Un superviviente a las crisis y a la masacre del comercio local en el centro de Cádiz. A su alrededor, varios negocios han echado el cierre, otros continúan su rumbo con esfuerzo y, otros, emergen. Pero uno de los locales más antiguos de la provincia gaditana perdura en el tiempo. El sueño de un abuelo chiclanero sigue vivo gracias a su nieto. “La clave ha sido ir cambiando y modernizándolo, si no, te quedas estancado”, dice Narciso Lara Tovar, gaditano de 37 años que pertenece a la tercera generación de la empresa Isi Modas.
Hace 78 años, Isidro Tovar, al que todos llamaban Isi, fundó una tienda bautizada con dicho diminutivo en el número 31 de la calle Columela. Corría el año 1945 cuando vio que un local de lencería “tenía tirón” en pleno casco histórico de la Tacita de Plata. “Fue la época de los pantys y estaba empezando el tema de la publicidad. Fue una época en la que Cádiz tenía mucho poder adquisitivo”, explica Narciso que desgrana la longeva historia del negocio que regenta en la actualidad.
El invento no le fue nada mal así que Isidro se lanzó a abrir otras tiendas de moda para hombre, mujer y niños. Se sumergió en un proceso de expansión que le dio a conocer por toda la ciudad. “Llegamos a tener hasta ocho tiendas abiertas al mismo tiempo”, comenta el gaditano que se encuentra en una de ellas, la de la calle Novena.
Sus columnas señoriales forman parte de la historia comerciante del municipio y raro es el vecino que entre y no exclame: “Aquí venía a comprar mi abuela”. Este local que, con anterioridad, albergaba un negocio de telas, abrió sus puertas el 28 de octubre de 1969, mismo día en que se inauguró el emblemático puente Carranza. 54 años vistiendo a generaciones de familias.
Cuando Isidro falleció, su hijo Juan Tovar le dio el relevo y se convirtió en una figura activa en la asociación Cádiz Centro. “Aquí ese apoyo siempre hace falta”, dice. Tras doce años, Juan se jubiló y en 2013 Narciso se puso al frente de Isi Modas, tras haberse formado en Londres y en Holanda. Con la idea de volcar toda su experiencia en la empresa familiar, el gaditano se incorporó a esta tienda, que comenzó solo con moda de mujer y, después, introdujo la de hombre.
Él adaptó el negocio a los tiempos y le dio una vuelta de tuerca. “Cuando llegué traje ropa más actual porque se había vuelto una tienda un poco clásica”, dice con un metro colgando de su cuello.
"Fuimos los primeros en vender 'Lacoste'"
A lo largo de las décadas, crearon marcas propias como Diferente, que era de ropa de mujer más exclusiva, y Basic, para jóvenes. “En esta teníamos zapatillas de 400 euros y vaqueros de más de 300 euros, teníamos los pantalones rajados cuando todavía no se llevaban y venían todos los jugadores del Cádiz CF, que entonces estaba en primera división, y gastaban un pastón”, recuerda rodeado de chaquetas.
Narciso concentró todas las marcas en esta tienda, la única que queda, consolidándose como una multimarca que trae prendas de fabricantes europeos, desde Belstaff hasta Barbour. “Fuimos los primeros que vendimos Lacoste en Cádiz”, señala el gaditano que cada año apuesta por nuevas marcas en función de las tendencias. En breves viajará a la Feria de la Moda de Madrid para adquirir la temporada del año que viene.
De las perchas cuelga desde ropa casual o sport hasta vestidos para ceremonias como las bodas. Chaqués de novio, chalecos o americanas. Además, son especialistas en fabricar trajes, camisas o chalecos a medida. “Te podemos hacer todo lo que se re ocurra o buscar un fabricante que lo haga”, comenta mostrando unas cartas de tejidos para chalecos. Hay clientes que piden “cosas especiales” como un traje de smoking rosa, o quiere llevar complementos atrevidos como una pajarita de madera.
A los servicios de sastrería se suma el alquiler de chaqué o smoking. “Ya no solo el clásico sino también el azul y cada vez más colores”, dice con una chaqueta de color verde.
Su ropa es “de calidad” y eso lo saben bien los comparsistas, chirigoteros, actores y otros famosos que han aparecido por la tienda desde sus orígenes. Según cuenta, “han venido todos los alcaldes de Cádiz”. Narciso sigue intentando que eso no cambie y que las personalidades continúen demandando sus trajes.
El gaditano sujeta un recuerdo con el primer logo que tuvo la empresa. Detrás de él se observa una fotografía de su abuelo Isidro y uno de los primeros anuncios de la “casa especializada en medias Columela 31”. Larga vida a este negocio histórico que se mantiene en pie pese a todo.
Comentarios