unos jóvenes que en aquella época no gozaban de las herramientas de hoy, ni de los mánager y representantes de hoy” y muchos de ellos consiguieron abrirse camino “llegando a convertirse en grandes figuras del flamenco”.
Tecnología alemana, técnicos de la RCA y un mago del sonido de Jerez
En este sentido, el periodista Jerónimo Roldán añadía que la presencia de los técnicos de RCA en la grabación fue “muy importante” para poder desarrollar el trabajo de “un disco que suena muy bien” gracias a la labor de “un artista del sonido que se llamaba Manuel López Naval – jefe técnico de Radio Jerez- que fue fundamental para que se pudiera llevar a cabo el desarrollo de este trabajo”. “La acústica de modernidad que se le dieron a los estudios fue fundamental para el resultado final” redundaba, señalando que aquella grabación se acogió en la casa radiofónica como “medida muy gratificable para promover el flamenco”.
“A mi me gustaría resalta también un hecho muy importante de este trabajo, como fue contratar y pagar a los artistas que participaron gracias al esfuerzo de la Peña Flamenca Los Cernícalos” informaba Roldán, realizando una “pequeña apología” del gigante aficionado Antonio Benítez. Y, por otro lado, destacaba que la gran calidad de sonido del disco se debía a “la avanzadísima tecnología alemana con la que se grabó todo y el toque tan especial que le ha dado al sonido” los equipos que se realizaban en este país europeo.
Cantes de tradición oral y cantados con “mucha fatiga”
Desmenuzando el contenido del doble LP del que se compone la Nueva Frontera del Cante de Jerez, el moderador de la noche destacaba que “la verdad y la tradición oral del cante está ahí claramente representada” y que lo que se podía escuchar era “una versión personal, que recoge lo heredado, ya que el cantaor siempre se reinventa sobre la que aprende”. Y ejemplificando sobre la seguiriya que hace Mateo Soléa en disco – presente en la mesa- destacaba que “en su cante se percibe claramente a Tía Anica La Piriñaca (Ana Blanco Soto, Jerez 1899 – 1987) y lo que ella lega de Manuel Torre o de Tío José de Paula”.
“La convivencia que tuvimos todos los que grabamos este disco era buenísima” destacaba Mateo Soleá, quien señalaba que la ronda por bulería era buena prueba de ello y se puede comprobar en “todo el tiempo que dura, donde cada uno nos íbamos dando paso a los otros, el compás nos lo hacíamos nosotros y hasta tocó Alfredo Benítez la guitarra”. “Paco El Gasolina cantó por bulerías para estar tres o cuatro días de borrachera” sentenciaba, afirmando que la presencia de Tío Borrico fue “un auténtico bombazo” que provocó que “el disco se vendiera todavía mejor” porque recoge un compendio de artistas y cantaores “muy personales, con un estilo definido de cada uno, sin que nadie se pareciera a nadie”.