Camarón, el Romancero gitano y Paco de Lucía. Un vistazo a una estantería repleta de libros es suficiente para saber que el hombre que acaba de abrir Adobe InDesign en su ordenador a unos centímetros es un amante del flamenco. A Cayetano Figueras Muñoz le encanta desde pequeño escuchar un quejío o una caricia a una guitarra. “Vengo del medio rural, de la clase trabajadora y tengo descendencia gitana por mi padre”, dice este portuense de 32 años que responde al nombre de Tani.
Recuerda esos días en los que en su casa siempre sonaban discos de Los Chichos y de Las Grecas. Perteneciente a “una generación muy camaronera”, cuando Tani creció, no se despojó de este estilo. Al contrario, decidió ahondar en él más allá de su faceta artística. “Me empezó a interesar desde un punto de vista más académico”, comenta este graduado en Humanidades por la Universidad de Cádiz que se decantó por realizar investigaciones del flamenco desde un punto de vista etnográfico.
Desde su pequeño estudio ubicado en plena calle Larga, entre cante y versos se dedica al diseño editorial como colaborador de Ediciones El Boletín y editorial Suroeste. Por su pantalla han pasado libros de literatura, poesía, ensayo pero también otros trabajos como el cartel del cortometraje Sino del cineasta Manolo Gago. Su pasión por la investigación del flamenco y sus conocimientos sobre diseño han dado rienda suelta a un proyecto que reposa en su mesa.
Se puede coger, manosear y desmontar. El 1 de febrero salió a la calle el primer número de la revista Diquelo, una publicación creada desde cero por Tani que surgió en su cabeza antes de la pandemia. Ahora, ha tenido la oportunidad de materializar en sus páginas un ejemplar que presenta al flamenco de una forma estética.
“Yo quería llevar el flamenco al diseño editorial. Soy muy friki de la lectura en formato revista, pero veía que de flamenco todo lo que encontraba era muy informativo, sobre un cantaor que acababa de sacar un disco o sobre la actuación de una bailaora”, explica.
Él echaba de menos un espacio que aunara diversas disciplinas artísticas en una, más allá de la mera crítica o noticia sobre el tema. Así, ha lanzado Diquelo, que da cabida a la fotografía, la sociología, el periodismo, la historia, la pintura, el activismo u otros ámbitos que han tratado el tema.
Un gallo, una foto de Remedios Amaya captada con una Polaroid o varios jóvenes en la feria de Melilla componen un número con el que Tani desea “invitar a la reflexión y al debate”. El flamenco es un concepto interpretado en multitud de ocasiones, cada persona lo observa a su manera y exprime de él distintas manifestaciones artísticas o literarias.
"El flamenco es un ente en continua evolución"
El portuense la ha bautizado Diquelo, que significa “miro” en la lengua de los gitanos flamencos, porque acoge las diferentes miradas al flamenco. “Quería que cada persona volcara y compartiera su mirada, qué concepción tienes del flamenco, muéstramela”. Él también aporta la suya. “Para mí es un ente en continua evolución, dinámico, cambiante”, dice Tani, que apuesta por un contenido “más fresco” de la mano de colaboradores como las bailaoras portuenses María Reyes y Aitana de los Reyes, la fotógrafa jerezana Sara Espinosa o el musicólogo Pedro Lópeh.
“A nivel provincial no he visto nada así. Si lo hubiese encontrado me hubiera ofrecido a participar antes que comerme el marrón”, comenta Tani, que, efectivamente, se ha echado a la espalda un trabajo que no es moco de pavo. Para que hoy la pueda tocar con sus dedos ha tenido que editar -bajo su propio sello Amorjondo ediciones- maquetar, coordinar a los colaboradores y pagar el ISBN, el registro de propiedad y la impresión, entre otros gastos.
“Me ha costado mucho, enviaba correos a personas cuyos trabajos sigo y me gustan, pero había muchos nos, era un proyecto abstracto y no podía enseñar la revista, hubo reticencia”, cuenta a lavozdelsur.es.
Para dar un empujón a la financiación, que ha salido de su bolsillo, creó Love deep flamenco, una marca que ha plasmado en ropa e imágenes y que “a mi me ha ayudado”. Tani no pierde la sonrisa mientras toca el papel mate de Diquelo, que actualmente se distribuye a través de papelerías de El Puerto y, pronto, mediante una web que está en proceso de creación.
Desde que asomó la cabeza, su propuesta editorial ha tenido tirón y son muchas las personas que sienten curiosidad por hojear sus páginas. “La idea era sacarla anualmente, pero ha tenido muy buena aceptación, la gente está muy motivada y me está enviando mucho contenido para participar en el siguiente número. Así que espero poder sacarlo cada semestre”, expone Tani. Un guiño en papel, palpable, que busca su hueco en tiempos digitales.
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