Varios puntos de Andalucía están sufriendo desde la tarde de este lunes la llegada de humo procedente de los enormes incendios que azotan varios puntos de la Península. En concreto, los más cercanos a Andalucía se encuentran en Jarilla (Cáceres) y Portugal.
Un cambio en el viento ha comenzado a traer a la comunidad andaluza los restos de biomasa quemada y se hace palpable en el ambiente justo cuando acaba la ola de calor.
Uno de esos casos es Córdoba capital. Sin que haya un incendio en la zona, afortunadamente, en la tarde del lunes se notaba ese olor a quemado, acompañado también de una especie de neblina gris que se nota al mirar hacia lo lejos.
La situación viene marcada por el enorme número de hectáreas que se están quemando en zonas que están al Noroeste de Córdoba. Sin embargo, parece que no es el único punto donde se ha notado, sino que en la Sierra Norte de Sevilla también habría empezado a notarse ese olor y no es descartable que acabe llegando a más zonas.
En estos días, la situación es muy grave. La vigilancia satelital de Copernicus sitúa el número de hectáreas quemadas en España en unas 350.000, quizás el peor verano en mucho tiempo, si bien es pronto para hacer balance porque por desgracia el fuego aún continúa activo y así seguirá hasta que no cambie el tiempo.
El problema del intenso calor no es solo cuando aprieta, sino cuando por la noche no se produce un aumento de humedad y la vegetación no alcanza a hidratarse lo suficiente, prendiendo mucho más fácilmente cuando llega una chispa o cualquier elemento que inicie el proceso. Además, es muy difícil que pare una vez se inicia, teniendo en cuenta también que muchas comunidades no cuentan con servicios tan profesionalizados y amplios como los del Infoca, que a pesar de las dificultades y la precariedad, está bien dimensionado, como señalaban sus propios profesionales en un reportaje este domingo en lavozdelsur.es.