Este miércoles se cumplieron seis años del fallecimiento de Manolo Santander, uno de los grandes nombres del Carnaval de Cádiz. Autor de pasodobles que ya forman parte de la memoria popular, dejó como legado piezas emblemáticas como Me han dicho que el amarillo..., convertida desde 1998 en un himno oficioso del Cádiz C.F..
Su hijo, Manolín Santander, evocó la ausencia de su padre con palabras cargadas de emoción. “6 años que Cádiz es menos Cádiz, la Viña es menos Viña, y mi vida es menos vida”, señaló en un mensaje en el que subrayó la huella imborrable que dejó tanto en la fiesta como en la ciudad.
Una herencia sentimental y artística
En su declaración, el hijo del chirigotero pidió disculpas por su trayectoria personal. “Ojalá me perdones por mis errores que mancillaron tu nombre, pero sin ti no sé andar”, dijo en alusión a los momentos difíciles atravesados en los últimos años, tras verse implicado en un presunto fraude denunciado por un empresario de Jerez.
También quiso destacar el vínculo que une a la familia con la memoria del artista. “Tu nieta habla de ti como si hubiera estado contigo todos los días. Y la gente te quiere mucho y te recuerda cada día”, afirmó, recordando el cariño que Cádiz sigue mostrando hacia la figura de su padre.
El homenaje se trasladó por la tarde a la calle Hospital de Mujeres número 67, lugar donde nació el chirigotero. Allí se reunieron familiares, amigos y vecinos en un acto de recuerdo que volvió a poner de relieve la importancia de su legado en el imaginario popular.
La Chirigota de la Viña interpretó varias coplas en su honor, manteniendo vivo el espíritu del autor. “Hemos vuelto a recordarte y la gente ha vuelto a cantarte para que estés con nosotros”, expresó su hijo, convencido de que la memoria de Manolo Santander seguirá latiendo en cada rincón de la ciudad y en cada compás del Carnaval.




