Hace apenas diez días, el prestigioso y premiado Alberto Campo Baeza se hacía fotos en el mirador Entrecatedrales. Es una de las obras emblemáticas del arquitecto vallisoletano, gaditano de adopción desde adolescente.
El ganador del Premio Nacional de Arquitectura en 2020 puede tener motivos para el orgullo profesional. Otra cosa es lo que la ciudad haya hecho con esa pieza, con su diseño.
En 2025 se cumplen diez años de la inauguración y quince del final de los trabajos. Tardó en inaugurarse y siempre fue polémico -el creador y un empresario local casi llegan a las manos en el tapeo de presentación- porque la maldición del deterioro y el abandono persiguen una instalación potencialmente hermosa, prodigiosa.

Una exposición arqueológica permanente, ya eliminada porque estaba cerrada del mismo modo, cristales opacos por abandono, vandalismo, suciedad constante, grupos de chavales pasando el rato y personas sin hogar buscando refugio han sido las imágenes más habituales en tres lustros y pico de existencia, en una década de teórico uso.
Apenas funciona su hipotético atractivo turístico. Es un bluff crónico en la práctica. Entrecatedrales es un mirador metálico, en dos alturas, pintado en blanco y ubicado entre el que fuera primer templo de la ciudad Santa Cruz (vulgo catedral vieja) y la actual Catedral de Cádiz.
De ese emplazamiento viene su obvio nombre. Ocupa un espacio privilegiado, elevado sobre el Atlántico a través del Campo del Sur y colindante con el Teatro Romano, junto al muy turístico barrio del Pópulo, vestigio medieval de la ciudad. Ni con todas esas virtudes ha bastado.

Todo eso nunca ha valido para sacar el recinto de una espiral de polémicas, suciedades, cierres, reaperturas y malos usos desde que fue entregado en 2009 e inaugurado en 2015.
Desde entonces, ni el último mandato de Teófila Martínez, ni los dos de José María González Kichi ni el primero de Bruno García lograron darle lustre de forma estable. Nadie ha sabido, nunca, qué hacer con este supuesto regalo.
Reproduce la decepción de la pérgola de Santa Bárbara pero a pequeña escala y, en lugar de estar sobre el perfil de la Bahía, está sobre el Océano.
La última denuncia es municipal: interna y oficial
"Estamos hablando de una negligencia por parte del alcalde y de la concejala de Cultura y Personal, Maite González", asegura la última denuncia de Adelante Izquierda Gaditana.
La instalación acoge esporádicamente algunos cursos al aire libre, espectáculos de ciclos como Cádiz en danza o visitas guiadas de turistas. Sin embargo, nunca tiene actividad turística regular.
La última reapertura, tras las enésimas obras de hipotética mejora, se produjeron el pasado mes de septiembre
Tras el último episodio de protestas, cierre y obras, Entrecatedrales fue reabierto tras hipotéticas mejoras en septiembre de 2024. Da igual, siguen las quejas por deterioro, suciedad y desperfectos.
La denuncia, para mayor gravedad, no llega de ningún concejal de la oposición, enfadado, fiscalizador e hipercrítico por definición.
Es una valoración de un área municipal. El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del propio Ayuntamiento de Cádiz realizaba un informe muy negativo este mes de junio. Alertaba de numerosas carencias y riesgos, para visitantes y empleados municipales.
Además de los óxidos, los residuos sólidos y la clausurada, siempre inutilizada, planta baja, el dictamen oficial hablaba de un "auténtico despropósito".
Esta impresión está basada en la observación de "un cuadro eléctrico sin elementos de protección, goteras, falta de suministro de agua y de aseos, falta de aire acondicionado o vigas metálicas a baja altura que suponen un peligro, al igual que la ausencia de extintores en toda la instalación".
"Las graves deficiencias suponen un riesgo para la salud tanto de los trabajadores como de los visitantes"
A la vista de ese documento, el grupo municipal de Adelante Izquierda Gaditana alerta de la "negligencia" cometida por parte del gobierno local con la reapertura "con diversas deficiencias graves que suponen un riego para la salud y la integridad física tanto de los trabajadores como de los visitantes".
"Han demostrado ser capaces de anteponer los anuncios, los titulares y el autobombo vacío antes que la seguridad de las personas que allí trabajan y que visitan este recinto arqueológico pues lo han abierto al público a pesar de no reunir unas condiciones mínimas", critica el concejal Carlos Paradas.
El debate llegó a último pleno ordinario, celebrado este jueves 26 de junio, en el que las críticas de la oposición ante "esta chapuza", obtuvieron esta respuesta de la delegada de Turismo, Beatriz Gandullo: "Es mucho mejor ver Entrecatedrales abierto que ver Entrecatedrales completamente cerrado".



