Un Viernes Flamenco de Jerez como los de toda la vida

La Asociación Cultural Flamenca 'Luis de la Pica' cuelga el cartel de 'no hay billetes' en las taquillas de Los Claustros de Santo Domingo en la jornada de clausura; Luis 'El Zambo', Aitana de los Reyes, junto con un atractivo fin de fiesta con Pastora Galván ponen colofón al este ciclo en 2024

Fin de Fiesta por bulerías con Pastora Galván, Triana Vargas y Rocío Jiménez al baile en el último Viernes Flamenco de Jerez
Fin de Fiesta por bulerías con Pastora Galván, Triana Vargas y Rocío Jiménez al baile en el último Viernes Flamenco de Jerez
12 de agosto de 2024 a las 19:48h

Viernes Flamencos de Jerez 2024

Espectáculo: Viernes Flamencos - Lugar: Los Clasutros de Santo Domingo (Jerez) - Aforo: No hay billetes - Fecha: 9 de agosto de 2024 - Cante: Luis El Zambo, Juan de la Maria, Enrique Remache, El Chanquita, Zambullo, Momo Moneo y Manuel de la Nina - Guitarra: Domingo Rubichi, Fernando del Morao y Rubén Martínez - Baile: Pastora Galván, Triana Castro, Rocío Jiménez y Luisa Méndez - Palmas: Ali de la Tota, Juan Grande, Luismi Fernández, Luis Blanco, Juan Castro, Angel Peña.

Ni los más viejos del lugar recordaban que se colgara el cartel de 'no hay billetes' en las taquillas de un Viernes Flamenco en Jerez en los últimos años. La fórmula clásica — y de toda la vida— en la que un artista novel, otro más veterano o consagrado y un atractivo fin de fiesta, parece que despierta el interés del público. Funciona. Y además de funcionar, quienes allí estuvieron se fueron para casa con la satisfacción de haber disfrutado de una noche de cante, baile y toque flamenco de primer nivel.

La jornada de clausura de este ciclo musical que lleva a cabo Fundarte y la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Jerez en Los Claustros de Santo Domingo, bajo la organización de la Asociación Cultural Flamenca Luis de la Pica, nos deparaba de nuevo uno de esos días en los que "solo falta aquí a Manolo Montoro con sus papelones de pescao frito y donde poder tomarnos una cerveza", tal y como añoraban algunos asistentes. Otros, más nostálgicos, se acordaban del Cine Astoria o incluso hasta "del auditorio al aire libre de IFECA".

Aitana de los Reyes
Aitana de los Reyes, de negro, bailando por seguiriyas en el último Viernes Flamenco de Jerez. Tamara Pastora

Y no les faltaba, ni les falta razón. Sobre todo porque, en los formatos y calores estivales actuales, el horario de comienzo entra directamente en conflicto con los horarios hosteleros de la zona y no hay donde poder tomar nada para saciar el apetito al acabar los espectáculos. Quizás una de las fórmulas a tener en cuenta — y que puedan animar que público acuda— sea, precisamente, volver a los orígenes y, entre otras cosas, que no tenga nadie que salir corriendo de la zona de butacas para buscar donde "tomarnos un montaíto o encontrar dónde nos quieran dar algo".

Porque lo de Los Claustros de Santo Domingo el viernes pasado ya no se lo iba a quitar nadie. El baile fue el primer protagonista de la velada, en el cuerpo de la joven Aitana de los Reyes. Bailaora de corte clásico y ortodoxo, se acompañaba al cante por Juan de la María y Enrique Remache y el toque de Fernando del Morao, para cuajar una actuación muy a tener en cuenta.

La artista portuense dejó atrás hace algún tiempo la etiqueta de novel y, con la exigencia que requería la cita, primero por seguiriyas y después por soleá — con el preceptivo cambio de vestuario— puso al público tan de pie como a tono en la misma bienvenida de la noche, refrendándose como una bailaora que ya tiene el poso y el peso suficiente para aspirar a tener más presencia en los festivales de verano y las peñas flamencas de enjundia, como mínimo.

Luis El Zambo junto a Domingo Rubichi en el último Viernes Flamenco de Jerez.
Luis El Zambo junto a Domingo Rubichi en el último Viernes Flamenco de Jerez. TAMARA PASTORA

Y con el mismo poso, peso, cuajo, experiencia, veteranía y, sobre todo, ganas, muchas ganas, Luis El Zambo se contagiaba del buen ambiente y ofrecía una lección magistral de cante made in Santiago, sin salirse del carril, junto a Domingo Rubichi al toque.

El cante corto con genoma de calle Nueva y Cantarería, ese que resucita a los grandes embajadores que son santo y seña del barrio arrabalero más flamenco del mundo, es el pilar fundamental sobre el que se sustenta la manera de decir el cante en un Luis El Zambo. Actualmente, el cantaor jerezano es valedor de los conocimientos adquiridos a través de la transmisión oral, legado familiar y afición, que son la mejor herencia que puede recibir un territorio jondo, más allá de capitalidades, catedrales y demás metáforas retóricas con las que territorios que solo buscan notoriedad por el camino fácil para autodefinirse.

Bulerías por soleá — que no soleares por bulerías—, un ramillete de fandangos con Domingo Rubichi presto y atento a su izquierda, al igual que en la seguiriya, torrera  y rematada en el asidero del Loco Mateo con la fortaleza de las olas del mar en calma, allanaban del terreno para una larga bulería, donde terminaron bailando Juan Grande y Juan Castro antes del fin de fiesta que estaba preparado.

Un fin de fiesta que en sí mismo era ya un espectáculo y del que formaba parte Pastora Galván como principal protagonista, además del cante de Manuel de la Nina, Zambullo, Pedro Montoya El Chanquita y Momo Moneo, Domingo Rubichi y Rubén Martínez al toque y las palmas de los oficiales de la noche: Juan Castro, Ali de la Tota, Ángel Carpio, Luismi Fernández, Luis Blanco y Juan Grande. Media hora de soniquete y compás de primera especial, al que hubo que añadir al baile una jovencísima Triana Castro que se ganó el cariño del público con su desparpajo, así como los de Luisa Méndez y Rocío Jiménez, que pusieron también su granito de arena en una orquestada improvisación, tal y como si estuviésemos todos en el patio del colegio Carmen Benítez, sede de la entidad flamenca y lugar donde buen seguro siguió la fiesta hasta bien entrada la noche.

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David Montes

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