Desde hace aproximadamente un mes la calle Clavel de Jerez cuenta en su número 3 con un nuevo foco cultural. Se trata de la Escuela de pintura Tándem, dirigida por Rocío Serrano y Sergio González, una cordobesa y un cacereño que decidieron montar su propio espacio educativo en la ciudad debido a que prácticamente se han criado aquí.
Se conocieron años atrás dentro del mundo del arte, ya que Rocío es licenciada en Bellas Artes y Sergio decorador. Ella había dado clases anteriormente, pero en los últimos tiempos no estaba ejerciendo esta labor. Al mismo tiempo, su pareja trabajaba fuera de Jerez y tenía la intención de volver para iniciar un proyecto conjunto.
Debido a la pandemia las actividades telemáticas experimentaron un crecimiento exponencial, algo bueno en la mayoría de ámbitos pero dudosamente beneficioso para según qué forma de expresión artística. "Está muy bien eso de poder hacer las cosas a distancia pero al final no sales de tu casa y hace falta moverse en un espacio real", comentan.
Del mismo modo, la necesidad de buscar otro tipo de entretenimientos para pasar las horas durante el confinamiento o simplemente para intentar evadirse de la terrible situación que se estaba produciendo motivó el interés de muchas personas por las manualidades. "Por varios motivos lo que ocurrió con el covid-19 afianzó aún más la idea que teníamos y cuando todo volvió a la normalidad no lo dudamos y nos pusimos a trabajar".
Y así nació Tándem, la escuela que mezcla la parte artística a través de la pintura impartida por Rocío con la decorativa gracias a la restauración de muebles, de la que se encarga Sergio. Para sus promotores "se encuentra situada en un enclave incomparable", ya que cuenta a su alrededor con el colegio de La Salle, con la Compañía de María y con el Conservatorio. "El ambiente escolar y cultural que se crea aquí es magnífico", agregan.
Por si fuera poco, las propias características del edificio lo hacían ideal para la tarea que deseaban alojar en su interior, ya que es un antiguo edificio bodeguero provisto de unos enormes ventanales a través de los cuales incide una luz solar ideal para tener una iluminación natural y muy válida para trabajar. Además, está dividido en dos grandes salas que utilizan para cada una de sus clases, lo que permite dar a cada alumno su espacio y cuenta con rampas de acceso que facilitan la movilidad de personas en silla de ruedas o con dificultad para caminar.
Compromiso total con el medio ambiente
La totalidad de la obra la han hecho ellos. "Aquí no ha entrado ningún albañil", señala Sergio. "Aunque casi un día nos inundas todo el local", apostilla Rocío entre risas. Para llevar a cabo este trabajo han utilizado "casi un 100% de materiales reciclados. Hemos restaurado muebles comprados en Wallapop o recogidos directamente de la basura y a la gente le sorprende porque lo ven todo tan bonito que no esperan que tuvieran esos orígenes".
Lo cierto es que Rocío y Sergio están muy familiarizados con el reciclaje y buscan siempre las mejores alternativas para dañar lo menos posible el medio ambiente. "En mis años trabajando como decorador he presenciado auténticas aberraciones. Tal desperdicio no tiene sentido y sabemos que con creatividad e iniciativa se puede evitar gastar dinero sin sentido. Aquí lo que hacemos es demostrarlo", agrega el artista extremeño.
En materia de pintura, Rocío también intenta no solo reciclar materiales sino enseñar a utilizar con cabeza todo aquello de lo que se dispone. A diferencia de su pareja, ella trabaja con grupos de niños y es principalmente a los más pequeños a los que intenta concienciar del buen uso que hay que hacer del papel y de la importancia de no gastar más cantidad de la necesaria de pintura, aunque ambos reconocen que "también hay adultos a los que hay que recordárselo porque parece que no va con ellos la cosa".
Expresión libre desde los 5 años
En cuanto al método educativo que siguen, Rocío y Sergio dejan que sus alumnos se expresen como deseen. "Les dejamos libertad absoluta, cada uno trabaja como cree conveniente y se organiza como quiere. Lo importante es que vengan aquí a relajarse y adisfrutar de las manualidades", cuentan, remarcando que evidentemente cuando se trata de niños pequeños "sí que hace falta trazar un poco más la hoja de ruta, aunque incluso con ellos intentamos dejarles a su aire".
Precisamente a estos dos artistas les decepciona profundamente la pérdida de protagonismo que están teniendo las artes plásticas y la música en las escuelas. "Empezaron reduciendo su espacio en el calendario de asignaturas y ahora en algunos ya se están eliminando. La educación no solo es aprender matemáticas y lengua, también hace falta desarrollar ese aspecto. Hay muchos niños a los que les gusta dibujar y expresarse y ante esa carencia que empiezan a notar en sus centros nosotros intentamos que aquí encuentren un lugar donde puedan explayarse". De hecho quieren hacer hincapié en que los grupos que han bautizado como 'kids', dirigidos a los niños más pequeños "son los que más rápido se están llenando".
Por este motivo, entre otros, la escuela de pintura Tándem está abierta para todo aquel que quiera acercarse al mundo artístico independientemente del nivel de base con el que venga. "Lo importante es que tengan predisposición por aprender. Aquí les vamos a enseñar técnicas y trucos, hasta entre ellos van a ir aprendiendo. Tenemos un ambiente muy agradable con clases participativas en las que se puede preguntar o pedir consejo", indica la profesora cordobesa.
Cuentan con grupos de hasta 10 alumnos y admiten alumnos a partir de los 5 años. Las clases que imparten son totalmente personalizadas debido al reducido número de sus componentes, lo que facilita también el feedback profesor-alumno, algo que consideran "vital porque al no ser el arte una ciencia exacta cada uno lo puede interpretar de una forma personal y única, de modo que nosotros mismos aprendemos todos los días de nuestros alumnos".
Por el momento cuentan con un grupo por la mañana y otro por la tarde de lunes a viernes. En el turno matinal acuden los adultos y, una vez acabadas las clases, la mayoría de los grupos que van a la escuela son de niños. Aunque casi ningún grupo está completo por el momento, los promotores de Tándem valoran positivamente el primer mes que han vivido y afirman que "a la gente le está gustando y poco a poco nos están llegando más solicitudes de personas a las que han recomendado aprender con nosotros".
En cuanto a las clases que imparten, Rocío parte de la base anteriormente comentada de la libertad que desean dejar a sus alumnos para que se dediquen a lo que quieran. "Pueden aprender a dibujar cómic, a pintar personajes de anime, a realizar lettering... Cada uno es un concepto de dibujo y expresión y todos se pueden aprender aquí. Simplemente enfocamos el interés de la persona en cuestión hacia lo que más le interese. Funcionamos con los fundamentos básicos de una academia pero a la vez tratamos de fomentar la creatividad", explica.
Por su parte, Sergio enseña a "tunnear" muebles. "Nosotros estudiamos la evanistería y la carpintería que se ha realizado, evaluamos lo que se puede hacer con el mueble y le cambiamos la piel. Les damos una segunda vida", comenta. A partir de aquí el proceso es totalmente libre. "Yo soy una persona relativamente nerviosa y el otro día tuve a una alumna dos horas lijando a la perfección un mueble. Le preguntaba si necesitaba que le ecahara una mano y me decía que no, que estaba super relajada", recuerda a modo de anécdota.
Su propuesta es que cada alumno traiga a la escuela un mueble antiguo para evaluarlo y "ver qué nos cuenta" y a partir de entonces proceder a renovarlo. "Antes de comprar un mueble de mala calidad que te vaya a durar una mudanza recomendamos que vengan aquí y aprendan a cambiarle la estética tantas veces como quieran a uno mejor. Hasta les asesoramos sobre cómo puede encajar en la decoración de su casa. Básicamente proponemos que aprendamos todos juntos", apostilla.
Vista la buena acogida inicial que han tenido Sergio y Rocío se encuentran "motivados" para seguir proponiendo nuevas actividades en su escuela. Una de ellas son los eventos artísticos como cumpleaños en los que, de una forma original, podrán celebrarse reuniones con amigos y familiares mientras se empapan de cultura. Su idea es desmarcarse de otras propuestas similares existentes en Jerez a la vez que potencian el amor por el arte y su cercanía a todos los públicos y, por el momento lo están consiguiendo.
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