La Feria que conocemos en la actualidad es bien distinta a la de nuestros ancestros.
Si bien los festejos relacionados con la primavera se remontan en Jerez a época medieval -concretamente al periodo inmediatamente después de la conquista castellana que protagonizó Alfonso X el Sabio-, la Feria que conocemos en la actualidad es bien distinta a la de nuestros ancestros. A pesar de que todavía se conserve el comercio y feria de ganado que dio origen a una de nuestras fiestas grandes, este ha pasado a ser uno de los elementos más de la Feria de Jerez sin ser, como en origen fue, el epicentro de estos festejos. Un hecho que es similar en otras ferias andaluzas, convertidas hoy más en lugar de ocio y recreo que de mercadeo.
El investigador Salvador Rodríguez Becerra asegura a este respecto que "las ferias han sido desde la Edad Media en España el principal medio para intercambiar productos en los reinos españoles. La feria, mercado anual o excepcionalmente dos veces al año, se incluía en el proceso económico ejerciendo las funciones de distribución de productos entre los diversos núcleos urbanos y sus áreas de influencia". De esta forma y al menos en origen, durante las ferias se producía una práctica de exención total o parcial de impuestos y de encuentro de mercaderes y comerciantes. Un fenómeno que, debido a la interacción entre poblaciones y grupos sociales diferentes, ofrecía como resultado la dinamización cultural; un factor, este último, predominante en las ferias de nuestro entorno.
Tomás de Mercado, dominico español del siglo XVI habla de feria como "cosa libre, exenta y horra" y que "lo que se vende en aquellos lugares a tales tiempos es libre de alcabala, que no se paga, llamaron al mercado y tiempo, feria. Como es tributo tan general el alcabala en las ventas y compras, concedieron los reyes de Castilla liberalísimamente algunos tiempos donde vendiesen sus vasallos, horro y libre, sin pagarla".
En lo que a nuestra ciudad respecta, nos consta que Alfonso X el Sabio estableció en el siglo XIII -como es habitual- dos ferias para Jerez: una en torno al mes de abril, en primavera; y otra, la de la vendimia -que gozó de un lugar más privilegiado en Jerez por razones obvias- a finales de verano. Parece ser que la ubicación de la fiesta fue cambiando a lo largo del tiempo, ubicándose en diferentes sitios tales como la Puerta Real, la Plaza de la Yerba, la calle Francos, el entonces arrabal de Santiago o en la propia plaza del Arenal, como sabemos conocida por ser utilizada especialmente para festejos taurinos. Especialmente singulares fueron sus últimos emplazamientos -el Hato de la Carne, las playas de San Telmo y Caulina- antes de trasladarse definitivamente, a principios de siglo XX, al recién inaugurado Parque González Hontoria. Estas citadas ubicaciones, alejadas del casco histórico de Jerez, serían dadas a partir de la configuración de un importante centro de mercadeo de ganado a finales del XIX. Hay que decir, en esta línea, que a la feria de ganados le sucedían las veladas, cada vez más atractivas, en la que propiamente tenían lugar los festejos.
El traslado final de la Feria se produce a partir del pleito que el Ayuntamiento de Jerez gana -tras muchos años de espera- a Ferrocarriles Andaluces por unos terrenos vinculados a la estación de pequeña velocidad. Las 250.000 pesetas que recibe el Consistorio a partir de la sentencia servirán para construir el actual Parque González Hontoria en 1902, y cuyo Real articuló un año más tarde el arquitecto Francisco Hernández Rubio, responsable de la monumentalidad artística modernista que descansa tanto en los templetes como en los elementos figurativos del parque. El nombre reside precisamente en el Alcalde liberal que gobernaba en ese momento en Jerez, el sanluqueño Julio González Hontoria. El embellecimiento y acicalamiento del nuevo parque se sucedería en los años venideros con la compra de flores, plantas y árboles singulares -como los eucaliptos-, que venían a complementar un espacio que ya desde antes de ser inaugurado por el propio alcalde era singular como espacio de recreo a las afueras de la ciudad, como atestigua la celebración la Fiesta del Árbol ya en 1898.
Al nuevo Real no tardaron en incorporarse algunos de los elementos que hoy día reconocemos en nuestra feria: nuestras singulares casetas, los fuegos artificiales, los cacharritos o, cómo no, los paseos de los coches de caballos por el Real. De esta forma, se construyeron las casetas del Casino Jerezano y del Casino Nacional en los templetes en la que hoy figuran la caseta municipal y la caseta de González Byass, respectivamente, mientras que otras asociaciones y colectivos instalaban, como buenamente podían, con tablas y maderas, sus particulares casetas improvisadas.
Con respecto a los fuegos artificiales, tenemos constancia de que se produjeron por vez primera en la inauguración del nuevo recinto y que crearon una expectación sin precedentes en todos los jerezanos y jerezanas allí presentes. Un suceso que, imaginamos, sin duda alguna sorprendería y emocionaría especialmente a los más pequeños, aquellos que se entretenían en los primeros 'cacharritos', arrastrados y empujados manualmente por los propios feriantes. En torno a los paseos de los coches de caballos bien podríamos extendernos, sobre todo si quisiéramos ahondar en su repercusión posterior -fundamentalmente a partir de la configuración de nuestra feria como Feria del Caballo en 1967-, pero basta con decir que originalmente se une a la consolidada cultura del caballo presente en Jerez. Alrededor de esta realidad se ideó, por ejemplo, la desaparecida Batalla de las Flores que -con un fin benéfico- se producía en el Real con el desfile y concurso de los carruajes. Una tradición que fue de la mano con los juegos de polo o las propias carreras de caballos.
Bibliografía:
Rodríguez Becerra, S. (1985). Fiestas de Andalucía. Granada: Ediciones Anel.
Gómez Palomeque, J.I. y Cirera Gonzlález, J.A. (2012). La Feria de Ganados de Jerez. Editorial Agendas Escolares.
Moreno Alonso, José (1987). Historias, Leyendas y Fiestas de Xerez de la Frontera. Jerez: Gráficas del Exportador. Colección Alcubilla.
VV.AA. (1980). Los Andaluces. Madrid: Ediciones Istmo.
Caro, Diego (Coord). (1999). Historia de Jerez de la Frontera. Tomo I. De los Orígenes a la época medieval. Diputación de Cádiz.
Caro Cancela, Diego (Coord.) (1999). El Jerez Moderno y Contemporáneo. Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz.
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