Mauricio Gil Cano, maestro del microrrelato, fue el encargado de dialogar con Javier Vela. Escritor y director de la Fundación Carlos Edmundo de Ory, Javier nació en Madrid en 1981, aunque pasó la mayor parte de su infancia y juventud en Cádiz. Es Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Complutense de Madrid. Se dio a conocer como poeta con La hora del crepúsculo (Rialp, 2004), galardonado con el Premio Adonais de Poesía. Luego vendrían Tiempo adentro (Acantilado, 2006); Imaginario (Visor, 2009), por el que recibió el Premio Loewe a la Joven Creación y el Premio de la Crítica de Madrid; Ofelia y otras lunas (Premio Ciudad de Córdoba Ricardo Molina; Hiperión, 2012); Hotel Origen (Premio Internacional Emilio Prados, Pre-Textos, 2015) y Fábula (Vandalia, 2017). Sus relatos han sido publicados en revistas como Eñe o Clarín. Y ha traducido a autores de lengua francesa como Jean Moréas, Louis Hémon, Jules Laforgue, Georges Rodenbach o Paul Valéry.

Con este libro, Javier Vela inicia su andadura en la narrativa. El libro ha sido muy bien acogido por la crítica. Algunos han señalado que el autor es un “maestro de la ambigüedad” y que maneja con soltura todos los recursos del relato breve, señaló Mauricio. Ya el título juega con esos dobles sentidos y ambigüedades, porque fonéticamente se convierte en Pequeñas ediciones. En el libro nada es gratuito, hasta la cita de Santayana que abre la obra es importante, quizás porque define bien las narraciones de Javier: “Todo en la naturaleza tiene una esencia lírica, un destino trágico y una existencia cómica”. Nada sobra en el microrrelato, por eso exige un lector que sea capaz de reconocer los guiños intertextuales, un lector cómplice y culto, nos explicó Mauricio.La cita de Santayana no es casual, reconoció Javier Vela: “Esa cita se corresponde muy bien con lo que es el transcurso de una vida, no tanto una obra o un libro. En la vida existen momentos líricos, trágicos y cómicos. Todo se mezcla y aparecen sin aviso”. En cuanto al lector, Javier recordó lo que dice Felipe Benítez Reyes: “El lector es un accidente del texto”. Pero Javier va más allá: “El autor es un accidente del texto”. Y el lector ha de ser sobre todo despierto, más que culto, un lector “al que le guste sentirse seducido”. Toda la literatura breve se basa en una relación de juego, aclaró. De ahí que la ambigüedad sea esencial en la literatura, que es una forma de rebelarse contra lo real: “Todos los lectores somos pequeños revolucionarios, o al menos, pequeños sediciosos”.

El microrrelato es un género muy reciente. Según Mauricio, es en el siglo XXI cuando se consolida, aunque el siglo XX tuvo sus precedentes. Pero ¿qué es un microrrelato? Mauricio Gil, que imparte un taller sobre este tipo de creaciones, analizó todos los recursos utilizados por Javier Vela en Pequeñas sediciones. La extensión, las referencias literarias, la elipsis, la ironía, la intertextualidad, el título… Son recursos necesarios para que el relato no sólo sea breve, sino que lo parezca. “El título siempre completa el texto”, afirmó Javier. Con el título se dice algo esencial que no aparece en el cuerpo del microrrelato. Por lo tanto, es una condición necesaria para su comprensión. Y hay títulos que hacen referencia a otras obras literarias, precisamente para dar otra vuelta de tuerca sobre lo narrado en ellas. En este caso, el título evoca de forma condensada todo un mundo, una historia, y el microrrelato lo retuerce. “El título permite ubicar al lector en el lugar que el escritor quiere”, sostiene Vela.

Los microrrelatos habitan territorios próximos al aforismo o al poema. No hay un número de líneas exacto. Pero las fronteras entre géneros son muy difusas, algo que no le preocupa a Javier Vela. De hecho, para él sería un orgullo que alguien confundiera un microrrelato suyo con un aforismo. Nos explicó cómo había creado algunos de sus microrrelatos. El título lo pone al final, “para que resuene con el mayor número de significados posibles”. Una vez escrito el relato, sabe qué es lo que falta, lo que debe ir al principio para que la narración cierre, de forma abierta... Para escribir, parte de una idea general, abstracta. Luego busca los recursos para expresarla: personajes, escenario, imágenes, etc. La creatividad de Javier Vela se nutre de muchos maestros, amigos, como Edmundo Valadés, Cortázar, Borges, Calvino, Jacques Sternberg, José de la Colina, Luisa Valenzuela…

Indagaciones en el Pacífico sur

Décadas antes del nacimiento de Newton, un coco de notables proporciones se descolgó en el cráneo de un indígena sin darle tiempo a que sus intuiciones sobre la interacción gravitatoria y el peso de los cuerpos cristalizasen en una ley general.

Otra vuelta de tuerca

—No creo en los fantasmas —dice con suficiencia el viejo escéptico, arrastrando la sábana.

Sobre el autor:

juan carlos gonzalez

Juan Carlos González

Filósofo

...saber más sobre el autor

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído