Violenta muerte de un niño en Almería: los vecinos relatan que el pequeño Luca vivía con miedo

En unas imágenes que circulan por redes se puede apreciar el trato que le dispensaba la pareja de la madre al menor

La pareja de la madre de Luca, junto al menor.
La pareja de la madre de Luca, junto al menor.
05 de diciembre de 2025 a las 09:00h

La muerte violenta de un niño de cuatro años en Garrucha (Almería) ha generado una profunda consternación entre los vecinos, que siguen pendientes de una investigación centrada en esclarecer el grado de participación de la madre y de su pareja en el fallecimiento del pequeño Luca. Según se ha sabido, la mujer, de 21 años y embarazada de su actual pareja, llegó a admitir ante un familiar su implicación en el suceso. “Creo que he matado a mi hijo. Lo he abandonado en una caseta de la playa”, fue el mensaje que habría enviado.

La Guardia Civil ha señalado que la pareja de la madre mantenía una orden de alejamiento en vigor y había sido investigado previamente por maltratar al menor. En redes sociales circula un vídeo que, según las mismas fuentes, mostraría escenas de maltrato y el miedo que el niño sentía hacia él. En las imágenes se observa cómo el hombre zarandea y arroja al suelo al pequeño, un comportamiento que, según vecinos de la zona, era “evidente” y conocido en el entorno más cercano.

Testimonios que refuerzan las sospechas

La familia materna ha descrito una relación marcada por la presión y el miedo. “Ese hombre con el que vivía le llevó a hacer una cosa que no quería. Ella quería mucho a su hijo”, declaró el abuelo materno, quien insiste en que la mujer actuó bajo la influencia de su pareja. Estas palabras han añadido nuevos matices a un caso que continúa bajo análisis policial y judicial.

La tía del pequeño aportó, en declaraciones a La Sexta, un testimonio que incrementa las dudas sobre lo ocurrido en los días previos a la muerte. “Hace justo siete días fui a verlo donde trabajaba su madre y tenía un golpe en la cara que no era normal”, explicó. Ese día, Luca llevaba una capucha: “Se la quité y la madre me dijo que se había caído, que no le había pasado nada, que ni lloró. Pero cuando levanté la capucha, tenía muchos moratones y una inflamación enorme”.

La alerta a los agentes se produjo cuando el padre de Luca, preocupado al no tener noticias, avisó a la Guardia Civil. La búsqueda terminó horas después con el hallazgo del cuerpo sin vida del menor en una playa situada entre Garrucha y Mojácar, un punto que ahora es analizado con detalle para reconstruir los últimos movimientos de la madre y su pareja.

El caso permanece abierto mientras se practican nuevas diligencias y se esperan los resultados de las pruebas forenses. Las autoridades continúan recopilando testimonios y materiales audiovisuales que permitan determinar si la muerte del niño fue consecuencia directa de un episodio de violencia o si existieron otros factores que influyeran en el desenlace.

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Rubén Guerrero.

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