Aunque era el primer día del cuadro principal de Roland-Garros 2025, el tenis pasó a un segundo plano en París cuando el torneo se detuvo para rendir homenaje al 14 veces campeón del torneo, Rafael Nadal. La cancha Philippe-Chatrier se transformó en escenario de una despedida tan histórica como emotiva.
Tras concluir la sesión matinal, todos los focos se centraron en el regreso del manacorí a la pista que tantas veces le vio triunfar. Allí, 15.000 aficionados lo esperaban con camisetas rojas con la inscripción Merci Rafa, preparadas especialmente para la ocasión.
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— Roland-Garros (@rolandgarros) May 25, 2025
Una ovación que retumbó en París
La entrada de Nadal fue recibida con una ovación ensordecedora, una explosión de amor y admiración que eclipsó cualquier otro momento del día. El 20 veces campeón de Grand Slam habló al público en inglés, español y francés, agradeciendo el cariño recibido a lo largo de su carrera.
El clímax llegó cuando Roger Federer, Novak Djokovic y Andy Murray le acompañaron en la pista, en un gesto que simbolizó la era dorada del tenis masculino. Nadal abandonó el estadio con su hijo en brazos, en un cierre que dejó a todo el público con los ojos llenos de lágrimas.
El momento fue inmortalizado por el periodista Chris Oddo, que presenció la escena desde el borde de la pista. “No quedó ni un solo ojo seco en Chatrier”, resumió. Un instante que ya es parte de la historia del deporte.
Rafa Nadal Jr. aún no lo sabe, pero acaba de vivir uno de los momentos más espectaculares posibles en la historia del tenis y del deporte ❤️pic.twitter.com/Omg2KuPQa9
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Sabalenka y Musetti brillan en lo deportivo
En cuanto a lo puramente tenístico, la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, fue la gran protagonista del día en lo deportivo. La bielorrusa arrasó en su debut, cediendo solo un juego en su camino hacia la segunda ronda.
También destacó el italiano Lorenzo Musetti, que continúa mostrando un nivel brillante. Ante el alemán Yannick Hanfmann, el joven talento firmó un cómodo 7-5, 6-2, 6-0 que lo coloca entre los aspirantes a seguir muy de cerca.
Pero, por un día, el tenis fue solo la excusa. Roland-Garros se rindió a su rey, y Nadal respondió con una sonrisa, una reverencia y un adiós que quedará grabado para siempre en el corazón de París.