El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado el despido disciplinario de un empleado de Decathlon en Lepe, en Huelva, por haber permitido que un cliente, con el que mantenía una relación de confianza, se llevara una tabla de surf después de que él mismo le devolviera el dinero. El alto tribunal andaluz considera que el gesto constituye “una transgresión de la buena fe contractual” y “un abuso de confianza”, ratificando así la actuación de la empresa.
Según recoge Andalucía Informa, los hechos se remontan al 4 de octubre de 2022, cuando el trabajador tramitó la devolución de una Surfboard 900 6’ Soft, valorada en 199,99 euros. Según el fallo, tras realizar el reembolso, permitió “a renglón seguido” que el cliente saliera de la tienda con el artículo. Al día siguiente, comunicó a una responsable que había actuado “como gesto y bajo su responsabilidad”.
La empresa calificó su comportamiento como una falta muy grave y, el 14 de noviembre de 2022, le entregó la carta de despido. El hombre recurrió la decisión, pero el TSJA, en una sentencia dictada el 10 de julio de 2025, ha desestimado su recurso y respaldado la medida tomada por Decathlon.
El trabajador se saltó los protocolos
El tribunal considera probado que el empleado incumplió los procedimientos internos de la compañía al permitir que el cliente se llevara un producto ya reembolsado. Además, rechaza el argumento del trabajador, que alegó que su despido fue una represalia por haber denunciado previamente el trato vejatorio de un superior durante la descarga de un camión. El TSJA lo descarta de plano: la causa del despido, afirma, fue “cierta, objetiva y suficiente”, es decir, la entrega irregular de la tabla.
La sentencia también subraya que Decathlon cuenta con protocolos claros para gestionar artículos defectuosos. Estos establecen que deben revisarse, enviarse a taller o destruirse si no pueden repararse. En los casos en que los defectos sean solo estéticos, el producto puede venderse dentro del programa “Decathlon Ocasión”.
El tribunal incluso cita un correo previo de un superior que detallaba el procedimiento: “Si el defectuoso es reparable, lo tratamos al momento (...). En el caso de que no se pueda reparar, lo tiramos directamente a la basura; en el caso de que sí, se embala y se prepara para su salida en camión”.
Por todo ello, el TSJA concluye que el trabajador actuó por su cuenta, al margen de las normas internas, lo que justifica el despido disciplinario por vulnerar la confianza depositada en él.


