Pequeños establecimientos de Cádiz son víctimas de un estafador profesional, experto en ganarse rápidamente la confianza de los propietarios para la sustracción de diversas cantidades de dinero.
Cádiz se caracteriza por ser una ciudad tranquila, abierta y, sobre todo, hospitalaria. De ello se está aprovechando durante el último mes un timador que, siguiendo un guión que podría estar sacado perfectamente de una película, estafa a los gerentes de pequeños comercios tanto del casco histórico como de la zona de extramuros. La última estafa que se ha conocido se cometió el pasado jueves, cuando se llevó de un local en el centro de Cádiz la cantidad de 25 euros. Con un físico cuidado, bien vestido y sin ningún complemento que tape alguna facción del rostro, el individuo entra en los establecimientos haciéndose pasar por cliente habitual, ganándose de esta forma la confianza de los trabajadores que estén en ese momento en el interior.
El estafador conoce a la perfección quién se encuentra en el local y, en la mayoría de ocasiones, acude “de parte de un familiar” según asegura uno de los estafados, que prefiere no desvelar su identidad. “Da nombres típicos al azar y no suelta el móvil en ningún momento, se marcha con la excusa de tener el coche mal aparcado y regresa acelerado asegurando que se lo lleva la grúa y que necesita efectivo porque no tiene en ese momento”. La habilidad del timador es tal que ninguno de los trabajadores repara en que los operarios de la grúa no recogen dinero a la hora de llevarse los vehículos.
En la plaza de Los Balbos lo ha intentado en varios comercios, aunque sólo en uno consiguió llevarse dinero. "Entró como si fuera un cliente habitual, llamándome por mi nombre, yo acababa de volver de vacaciones y me preguntó cómo me había ido", cuenta la víctima que cayó en su trampa. "Me dijo que venía de parte de su mujer a recoger un pedido, aunque podría estar a nombre de su suegra", comenta con la resignación de no haberse dado cuenta antes. "Hizo el paripé de ir al coche con una excusa y volvió más acelerado de lo normal, hablando por teléfono y diciéndome que se lo llevaba la grúa, fue cuando empezó a pedirme por favor que le prestase 40 euros y que él me los daría cuando sacara dinero", confiesa, aunque reconoce que le extrañó aquello de pagar a los operarios en el momento. "Me di cuenta del timo cuando salió la noticia de tantos comercios de Cádiz a los que les había pasado lo mismo", sentencia.
Otro de los propietarios a los que intentó sustraer poco menos de 70 euros llegó incluso a montarlo en su coche personal para ir “en busca de la supuesta grúa, porque me hizo sentir que la culpa era de mi empresa al tardar en atenderlo, así que quise ayudarle”. Sin embargo, la gerente de un comercio cercano presenció la escena y no dudó en ponerse en contacto con él. “Lo tenía sentado a mi lado y cuando me enteré de quién era lo bajé del coche con una excusa, aunque cuando el estafador se dio cuenta de que yo ya lo sabía lo único que quería era marcharse”.
Pese a ser el timo al que más ha recurrido, no es el único al que se agarra. En la plaza de las Flores cambió su repertorio y, con la intención de vender supuesto pescado fresco, engañó a uno de los propietarios de la zona. Asegura que tiene kilos de sepia a muy buen precio e incluso pide que alguien de confianza de la víctima le acompañe a por ella. Con esta técnica logró sustraer 70 euros, asegurando el trabajador que “engaña muy bien, parece actor”. Desde la Asociación de Comerciantes Cádiz Centro aseguran que “se ha convertido en un problema serio, porque no para de estafar a gente” y, ante la ausencia de denuncias, entienden que “no lo hacen por miedo”, aunque afirman que se tomarán cartas en el asunto para tratar de parar esta práctica que, en los últimos días, se ha convertido en algo habitual.
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