El Centro Cultural Palacio San Dionisio abrió sus puertas el pasado 10 de octubre, así que está todavía en pleno rodaje. Se trata de un espacio dividido (como concepto) en tres grandes zonas temáticas: la Sherry Gallery, una zona museística sobre el negocio vinatero (incluido el brandy) que es el eje de los contenidos del edificio; un área para exposiciones de otro tipo e incluso pequeñas convenciones y congresos; y una zona de restauración. Todo es propiedad de Fulgencio Meseguer, que adquirió el edificio (el palacete de la Condesa de Casares) hace cuatro años y que ha realizado una importante inversión añadida tanto para habilitar el edificio en su nuevo uso, como la adquisición de los fondos y la implementación de toda la tecnología para su disfrute. Desde lavozdelsur.es invitamos al flamante propietario a que nos haga de cicerone, sea el guía del propio Centro Cultural y nos descubra sus rincones favoritos... Son, en definitiva, tres cuartos de hora de paseo para una visita tipo en la que se tarda cosa de media hora más.
Sala de espera: bota sobre albero (9.10 horas)
Fulgencio Meseguer nos espera a las nueve en la sala de espera... es lo que tiene. Hay que empezar por el principio, por la planta baja. Nos recuerda algunos aspectos del nuevo centro y salimos detrás de él. El empresario entiende que se trataba de "un espacio difícil" para darle contenido, en el que hasta el final no tuvieron claro qué poner. "Flores, un árbol... y finalmente la bota, una bota en altura, en el espacio central y rodeada de albero, para que simule cómo es una bodega", afirma. La bota tiene el logo que ha diseñado Anguis Creativos, empresa radicada en Málaga. "Es la imagen de todo el Palacio, entiéndase como tal museo, centro cultural e incluso edificio", deja bien claro Meseguer, que es propietario también de la bodega Cayetano del Pino.
Vidrieras... que no lo son exactamente (9.15 horas)
Vale, lo primero que hay que decir de las vidrieras es que, por sus elementos de elaboración, no se trata propiamente de vidrieras... aunque es un hecho que dan el pego. Meseguer afirma que la idea de las dos 'vidrieras no vidrieras' en el espacio en el que están, entre la planta baja y la primera, en el descansillo de las escaleras, se ha hecho "para separar de manera nítida lo que es propiamente el centro cultural de Las Cuadras Spirit Room, la zona de ocio y hostelería que ya tuvo mucho éxito antes de que el empresario adquiriera el palacete de la Condesa de Casares y que ahora ha reabierto con el pequeño añadido del 'spirit room'. Y está al otro lado, claro. "Además de la idea de separar espacios, también queríamos tamizar la luz, que entra muy fuerte por aquí, y dar color", afirma. Las vidrieras representan los dos momentos del vino, una el de la viña, otra el de la bodega...
La gran Sala del Brandy (9.20 horas)
Subimos las escaleras hasta la primera planta a pie, nada de ascensor, que la gente anda muy acatarrada... Y tras un pequeño giro nos adentramos en esta sala, una de las "favoritas" del empresario, tal y como se apresura a afirmar. Hay en exposición 70 botellas históricas (de un total de 870 que tienen los fondos de la colección) y otros 131 botellines (miniaturas). No hay cristal de separación... pero la alarma es supersensible, queda dicho para el visitante despistado. De hecho, quedó constatado. Además, hay muchos objetos de merchandising setentero que acaban creando una imagen deliberadamente, un tanto kitsch, solo salvada por la modernidad atemporal de la botella de Salvador Dalí para la marca Conde de Osborne. La práctica totalidad de los contenidos provienen de la colección de Roberto Amillo, adquirida el pasado mes de mayo por Meseguer para dar cuerpo a la colección.
Un millón de etiquetas, como suena (9.30 horas)
Llega un momento en que Meseguer da tantas cifras en este espacio que casi casi nos perdemos. Vamos a repasar: son 220 las etiquetas que están expuestas físicamente... hay unas 23.500 escaneadas –y, en consecuencia, se pueden ver de manera interactiva– y quedan unas 2.000 todavía sin escanear. Pero, en realidad, hay muchísimas repetidas, hasta el punto de que el empresario estima en un millón... sí, un millón, el número total de etiquetas que hay. Casi todas provienen de la colección de Paco Odero. Su búsqueda es muy rápida, muy intuitiva... "Es cierto que hay etiquetas que no son propiamente de vino y brandy de Jerez. Las que hemos dejado están porque se imprimieron en Jerez, algo que antes era muy común. Es posible que más adelante cambiemos de criterio", afirma el empresario.
Sala del jerez: Meseguer en su salsa (9.35 horas)
Se trata de una sala y la anexa de un importante contenido tecnológico. "Aquí explicamos de manera interactiva qué es el vino de Jerez, cómo se elabora, cual es su zona de viñedo, los pagos... y también nos fijamos en el siglo XIX, el Siglo de Oro del vino de Jerez... Yo aquí me siento muy bien y estoy muy satisfecho del trabajo realizado. Ya sabe que de formación, soy informático...", recuerda Meseguer. La segunda sala es, de hecho, como un pequeño cine y alrededor de la pantalla hay distintas fotos de secuencias cinematográficas en las que los protagonistas se deleitan con vino de Jerez.
Sala de exposiciones. Montañés (9.40 horas)
'Elogio de la mirada' es el nombre que se ha dado a esta muestra. Se trata de fondos propios del Palacio, ajenos al vino de Jerez. La idea es que estén en exposición unos cinco meses, entre otros motivos porque el Palacio es el primero que entiende que está en período de rodaje y no va a forzar plazos con nuevas exposiciones. "Me encanta Montañés. Es un retratista muy, muy potente... fíjate en los ojos de las mujeres retratadas, qué intimidad... es una maravilla". Hay una sala anexa con una exposición de Miki Leal, esta sí, centrada en Jerez y el jerez, que también es muy buena.
¿'Streaming' desde una viña? (9.45 horas)
Si no es por los coches de la carretera –la de Sanlúcar– uno no se da ni cuenta de que no estamos ante lo que podríamos llamar una 'foto fija' –perdón, informáticos–, es una emisión en directo desde la principal viña de Cayetano del Pino, la bodega propiedad de Fulgencio Meseguer, por supuesto en tamaño gigante. Son unas 36 hectáreas en Cerro Obregón. "En vendimia se ve desde aquí la actividad propia de la vendimia, los tractores, la gente trabajando...", afirma. Nos ofrecemos a hacer una foto en vendimia, algo original, sin pasar calor, sin salir de Jerez, tomando una copita de Cayetano... todo se hablará.
'Rincón' del aroma (9.50 horas)
Realmente es uno de los sitios más sorprendentes de la colección del Palacio. Se trata de diez catavinos metálicos que, sencillamente, huelen a los diez productos que figuran: higos, vainilla, pasas, almendras, vino oloroso... Hay un mecanismo eléctrico que impulsa el olor que se solicita. Lógico, puede; sencillo ya es otra cosa.
Cajón de sastre... y fuego (9.55 horas)
Meseguer no quiere despedirse sin unas palabras para Huberto Domecq y su tonelería o para el rincón en el que se lleva a cabo el visionado –a elección– de las botellas. Hay 1.229 tratadas, con 30 fotografías de cada una de ellas para conseguir el movimiento; también un molde de la clásica botella jerezana que estaba en Vicasa y que no ha podido resistirse. "Verá, es que tenía aquí un rincón y, además sobraba una vitrina, así que...".
