El edificio de los sindicatos acoge la celebración de las cuatro décadas de la constitución de la República Árabe Saharaui Democrática con actividades amenas y reivindicativas.

“Cada día mi exilio es más grande y más ancho
como mis sueños, como la esperanza del regreso”.
Exilio
, Ebnu.

Con un amplio recital de poesía los saharauis que viven en Jerez han iniciado la jornada de festejos para conmemorar los 40 años de República Árabe Saharaui Democrática, estado con reconocimiento limitado formado por la antigua provincia española del Sáhara español, anexada en 1976 por Marruecos y Mauritania y tres años más tarde completamente ocupada por Marruecos. Con versos reivindicativos y de añoranza comenzaba un día de convivencia -este sábado, 27 de febrero- en el que han faltado muchos saharauis que se han desplazado a otras zonas como Sevilla para celebrarlo.

Desde su ocupación en 1979 muchos se han trasladado hasta la península, y se han convertido en jerezanos “de adopción”. Todos ellos han notado el cambio en la sociedad, menos ajena a su lucha. “Con las actividades que venimos realizando estos últimos años es más conocida la causa saharaui y los saharauis. Hay una relación casi de hermandad, cada vez son más solidarios”, comenta una de las activistas que forma parte del colectivo de Jóvenes Saharauis de Jerez, Habiba Salama Jatri.

Españoles y saharauis han asistido a una gran fiesta abierta a todos que ha contado con la colaboración de ASPO, Acción Solidaria con los Pueblos Oprimidos. También con la visita inesperada de reporteros de la televisión pública italiana, quienes han venido a realizar un documental sobre refugiados. “Se han interesado y han pasado parte del día con nosotros”, cuenta la joven. “Somos refugiados, pero aquí no se nos reconoce así, sino como extranjeros económicos, pero al fin y al cabo somos refugiados”, remacha.

“Con las actividades que venimos realizando estos últimos años es más conocida la causa saharaui y los saharauis. Hay una relación casi de hermandad, cada vez son más solidarios”

A las 16:00 horas comenzaron las actividades dirigidas a los más pequeños, muchos de ellos han conocido poco o nada su tierra y son ajenos aún a relevancia de aquello que festejan, por lo que luchan. Mientras los niños y niñas participan en juegos tradicionales, los mayores intercambian impresiones sobre sus vidas en Jerez durante un coloquio. Además, han proyectado el cortometraje El tribalismo también es traición, del también activista Mohamed Hnini. Este documental refleja la negatividad del tribalismo en la sociedad saharaui, “una de las mayores lacras sociales, un tema elemental que la juventud debe combatir ya que representa innegablemente el futuro de la sociedad saharaui y su causa”.

Durante todo el día, los asistentes han disfrutado de la música saharaui, han compartido té, y han bailado en compañía –algunas mujeres lo hacían con el rostro tapado para no sonrojarse-. Un poco de alegría entre larga y enconada causa saharaui.

Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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