La sala Julián Cuadra acoge hasta el 4 de septiembre la exposición 'Flip Flop Art' de los alfareros Tuty Márquez y Fernando García Durán, que llevan casi 20 años exponiendo en esta instalación aledaña al Museo Arqueológico.
La sala Julián Cuadra se ha inundado de nenúfares de colores. O esa es la primera impresión. La pareja de artistas jerezanos, Tuty Márquez y Fernando García Durán, que entró en contacto a través de la asociación de ceramistas de Jerez, fundada por Rosa Otero, inaugura una nueva exposición en el espacio adyacente al Museo Arqueológico. Flip Flop Art (Arte en chanclas) es el proyecto artístico que ambos abren y que se podrá contemplar hasta el 4 de septiembre. García Durán cuenta que lleva cerca de 20 años exhibiendo muestras de cerámica cada verano en la misma sala junto a su compañera de alfarería. Ambos presentan sus obras por separado, pero en un mismo espacio.
"La primera exposición fue sobre versiones de piezas del Museo Arqueológico. Este año no, pero casi todos los años hacemos una versión de alguna pieza de aquí", comparte el ceramista. Guardan un vínculo especial con el Museo, ya que de vez en cuando ambos se dan un paseo por sus interiores para contemplar a los “maestros”. Fernando García Durán nace en la calle Larga, finaliza sus estudios universitarios, pero decide tirar para Salvatierra de los Barros, un pueblo de Badajoz famoso por la cerámica. "Eres pequeño, no tienes responsabilidades y te puedes perder por Extremadura trabajando en una alfarería", apunta el jerezano, quien tenía como afición trabajar el barro. En tierras extremeñas aprende el oficio, artesanía que ahora enseña en su taller de la plaza San Andrés.
"Yo me doy cuenta de las piezas que he hecho cuando llego aquí y las expongo. Y cuando los traje dije, qué de peces he hecho este año, ¿no?"
En el suelo del salón están las obras de Tuty Márquez, unas formas coloridas con vuelos irregulares. El artista jerezano explica que se trata de un encargo que primero va a permanecer en la sala y que luego mandarán a su destino: un taller de arquitectura. Mientras, las 31 piezas "alocadas" de Fernando García Durán son, en su gran mayoría, flores, peces y crustáceos. "Yo me doy cuenta de las piezas que he hecho cuando llego aquí y las expongo. Y cuando las traje dije: qué de peces he hecho este año, ¿no? Pero hasta que no llego aquí no sé qué traigo. No te puedo explicar un motivo porque no lo sé", responde el alfarero, después de pensar durante un rato la temática de su exhibición. No sabe titular lo que expone en la sala y dice que no hay un significado oculto. Simplemente quiere que la gente salga de la sala más feliz de lo que entra. Busca sonrisas y alegría.
El nombre de la muestra no tiene nada que ver con el "arte en chanclas". García Durán indica que utilizaron el concepto por su sentido veraniego, pero que realmente no son piezas con chanclas. Son obras hechas con barro rojo, cerámica, madera y metal. "Suelo usar muchos materiales", apunta el alfarero jerezano, mientras explica la cantidad de recursos que ha utilizado en la pieza Jonás el despistado. "¿Conoces la historia bíblica de Jonás?", pregunta. Cuenta que se encontró un trozo de madera que le recordó a la leyenda. La recogió, la manipuló un poco para que se asemejara más a un leviatán. Le puso una cola de cerámica y en la boca del animal sentó una figura de maqueta de tren pintada. Y voilà. No obstante, confiesa que no tiene un procedimiento de creación concreto: "A veces me inspiro en la materia, en la madera. O si no, una simple frase, un refrán o una imagen de la televisión. No tengo un proceso definido de trabajo, soy bastante caótico".
Pero aquel que observe las obras, puede entender lo que quiera. "Todo el que no lo ha visto bien ve la pieza y dice que es un nautilus (un crustaceo). Les digo que miren bien y entonces se ríen", comenta mientras explica el sentido de la figura del Ermitaño. Dice que en la presentación del conjunto cerámico le hicieron preguntas de lo más variopintas, pero que la más común que le suelen hacer es: "¿Cómo se te ocurre esto?", a lo que Fernando G. Durán, acompañado de un resoplido largo, siempre contesta: "Ni idea".
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