Romanticismo español con filtro italiano: llega 'Il Trovatore' a Villamarta

El teatro jerezano da el do de pecho estrenando nueva producción operística bajo unas circunstancias excepcionales. La ópera de Verdi podrá disfrutarse este domingo a mediodía

Un momento de los ensayos de 'Il Trovatore', en días pasados en el Teatro Villamarta.
Un momento de los ensayos de 'Il Trovatore', en días pasados en el Teatro Villamarta.

Esta representación de Il Trovatore de Verdi recupera, felizmente, la ópera escenificada en el Teatro Villamarta tras el inicio de la pandemia. El valor del acontecimiento aumenta aún más si se tiene presente que, además, se trata de una nueva producción del propio teatro bajo la dirección escénica de Marta Eguilior. Además, se ofrece en unas circunstancias sanitarias especialmente complicadas, que han obligado al teatro a cancelar la función prevista para el viernes 22 de enero y adelantar a las 12:00 horas la del domingo 24 para adaptarse a las nuevas medidas adoptadas por la Junta de Andalucía ante los efectos de la enfermedad pandémica que desde hace casi un año padece el planeta.

Los duros trabajos invertidos en los ensayos y los esfuerzos artísticos y económicos que se han concentrado en la preparación de esta producción justifican sobradamente la decisión de mantener, al menos, una de las funciones.

Il Trovatore de Giuseppe Verdi (1813-1901) adapta en el libreto de Salvatore Cammarano del recargado drama romántico El Trovador del escritor chiclanero Antonio García Gutiérrez (1813-1884). No fue la primera ni la última vez que Verdi prestó atención a asuntos españoles (Ernani, Don Carlo), tan atractivos para los creadores románticos, ni tampoco la única ocasión en la que utilizaría obras literarias españolas (por ejemplo, en La Forza del Destino, basada en Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas; o Simon Boccanegra, sobre texto del mismo Antonio García Gutiérrez).

Il Trovatore es la segunda de las óperas del período intermedio del catálogo de Giuseppe Verdi, que incluye Rigoletto (1851), el propio Il Trovatore (1853) y La Traviata (1853). Es decir, tres de sus obras más célebres, en las que da un gran salto creativo con respecto a las composiciones de su etapa de juventud, aquella en la que estuvo implicado en el proceso nacionalista italiano, el Risorgimento. De ellas, Il Trovatore es la menos evolucionada desde el punto de vista argumental, ya que el asunto desarrollado responde a las convenciones del teatro romántico y no tiene la carga rupturista de hacer de un bufón de corte el héroe de la historia, como sucede en Rigoletto, ni de una prostituta de lujo el personaje positivo a través del que se pone en crítica la hipocresía de la sociedad burguesa del momento, como ocurre en La Traviata. Il Trovatore tampoco desarrolla con la misma destreza psicológica los personajes ni supera la clásica división de números (recitativo, aria y cabaletta) que se da especialmente en Rigoletto. No obstante posee la misma elevada inspiración musical que ha arrebatado a los públicos que desde entonces han disfrutado de estas tres óperas.

El acontecimiento histórico que sirve de soporte a la acción de Il Trovatore es el de la guerra civil catalana de 1412-1416, aunque en el libreto se mencione que es un conflicto aragonés. Además hay un traslado de los acontecimientos a lugares que se dan por muy próximos: Zaragoza y las montañas de Vizcaya, lo que no ayuda a dar claridad a un argumento ya de por sí bastante enredado. No obstante, la magistral partitura de Verdi logra compensar estas deficiencias dramáticas y que pase a un segundo plano la escasa consistencia de situaciones y personajes. El atractivo melódico, las grandes exigencias musicales requeridas en los cuatro roles principales, el vigor del discurso compositivo y el equilibrio en la dosificación de los recursos Giuseppe Verdi hacen de esta ópera un claro ejemplo de aquellas en las que la música está por encima de la palabra.

En esta obra se presentan cinco de los seis registros de la voz de forma brillante, con grandes exigencias musicales. Una representación de Il Trovatore que no cuente con un óptimo reparto solista está condenada al fracaso. Afortunadamente las expectativas en este importante aspecto se han cubierto razonablemente en el previsto para la  representación que ofrece el Teatro Villamarta.

El cantante vasco Andeka Gorrotxategui, que actúa por primera vez en el Teatro Villamarta con este rol de Manrico, es un tenor lírico-spinto que está desarrollando una importante carrera internacional. Il Trovatore es una ópera favorita entre los intérpretes de su cuerda desde el mismo momento del estreno de la obra. Requiere unos recursos de mayor densidad que los exigidos en Rigoletto y La Traviata, las partituras verdianas precedente y posterior a la que nos ocupa. Por sus características vocales, el enfoque Gorrotxategui del brillante personaje estará más cerca de la estela heroica de Mario del Monaco, Franco Corelli o Richard Tucker que de la más lírica de Carlo Bergonzi, Giuseppe di Stefano, Luciano Pavarotti o José Carreras. Su particella cuenta con páginas complicadas pero de gran lucimiento como el aria Ah si ben mio, seguida de la cabaletta Di quella pira, frases del dúo con Azucena (Mal reggendo all’aspro assalto), o de la escena final (Parlar non Vuoi?).

La soprano mexicana María Katzarava, que también debuta en el Teatro Villamarta con esta función, se ha formado con Mirella Freni y Ramón Vargas y ha ganado varios  concursos muy prestigiosos, como Operalia en Canadá, el Carlo Bergonzi y el Francisco Viñas. Verdi es, además, uno de los compositores principales en su repertorio. Leonora demanda de la intérprete unos recursos menos dramáticos que los habituales en los primeros títulos del compositor (Abigaille de Nabucco, Lady Macbeth o, incluso, Elvira de Ernani). El sonido esencialmente lírico de Katzarava hará que su interpretación de Leonora esté dentro de los parámetros líricos de Katia Ricciarelli o Joan Sutherland, y no tanto en los spinto de Renata Tebaldi o Leontyne Price. El personaje es extenso y cuenta con muchas ocasiones de brillo: dos arias con sus respectivas cabalettas (Tacea la notte placida-Di tale amor, D’amor sull’ali rosee-Tu vedrai che amore in terra), el final del segundo acto (Perché piangete?-E deggio e posso crecerlo), el Miserere, el dúo con el Conde de Luna (Mira mi acerbe lagrime) y la escena final (Oh come l’ira ti rende cieco).

La mezzo soprano mallorquina María Luisa Corbacho ofrece los recursos que son esperables para asumir adecuadamente el rol de Azucena, de la que Verdi opinaba que era la verdadera protagonista de la ópera. Es posible que su vocalidad esté más cerca de los sonidos más ligeros y redondos de cantantes como Giulietta Simionato o Fiorenza Cossotto, que del aplomo característico de Fedrora Barbieri, que apoya los graves en la voz de pecho. Las oportunidades que ofrece el personaje son nutridas a partir del segundo acto: el aria Stride la vampa, el extenso y brillante dúo con Manrico (Non son tuo figlio?), el trío con el Conde y Ferrando del acto tercero (Giorni poveri vivea) y la escena final (Sì la stanchezza).

El barítono madrileño Luis Cansino, de ya larga y prestigiosa carrera, tiene en repertorio numerosas óperas de Verdi (Nabucco, Macbeth, Rigoletto, La Traviata, I vespri siciliani, Simon Boccanegra, La forza del destino, Aida, Otello y Falstaff), por lo que puede considerarse un especialista en el compositor. Su sonido redondo y bien timbrado son adecuados para roles como el del Conde de Luna. Por sus características vocales y dramáticas, su enfoque está más próximo a los planteamientos de Piero Cappuccilli o Sherrill Milnes, al resaltar la parte actoral sin las servidumbres de buscar necesariamente la belleza vocal en detrimento del pulso interpretativo que encontramos en Ettore Bastianini o Rolando Panerai. En su cometido encuentra páginas tan destacadas como el trío con Leonora y Manrico del final del acto primero (Qual voce), el aria con cabaletta Il balen del suo sorriso-Per me ora fatale y el dúo con Leonora del acto cuarto (Mira mi acerbe lagrime).

El bajo-barítono palentino Javier Castañeda encarna el papel de Ferrando, más breve que los anteriormente comentados pero con páginas en las que puede destacar, especialmente en la primera escena de la ópera, en la que el personaje tiene su prestación más importante en el racconto Di due figli vivea padre beato, que sirve para narrar los antecedentes de la historia que va a desarrollarse.

La soprano Patricia Calvache (Inés) y el tenor Fran Gracia (Ruiz) tienen a su cargo papeles de menos peso y protagonismo, pero con breves páginas muy bellas en réplicas al personaje de Leonora y en algunas escenas de conjunto.

El Coro del Teatro Villamarta, dirigido por José Ramón Hernández Bellido y Ana Belén Ortega Vilches, cuenta con numerosas intervenciones en esta ópera, tanto en pasajes exclusivamente corales (Gelosia le fiere serpi, Vedi le fosche notturne spoglie, Squilli echeggi la tromba) en los concertantes (Ah se l’error t’ingombra, Giorni poveri vivea) y acompañando a los solistas en páginas como Di due figli vivea padre beato, Di quella pira y el Miserere.

La Orquesta Filarmónica de Málaga, bajo la dirección de José María Moreno, tiene una tarea en cierto modo ingrata, ya que la partitura no tiene previstos pasajes exclusivamente orquestales, salvo el muy breve preludio, aunque cuando Verdi presentó esta obra en la Ópera de París en 1857 añadió el obligado ballet que esta institución exigía para toda composición que fuese allí estrenada. Este ballet se incluyó en el tercer acto, después del coro de soldados, y supone unos quince minutos de notable calidad musical. A pesar de que la orquesta tiene la función principal de acompañante de los cantantes, han sido abundantes y prestigiosos los directores que, no exclusivamente dedicados a la ópera, prestaron atención a esta obra: Herbert von Karajan, Zubin Mehta, o Carlo Maria Giulini.

La dirección escénica de Marta Eguilior y el vestuario de Jesús Ruiz pretenden ofrecer una lectura distinta de una obra tan insistentemente representada. Bajo un prisma novedoso, se muestra un Il Trovatore como si se tratase de un cuento o leyenda transmitido de generación en generación, que estimula la imaginación de los receptores de la narración que es expresada a través del soporte de elementos modernos cercanos a los códigos estéticos del videoclip, con colores contrastados y calculados anacronismos en el vestuario. Para recrear esta ensoñación, Eguilior utiliza los elementos más oníricos de la ópera: la luna, el fuego y la tierra. Según la directora de escena, «las cenizas que nacen de los cuerpos calcinados cubren el escenario mediante una lluvia originando una superficie parecida a la luna. Una luna que se desdobla dando paso a la leyenda». La idea puede resultar adecuada para salvar la inverosimilitud y extravagancia que el argumento tiene para la sensibilidad del público actual. De hecho, es la música y no el texto lo que salva la obra y la convierte en una de las favoritas en el repertorio de los principales teatros del mundo.

Ficha técnica

Il Trovatore, de Giuseppe Verdi. Teatro Villamarta, domingo 24 de enero de 2021. Andeka Gorrotxategui (Manrico), María Katzarava (Leonora), Mª Luisa Corbacho (Azucena), Luis Cansino (il Conte di Luna), Javier Castañeda (Ferrando), Patricia Calvache (Inés), Fran Gracia (Ruiz). Coro del Teatro Villamarta (directores: José Ramón Hernández Bellido y Ana Belén Ortega Vilches). Orquesta Filarmónica de Málaga. José María Moreno (dirección musical). Marta Eguilior (escenografía y dirección de escena), Jesús Ruiz (figurines).

Sobre el autor:

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Joaquín Piñeiro Blanca

Profesor Titular de la Universidad de Cádiz. Departamento de Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte.

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Comentarios (2)

José-Modesto Hace 3 años
Aunque los que residimos fuera de Jerez no podamos desplazarnos al Villamarta para disfrutar de esta representación, siempre es agradable contar con una contextualización tan bien estructurada. Desde una breve reseña histórica de la partitura y el apunte de la conexión del libreto con un chiclanero –que a veces queda olvidado-, hasta lo que cabe esperar de la orquesta y coro, amén de los principales protagonistas vocales. (También es muy agradable una retrospectiva y puntos de referenci
José-Modesto Diago Ortega Hace 3 años
Aunque los que residimos fuera de Jerez no podamos desplazarnos al Villamarta para disfrutar de esta representación, siempre es agradable contar con una contextualización tan bien estructurada. Desde una breve reseña histórica de la partitura y el apunte de la conexión del libreto con un chiclanero –que a veces queda olvidado-, hasta lo que cabe esperar de la orquesta y coro, amén de los principales protagonistas vocales. (También es muy agradable una retrospectiva y puntos de referenci
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