“Nadie es mejor que nadie,

ocupamos el lugar previsto

sin miedo y sin vergüenza”.

El baile del diablo, Javier Sánchez Menéndez

Con frecuencia me pregunto porqué en este país, editores, libreros y bibliotecarios no ocupan los lugares que por mérito y capacidad les corresponden. Cineastas, ilustradores, deportistas o incluso actores secundarios reciben mayores reconocimientos que aquellos que velan a diario y con convencimiento por la Cultura con mayúscula, en nuestra patria. En esta patria de apátridas, conviven estos traductores y creadores de universos propios, de islas… 

Y en una de estas islas vive uno de estos inversores en papel impreso, papel en el que por propia iniciativa sigue apostando a pesar de las tecnologías digitales del siglo XXI; en una Isla que dejó de ser utopía para convertirse en realidad. Javier Sánchez Menéndez es un voraz lector, analista de su tiempo e inconformista empedernido con el contexto y la realidad que nos circunda. Sánchez Menéndez es una “rara avis”, que  existe en este complicado mundo de las letras y que reúne todos los requisitos de los que estoy hablando hoy, para ser así considerado. No satisfecho con su blog, por el que un día le conocí; continua aumentando su propia producción y la extensión de la geografía por la que se difunde su obra gracias a traducciones y ediciones en muchísimos países. Javier convirtió su Isla en una realidad posicionándola como editorial de referencia en esta patria antes citada y en una coqueta librería en la que perderse para encontrarse, escondida en un rincón de Sevilla, es una delicia.

Reconozco que acercarse a la obra de Sánchez Menéndez, y no me refiero ya a la empresarial que es muy loable sino a la escrita; pretender abordarla es como asomarse a un precipicio. A la que esto firma, le sigue provocando el mismo vértigo que cuando la descubrió hace ya algunos años. Por lo tanto, considero que es un atrevimiento por mi parte, querer escudriñar en el fondo y en la forma de sus renglones literarios.

Primero, porque estaríamos analizando el imaginario de un gran lector crítico y culto donde los haya, amante de la filosofía y emprendedor, en este caso de una obra literaria propia. Acaba de aparecer una antología de su poesía:También vivir precisa de epitafio (Chamán Ediciones, 2018), al cuidado de José Luis Morante. Se trata de una edición muy recomendable para aquel que quiera iniciarse en la obra del autor que hoy nos ocupa. Morante nos adentra en la poética de Menéndez y además de contener una noticia bibliográfica de la misma ofrece una bibliografía selecta sobre lo que otros han escrito acerca de los poemarios de Javier Sánchez. 

Y segundo, porque no estamos ante un escritor cualquiera. Alguien que antes de traernos su obra se preocupa de reeditar a Juan Ramón, a Luis Rosales, a María Zambrano o a Julio Mariscal, alguien que edita la poesía de los otros, que se embarca en una bellísima colección de aforismos y otra de narrativa internacional, que escribe en prensa y que no comulga con cualquiera, no es un pensador ni un editor al uso. Porque además se trata de un editor que no necesita de la Literatura para vivir, no necesita practicar el bienquedismo, ni necesita casarse con nadie para hacer lo que está haciendo: nos está dejando un proyecto editorial inmenso de grandes obras de nuestra Literatura y de nuestra Filosofía pero también está compartiendo con nosotros sus propias creaciones.

Su gran obra inacabada Fábula es un conjunto de diez libros, de los que seis están publicados. Libro primero: La vida alrededor (2010), Libro segundo: Teoría de las inclinaciones (2012), Libro tercero: Libre de la tormenta (2013), Libro cuarto: Mediodía en Kensington Park (2015), Libro quinto: Confuso laberinto (2016), Libro sexto: De cuna y sepultura (2018) y de los que aún quedan otros cuatro por alumbrar. Libro séptimo: Sobre la naturaleza. Libro octavo: Nicanorias. Libro noveno: Laberinto. Libro décimo: Fábula. Incluye el apéndice El Libro Fábula.

Inmenso. Vida, muerte, amor, pecados capitales… universales desde otra perspectiva, la del escritor-lector que contempla y que sentencia. Un autor que no acostumbra a escribir sobre sí mismo, exceptuando escuetas notas, pero que goza de varios prólogos con firmas de reconocido prestigio en algunos de sus libros, ya nos dice mucho más sobre la lectura que va a regalarnos. Sánchez Menéndez en generoso, y por eso no deja indiferente ni al gran misionero pedagógico en estas lides que es Antonio Colinas y que introdujo la reedición de La muerte ocultaen 2012. He de reconocer que, Sánchez Menéndez, me atrapó con Una aproximación al desconcierto (2011) y por supuesto, con Mediodía en Kensington Park, libros muy recomendables. Hay que añadir que el escritor, ha ido intercalando publicaciones de Fábulacon otros libros que no están en las antologías que existen del autor. Ha escrito aforismos y además de Artilugios para Wasabi, otros dos recentísimos volúmenes, todos encontrables: El baile del diablo (2017) y De cuna y sepultura (2018), lecturas de las que aún no he terminado de reponerme.

La obra de Javier Sánchez Menéndez empieza a dar para un profundo estudio o para una tesis doctoral. Nuestro reconocimiento no es otro que el del seguimiento y la lectura, el mayor reconocimiento posible para los que calladamente engrandecen nuestro patrimonio literario. Yo me quedaré por hoy en el estadio de la recomendación al disfrute, ni siquiera recomiendo su última antología También vivir precisa de epitafio, os la receto. Adentrarse en los libros citados es bucear por la intrahistoria humana, aunque no lo sea al estilo unamuniano. Menéndez, el autor de lecturas cultas, de apreciación y recorrido, quiso vendernos la complacencia a los superiores desde la indolencia… pero nos encontramos que todo es una antítesis o una paradoja y que siempre está presente la contradicción permanente y el inconformismo. Por lo tanto, está el ser que se cuestiona, que reflexiona y que aporta a la historia del pensamiento desde su propia experiencia. Cada nuevo libro de Javier es crecimiento y evolución, una entrega por capítulos de este serial que es la vida… que imagino inacabado aún cuando nos presente el apéndice de su particular decamerón. 

“La soledad es silencio,

es oscuridad, es mediodía.

Las autoridades poéticas advierten

que escribir mata”

De cuna y sepultura(2018)

http://blancafloresblog.blogspot.com/2013/08/entre-el-desconcierto-y-la-tormenta.html

http://blancafloresblog.blogspot.com/2015/03/mediodia-en-kesington-park-de-javier.html

Sobre el autor:

Blanca Flores en una imagen de archivo.

Blanca Flores

Doctora en Filología Hispánica, escritora, investigadora y presidenta de la Asociación Cultural de Amigos de Quiñones.

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