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Abocados a un destino paralelo en la vértebra de la vanguardia. Hace más de cuarenta años y casi de forma coetánea, tres excelentes bandas emprenden caminos particularmente ajenos a la gran cantidad de elementos comunes que les unían.

Aparecen de manera súbita, casi sin explicación aparente, lejos de premoniciones o antecedentes. Surgen con una fuerza inaudita, con tal premura que hacen temblar lo cimientos de la industria. Aturden al oyente e impresionan a generaciones enteras que acusan con recelo a un pasado, donde quizá no se trató del todo bien a sus ídolos. Son pioneros. Y aunque en las líneas de la causalidad se pierda su legado "rockero", conservan siempre ese espíritu virginal del joven eterno. Haciéndoles sonar como recién salidos de la hornada, cuando sobrepasan en su mayoría el medio siglo. Citamos tres por resumir un panorama que a buen seguro nos aguarda reliquias inexploradas. Pues fue tardíamente en los 60' y a principios de los 70' cuando debutan Máquina! (Cataluña), Los Más (Madrid) y Smash (Andalucía). Sota, caballo y rey de la música progresiva nacional.

A sabiendas de su conocimiento acerca de tales exponentes de la vanguardia catalana o andaluza. Queremos hoy aterrizar sobre la banda madrileña. Y es que son Los Más, posteriormente conocidos como Cerebrum, uno de los mejores exponentes de la experimentación en nuestro país. Para que le sirva de contexto hemos seleccionado una crítica extraída de Disco Expres (1970) "Cerebrum son la cumbre de la música progresiva en España. Su música es la más revolucionaria y experimental del mercado nacional. Ellos son cuatro, tres madrileños y un catalán, jóvenes e inquietos, esperanzados y llenos de esa fuerza que impele al triunfo, a la seguridad ... Cerebrum es, sin duda, un experimento musical, una síntesis de fuerza desplegada, concretizada en las estrías de un sencillo." 

A nuestro juicio, es una banda a la altura de cualquier otra del proto-Kraut alemán, que ya es decir, con el valor añadido de haber progresado a más de dos mil kilómetros de la cuna de la experimentación europea. En un mundo donde imperaban las barreras indisociables y la dificultad de movimiento o de comunicación internacional. A expensas claro está de la desastrosa dictadura que por entonces daba ya, eso sí, sus últimas bocanadas.

Genuinamente inclasificables se presentan en la escena nacional dominada por la canción ye-yé con temas transgresores y un sonido demoledor. No apto para todos los públicos. Juzgue usted mismo.

El grupo lo conforman: Javier Esteve (guitarra), Luis Navarro (cantante y armónica), Chema Pellico (bajo) y Fernando Artalejo, que sería sustituido por Pedro Moreno cuando marchó al servicio militar, a la batería. Aunque comienzan versionando temas de los míticos del progresivo internacional como Cream o Ten Years After, pronto deciden componer sus propias canciones, resultado de larguísimas sesiones jam allá en su sótano de Arturo Soria, cerca de Ciudad Lineal. En poco tiempo trasladan al directo sus composiciones, a la vez que aumenta su demanda en alguna sala alternativa de la Capital. Cerebrum es asiduo a las salas de Picadilly, JJ o Stones.

Con el sello barcelonés Dimensión graban en los estudios GMA los singles: "Eagle's Death /Read a Book" (Dimension, 1969)  y "Time's Door / It's so Hard" (Dimension, 1970). Cuatro temas deconstruidos con la lucidez de un profeta y unas letras en inglés (macarrónico, eso sí) cercanas al surrealismo de la última época beatle.

Contra todo pronóstico, el primero de estos discos se vendió bastante bien y sin ser un éxito comercial, ni mucho menos, tuvo bastante repercusión.

Después de participar en varios festivales nacionales con alguna que otra anécdota política entre sus haberes. A Cerebrum le toca lidiar con su particular sangría.  Un exceso movimiento en su formación les condenará sin remedio a la disolución final. Y es que Esteve abandona y es sustituido por Alfredo Santana.

Mientras preparan su siguiente disco, con la colaboración al órgano del mítico Manolo Marinelli, Luis Navarro también decide bajarse del carro. La banda reacciona con la incorporacion del excelente guitarra Salvador Domínguez y Dick Zappala como bajo y cantante. Sin embargo, herido de muerte, el conjunto echa el cierre en el verano de 1971.

Cerebrum nos deja un legado indiscutiblemente esencial para comprender la evolución de nuestro progresivo. Es un punto de salida y continuo retorno. No podemos olvidar que con su música influenciaron sin lugar a dudas ese hard rock a la madrileña a punto de eclosionar. Es Cerebrum uno de los máximos exponentes de creatividad en nuestra música.

 

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Carlos Domínguez Rico

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