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Pina, hoy te recuerdo como Víctor Jara recordaba a Amanda en su canción.

Pina, hoy te recuerdo como Víctor Jara recordaba a Amanda en su canción. En este momento de feminismo y de memoria histórica, no puedo evitar recordarte. Porque coincidí contigo en mis años de estudio en la Facultad de Filosofía y Letras de Sevilla, una de las más activas del tardofranquismo en la oposición a la dictadura, y porque te admiraba. En el fondo te envidiaba porque eras valiente, tenías coraje. Y eras también guapa, inteligente, menuda y morena. Tú encabezabas las manifestaciones, las convocabas, animabas las asambleas estudiantiles, eras nuestro modelo, la estrella a seguir, “la rosa roja de la Transición”, como te llamaron.

Eran los tiempos en que se abría camino una nueva generación que se alejaba cada vez más de la de sus padres, muchos de ellos identificados con el régimen. Tú misma —Josefina López López-Gay, “Inés” en la clandestinidad—, y tu hermana María del Mar, erais hijas del secretario del Gobierno civil de Sevilla, Mario López. Y sin embargo fuiste destacada dirigente de la Joven Guardia Roja, organización juvenil del Partido del Trabajo, que arrasaba en Filosofía en la Hispalense, y llegaste a ser secretaria general de esta organización en 1977, la única mujer que en España ocupaba entonces un cargo directivo en una organización política.

Recuerdo que el 25 de abril de 1975, primer aniversario de la portuguesa Revolución de los claveles que desalojó a la dictadura de Salazar del país vecino, algunos estudiantes repartían claveles en la puerta de la facultad. Yo cogí uno. La policía entró a saco, dando palos a diestro y siniestro, entrando incluso en los servicios y apaleando a algún que otro catedrático. Recuerdo a un compañero del PT poniendo a todo volumen el Grándola, Vila morena, el himno de la revolución portuguesa, en la Biblioteca de Clásicas. Recuerdo que en 1974, el anarquista Salvador Puig Antich fue el ultimo ejecutado a garrote vil por la dictadura, y que toda la facultad se llenó de carteles con su foto pidiendo un indulto que no llegó. Ese mismo año, Pina, te quejabas, como delegada de distrito, de la falta de representación del alumnado en las juntas de gobierno de la universidad. También recuerdo que en 1975 dimitió como decano —el más progresista que habíamos tenido— don Alberto Díaz-Tejera, catedrático de Filología griega y entrañable maestro, “por razones de conciencia”. Tú, Pina, en representación de los estudiantes, manifestaste tu pesar por esa marcha. Y recuerdo que ese mismo año, en septiembre y a pesar de todas las protestas internacionales, tuvieron lugar los últimos fusilamientos del franquismo, el régimen que se fundó sobre miles de muertos y que no dejó de matar hasta el final.

Durante tu lucha política te abrieron dos consejos de guerra. Ya con la democracia, en las elecciones de 1979 fuiste candidata nº 2 del Partido del Trabajo, aunque no alcanzaste el escaño. El 26 de febrero de ese año fuiste asaltada cuando salías de la sede de tu partido por tres individuos armados con navajas, fascistas vinculados probablemente con Fuerza Nueva. Te produjeron lesiones y cortes en la cara y el tórax, además de propinarte una paliza. Te dijeron que como eras la chica guapa de los carteles, te iban a poner la cara aún más guapa, y luego te llamaron por teléfono: “La próxima será la última”.

Tras nueve años de militancia, cuando en 1980 el PT se fusionó con la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) dejaste el partido. Creías más, con visión de futuro, en lo que llamabas “los nuevos movimientos emancipatorios”, como la juventud, los ecologismos, el feminismo, los nacionalismos. La tarde del 23 de febrero de 1981, mientras tenía lugar el golpe de Estado, fuiste secuestrada durante unas tres horas. No fuiste maltratada, pero sí insultada con frases del tipo “ahora os vais a enterar, rojos de mierda”, lo que indica las conexiones entre los que tomaron al asalto el Congreso de los Diputados y elementos civiles. Ese mismo año participaste en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo sobre la situación de la mujer en diferentes democracias europeas.

Publicaste varios artículos en El País y un libro donde exponías tus ideas. Decías que el feminismo representaba un movimiento universal en cuanto que sería capaz de sostener “la utopía de un mundo de relaciones humanas, libres e iguales entre seres diferentes". Todavía seguimos en ello, Pina, pero tú fuiste una de las que abrieron camino, de las que se rebelaron contra el prototipo de mujer pasiva y dependiente impuesto por el franquismo, de las que buscaron otro modelo, con todos los costes que eso acarreaba.

En 1983 te casaste “por lo civil” con un economista y tuviste una hija, Mar. Antropóloga y especialista en Historia de América, abandonaste al final la militancia política y desde 1985 hasta 1992 ocupaste en la Comisión del V Centenario del Descubrimiento los cargos de coordinadora y vicepresidenta, llegando incluso a presidir el organismo que se encargó de la Expo de Sevilla. Pero nunca te afiliaste al PSOE y nunca volviste a la política; quisiste después dedicarte a tu familia, a tu hija. Eran los años “del desencanto”, quizás estabas cansada, habías sufrido el sexismo que existía incluso entre tus compañeros de la izquierda. Lo cierto es que en el 2000, a los 50 años, un mes después de haber sido operada de un tumor, te da un paro cardíaco y tu vida se apaga.

Tus amigos dijeron de ti que tenías talento, capacidad de trabajo, una voluntad de hierro, firmeza y ternura a la vez, capacidad para relacionarte con los demás. Dijeron que eras un “caudal de vitalidad y alegría” y una “mujer apasionada por la libertad”. Yo digo, como el clásico, que los elegidos de los dioses mueren jóvenes.

Artículo escrito por Leonor De Bock Cano, doctora en Filosofía y Letras y miembro del CEHA.

Fuentes:

Alberto Carrillo-Linares, Subversivos y malditos en la Universidad de Sevilla (1965-1977). Centro de Estudios Andaluces. Consejería de la Presidencia. Sevilla, 2008.
Wikipedia.
Alvaro de Diego González, Las mujeres de la transición. Congreso de los Diputados. Madrid, 2008.
Historiamujeres.es.
Pina López-Gay, La mujer en el mundo actual, UIMP, Guadalajara, 1982.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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