España vuelve a ser campeona de Europa de baloncesto, esto de por sí no es noticia porque ya se ha convertido en habitual. Sin embargo, en esta ocasión si ha sido una completa sorpresa. La selección española llegaba tras un cambio generacional y con un grupo que podía considerarse de transición. Prácticamente nadie confiaba para este Eurobasket y el triunfo ha sido un hito del deporte español, como señalan la mayoría de crónicas.
Aunque entre el combinado nacional había jugadores conocidos, lejos queda la época de los Gasol, Navarro o Calderón. En esta ocasión se juntaban tres suplentes de la NBA, varios jugadores locales de la ACB y Lorenzo Brown, el nacionalizado de última hora por la lesión de Ricky Rubio. Entre los jugadores nacionales la mayoría eran desconocidos para el gran público, pero uno ha llamado especialmente la atención.
No tiene mucha altura, pero es pelirrojo, algo suficiente para llevarse los focos. No ha sido eso lo único a destacar de Alberto Díaz, un pelirrojo que se ha convertido en un héroe inesperado por su intensidad y capacidad defensiva, unas cualidades que han desactivado a los mejores rivales durante las eliminatorias. Para ejemplo, la semifinal con Alemania, la presencia de Alberto Díaz hizo que España tuviera un parcial sobre saliente, mientras que sin él los alemanes se escapaban en el marcador.
Díaz es malagueño y llegó al Eurobasket de rebote, nunca mejor dicho. La lesión de Sergio Llull provocó su convocatoria a pesar de que había sido de los primeros en ser descartados durante la preparación por el seleccionador. Díaz juega en el club de su vida, Unicaja de Málaga y a sus 28 años acaba de convertirse en un referente del baloncesto nacional. No tiene excesiva capacidad anotadora, ni ofensiva, pero ha demostrado ser imprescindible en cualquier equipo.
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