(“Dejaré un silencio en el recuerdo, sonidos de una voz que fue muy joven, y un aroma de sándalo y cipreses para que no me olvides” , fragmento del poema Cuando me vaya)
¿Alguien recuerda, en 1958, a Mariluz Escribano, que ejerció como profesora de Secundaria de Geografía e Historia en Jerez de la Frontera? y, más tarde, ¿en Jaén? Seguro que en ambas ciudades algún hijo o nieto de sus alumnos recuerda con cariño a esta profesora, poeta y narradora nacida en Granada en 1935 y fallecida en 2019, que este lunes 6 será reivindicada como una de las voces de la poesía de posguerra en el Ateneo de Madrid.
Escribano fue catedrática del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, donde ejerce la crítica e investigadora Remedios Sánchez, principal conocedora e impulsora de su obra, ha sido ejemplar. Mañana dará otro paso en su proceso de reconocimiento además de la edición de sus poesías
Es objeto este lunes 6 de un homenaje en el Ateneo de Madrid en el ciclo “La voz recuperada” y en el que además de Remedios Sánchez participan la profesora y ex vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, el poeta y director del Instituto Cervantes Luis García Montero, la poeta y profesora Raquel Lanseros y Margarita Hernando de Larramendi.
Aires de libertad
En un acercamiento a la historia de la creadora, Remedios resalta que su padre, Agustín Escribano, burgalés hijo de agricultor, fue director de la Escuela Normal de Maestros y bajo su mandato, siendo ministro su amigo Fernando de los Ríos, se consiguió que se trasladara al edificio que se construyó al efecto en la Gran Vía para alojarla.
“Por su talante de hombre de librepensador comprometido con el saber y el conocimiento, nada más iniciada la Guerra Civil, la noche del 11 al 12 de septiembre de 1936, fue vilmente fusilado en las tapias del Cementerio de Granada pocos días después de que sufrieran un destino similar otros intelectuales como Federico García Lorca o el rector Salvador Vila, con quienes participó años antes en la organización del I Concurso del Cante Jondo”.
Las tres Españas
La profesora Remedios Sánchez, editora de la Poesía Completa de Mariluz Escribano (ed. Cátedra), cree que todo eso la marca y la persuade de que en realidad “no hay dos Españas sino tres, la de los vencedores, la de los vencidos ideológicamente y luego está la España de todos aquellos intelectuales que, en la época de la República, vivieron espantados el sufrimiento que había alrededor y que muchos de ellos se tuvieron que exiliar y otros pues no tuvieron ni siquiera la oportunidad de sobrevivir a tanto horror y terror”.
La madre de Mariluz Escribano fue Luisa Pueo y Costa (sobrina del filósofo regeneracionista Joaquín Costa), profesora de la Escuela Normal y “responsable de la Residencia de Señoritas Normalistas de Granada, una institución que realizó una función paralela a la Residencia que en Madrid dirigía María de Maeztu para acoger a estudiantes valiosas pero con pocos recursos y formarlas desde los parámetros ideológicos de la Institución Libre de Enseñanza”.
Luisa Pueo, tras el fusilamiento de su marido, fue represaliada y depurada (se le enajenaron todos sus bienes y cuentas bancarias), expulsada de Granada con una niña de diez meses (esta hija, Mariluz Escribano) y trasladada forzosamente a Palencia, donde permaneció tres años. Tras ese tiempo se le permitió regresar a Granada con su hija y volver a ejercer en la Escuela Normal de Granada; no obstante, se le mantuvieron enajenados todos sus bienes y estuvo bajo la estricta vigilancia de las autoridades académicas nombradas desde la dictadura buscando cualquier resquicio que permitiera imputarle algún cargo que permitiese su expulsión.
“A pesar de todas estas dificultades vitales Mariluz cursó simultáneamente estudios de Filosofía y Letras y Magisterio con brillantes calificaciones, trasladándose posteriormente durante un tiempo a Estados Unidos, en concreto a Ohio, donde impartió clase en uno de los college más prestigiosos y reputados del país, el Antioch College, reconocido por ser el primero donde blancos y afroamericanos compartieron aulas. Del mentado college salieron algunas de las figuras más relevantes en la defensa de los derechos civiles como Coretta Scott King o Edythe Scott Bagley, entre otras”.
Compromiso con los vencidos
Mariluz Escribano ha desarrollado una fecunda carrera como escritora, tanto en verso como en prosa. Por sus circunstancias vitales, Escribano empieza a publicar tardíamente (en 1991) aunque algunos de sus poemas estén fechados en los inicios de los años setenta.
“La razón es que el perfil de su poesía, de claro compromiso con la memoria de los vencidos, no se ajustaba a la idea de la primera España de la democrática, centrada en que no se hablase de la dictadura y del sufrimiento de quienes lo perdieron todo” relata Remedios Sánchez.
Así, Mariluz empieza a publicar con 57 años y, pese al silencio de la crítica que no sabe dónde ubicarla, sus obras se agotan con rapidez; esto sucede con Sonetos del alba (1991), Desde un mar de silencio (1993), Canciones de la tarde (1995). Después vendrá un parón de casi veinte años, pero con Umbrales de otoño (Hiperión, 2013) llega su visibilización y obtiene el Premio Andalucía de la Crítica. Le seguirán El corazón de la gacela (2015) y, la obra que cierra toda una vida de compromiso ético y social desde la poesía, Geografía de la memoria (2018).
La calidad de su poesía propició que la mayoría de sus poemarios se encuentren agotados y que haya sido escogida como una de las 82 voces femeninas fundamentales de la poesía en español nacidas entre 1886 y 1960 (se recogen las mejores autoras de la poesía que se ha escrito en los 21 países de habla castellana) en la antología realizada bajo el título de Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960).
“Posteriormente, ya en 2016, la acreditada editorial Visor, tal vez la más importante de poesía en lengua castellana por su proyección internacional y el relevancia de su catálogo, ha hecho una antología de su obra bajo el título Azul melancolía, lo que la convierten en una de las figuras de referencia de la actual lírica española”.
En 2015 se le concedió la Medalla al Mérito de la Ciudad de Granada por su trayectoria de honestidad y compromiso con la ciudad de la Alhambra, en la defensa de su historia, su cultura, su patrimonio, su memoria, su presente y su futuro.
Como culminación a esta carrera tardía pero tan brillante en lo literario, se le otorgó el Premio Elio Antonio de Nebrija de las Letras Andaluzas, el máximo galardón literario concedido en nuestra comunidad, que antes han ganado otras personalidades de las letras como Antonio Gala o Josefina Molina, entre otros nombres esenciales. En su caso se lo entregó la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, que ahora participará en la presentación del libro en el Ateneo de Madrid el día 6 de febrero.
Mariluz Escribano falleció en 2019 tras una larga enfermedad que no impidió que los últimos años de su vida, para que no se borrase de la Historia del siglo XX tanto sufrimiento y tanto dolor, los dedicara a visibilizar la memoria de los vencidos desde una postura de concordia y de voluntad de perdón sin olvido, a fin de concienciar de lo que suponen las guerras y sus consecuencias a las nuevas generaciones.
En 2021 fue elegida como Autora Clásica Andaluza y, tras un congreso organizado en su honor, el Ayuntamiento de Granada ubicó una escultura de la excepcional poeta de la memoria y la concordia civil, como ya es reconocida internacionalmente, en el Parque Federico García Lorca. En octubre de 2022 se ha publicado su poesía completa en la prestigiosa editorial Cátedra a cargo de su albacea, la profesora de la Universidad de Granada, Remedios Sánchez.
de la poesía en español nacidas entre 1886 y 1960 (se recogen las mejores autoras de la poesía que se ha escrito en los 21 países de habla castellana) en la antología realizada bajo el título de Poesía soy yo. Poetas en español del siglo XX (1886-1960). Posteriormente, ya en 2016, la acreditada editorial Visor, tal vez la más importante de poesía en lengua castellana por su proyección internacional y el relevancia de su catálogo, ha hecho una antología de su obra bajo el título Azul melancolía, lo que la convierten en una de las figuras de referencia de la actual lírica española.
En 2015 se le concedió la Medalla al Mérito de la Ciudad de Granada por su trayectoria de honestidad y compromiso con la ciudad de la Alhambra, en la defensa de su historia, su cultura, su patrimonio, su memoria, su presente y su futuro. Como culminación a esta carrera tardía pero tan brillante en lo literario, se le otorgó el Premio Elio Antonio de Nebrija de las Letras Andaluzas, el máximo galardón literario concedido en nuestra comunidad, que antes han ganado otras personalidades de las letras como Antonio Gala o Josefina Molina, entre otros nombres esenciales. En su caso se lo entregó la vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo, que ahora participará en la presentación del libro en el Ateneo de Madrid el día 6 de febrero.
Mariluz Escribano falleció en 2019 tras una larga enfermedad que no impidió que los últimos años de su vida, para que no se borrarse de la Historia del siglo XX tanto sufrimiento y tanto dolor, los dedicara a visibilizar la memoria de los vencidos desde una postura de concordia y de voluntad de perdón sin olvido, a fin de concienciar de lo que suponen las guerras y sus consecuencias a las nuevas generaciones.
En 2021 fue elegida como Autora Clásica Andaluza y, tras un congreso organizado en su honor, el Ayuntamiento de Granada ubicó una escultura de la excepcional poeta de la memoria y la concordia civil, como ya es reconocida internacionalmente, en el Parque Federico García Lorca. A finales de año se publicó su poesía completa en la prestigiosa editorial Cátedra a cargo de su albacea, la profesora de la Universidad de Granada, Remedios Sánchez.
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