exposicion_sto_domingo_28nov_09
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La Sala de Profundis acoge un diálogo vertebrado por la pasión por la pintura. La inauguración tuvo lugar este sábado. Tras la intervención del representante del Ayuntamiento, Paco Camas, los pintores resaltaron la conexión entre su pintura y el silencio. Todo diálogo, con la obra, con la naturaleza, con el paisaje, comienza con la escucha. Necesitamos saber escuchar el silencio del paisaje para empezar a pintar. Se trata de una exposición de dos artistas que han sabido escuchar y que han tratado un mismo tema, el paisaje, pero con enfoques muy diferentes. Como dijo Juan Carmona Vargas, si las obras necesitan muchas palabras es que esas obras están vacías. Es la hora de contemplar el resultado de esa inmersión en el silencio y en la creación, señaló.

Joaquín Terán nos presenta unos paisajes bien definidos a través de una soledad horizontal. Las nubes, los campos, las fábricas y los árboles forman estructuras estables, tranquilas, sin seres humanos. Quizás reflejen una falsa serenidad o una falsa soledad. La verdad es que atrapan la mirada. Al estilo romántico, muchas obras nos permiten asomarnos a la inmensidad del abismo, lo sublime, una lejanía teñida de cierta nostalgia. Contemplamos composiciones que implican un gran trabajo formal y una gran sensibilidad en el uso de los tonos, las transiciones, para posibilitar que el cuadro rezume serenidad y desasosiego al mismo tiempo.

Juan Carmona Vargas crea paisajes menos definidos, con trazos inacabados y mezclas de colores en diversos planos. Las referencias a la realidad se insinúan, nunca son cerradas. Las composiciones son inestables, dinámicas. Es la mirada del observador la que completa la sensación. El pintor desparece, dice Juan. Lo que más nos acerca a la verdad es la duda, lo confuso y lo inacabado. El fluir de las pinceladas, las superposiciones, las zonas borrosas y la distribución caótica del color nos abren el camino de las infinitas interpretaciones de lo real. La espontaneidad profunda, inconsciente, es parte del proceso creativo.

Son obras de madurez, obras que proporcionan al visitante unos momentos de intenso placer estético. El hecho de combinar estilos diferentes potencia lo más interesante de cada una de ellas. La exposición se completa con dos vitrinas en las que hay otros materiales de los autores, como postales, libros o revistas.Llegué a la sala cuando los dos pintores remataban los preparativos de la inauguración. Estuvimos hablando un rato, paseando entre las obras.

¿Cómo les surge la idea de la exposición?

Juan Carmona: La idea de la exposición surge, primero, porque lo propio de un pintor es exponer. Siempre tengo la necesidad de exponer porque si el cuadro no se expone, no se hace, quiero decir que el cuadro no lo hace el pintor cuando pinta, el cuadro lo hace el que lo ve cuando lo hace suyo. Ahí es donde está realmente el misterio de la creación. No es una cuestión de ego o de autoría. Joaquín y yo nos conocemos desde siempre. Nunca habíamos expuesto juntos. Tuve la oportunidad de disponer de esta sala, gracias al Ayuntamiento, y le propuse a Joaquín que colaborara conmigo. Los dos, además, tratamos el mismo tema, el paisaje, con un estilo bastante diferente. Tanto él como yo entendemos que la pintura no es cuestión de estilo, es lo de menos. Es una cuestión de habitar ese espacio. Y los dos habitamos un mismo espacio. Y ahí es donde coincidimos y por eso podemos dialogar. Dialogamos desde el  silencio que existe dentro del paisaje, es decir, escuchando el paisaje. Y a partir de ahí podemos dialogar. El estilo es lo de menos, ni nos separa ni nos une. El estilo es lo que tiene que pagar una persona por ser uno mismo.

Joaquín Terán: Lo que nos une sobre todo es el amor a la pintura. Y a pesar de tener unos estilos muy diferentes, los gustos son muy parecidos, nos gustan casi los mismos pintores. Sin embargo, lo reflejamos de una manera muy diferente.

¿Cómo definen su forma de abordar el paisaje?

Joaquín Terán: Mi forma consiste simplemente en asomarme a la ventana, ver algo y que ese algo se refleje en mí. Cuando me pongo a pintar, algo de mí se refleja en el cuadro. Y eso es un diálogo que se establece. La mayoría de lo que tengo aquí son paisajes del entorno.

Juan Carmona: Trabajo en el filo de la navaja, una abstracción pero siempre con referencias. A veces esas referencias son más claras y otras veces no tanto. Es el sitio, quizás no más cómodo, pero sí el que me corresponde.

Un paisaje nunca es sólo un paisaje…

Juan Carmona: Pero una mujer desnuda tampoco es sólo una mujer desnuda… La pintura trasciende todo. Quiera o no quiera hace una metáfora de todo. Y nosotros, tanto Joaquín como yo, somos unos pintores que coincidimos en un lenguaje bastante poético. Como decía María Zambrano, el arte o es poesía o no es. Por ese sentido de la trascendencia, el valorar una verdad sin saber exactamente qué es esa verdad…

Joaquín Terán: "Mi forma consiste simplemente en asomarme a la ventana, ver algo y que ese algo se refleje en mí"

Después de tantas vanguardias, ¿ha resurgido una nueva pintura del paisaje, teñido por esas experiencias atrevidas?

Joaquín Terán: Yo también he amado las vanguardias de joven, pero después ves que la figuración es un vehículo que te hace decir otras cosas pero siempre estando atado a algo concreto y a algo que tiene que ver con tu vida. La abstracción implica partir todos los lazos que te unen con la realidad y sumergirte en la pintura en sí. Y yo no soy capaz de eso porque necesito tener un asidero real.

¿Cómo nace la idea nueva, la mirada nueva?

Joaquín Terán: Me asomo a la venta y veo algo. Me fijo sobre todo en la composición. Me centro en los aspectos meramente formales. No entro, en principio, en lo que vaya a transmitir el cuadro. Soy incapaz de verlo. Habrá gente que diga que transmite soledad. Pero yo lo único que he visto es que esta torre esté en composición con la nave industrial que está al lado, que la montaña sea el punto central de la composición… Me fijo siempre en aspectos muy formales.

Juan Carmona: "Mi obligación es pintar. De ahí arranca todo. Siento que ese es mi deber en la vida. Cada uno sentirá un deber diferente"

Juan Carmona: Mi obligación es pintar. De ahí arranca todo. Siento que ese es mi deber en la vida. Cada uno sentirá un deber diferente. A partir de ahí intento dar mucho la vuelta a las cosas. Pinto algo y luego tomo trozos de ese algo y le doy la vuelta y lo pongo al revés. Lo que era un cielo pasa a ser otra cosa. Voy creando mientras la propia obra se va expresando por sí misma. Y yo lo que hago es escuchar. Intento matarla lo menos posible con mi personalidad. Escucho lo que me va pidiendo la obra. No se pinta con la mano, sino con la mirada. Ya lo decía Picasso, es la mirada la que pinta. Me voy sorprendiendo. Nunca sé dónde va a llegar una obra mía. Utilizo mucho el azar, cosas que no controlo, para que esa misma pintura se exprese. Luego, soy el dueño, el que dice esto sí y esto no. Pero la mayoría de las veces no me esperaba ciertas cosas que surgen. Para todo esto el paisaje es mucho más adecuado que los desnudos o que otros temas. El paisaje favorece mucho lo inacabado. Una obra tiene mucha más vida cuando está inacabada, porque el que la tiene que acabar es el espectador. Todo lo acabado está muerto. Y debe ser imperfecta, porque si es perfecta también está muerta. Si es que la perfección existe…

¿Quiénes  serían sus modelos, sus maestros?

Juan Carmona: Me gusta mucho todo lo que es la escuela veneciana, los primitivos franceses, el renacimiento flamenco y, por supuesto, Velázquez. Y también la pintura primitiva china y japonesa.

Joaquín Terán: Para mí los grandes son Velázquez, Rubens y Rembrandt, aunque luego en mi obra no se reflejen, por desgracia… Tengo la referencia del paisaje: Camille Corot, Carlos de Haes… Un pintor que nos gusta mucho es Pinazo.

Juan Carmona: De Millet hay mucho en tu obra, la sutileza de Millet.

Joaquín Terán: Tuve mucha influencia también de de Friedrich. Antes yo era más romántico.

¿Qué función social tiene el artista hoy?  

Joaquín Terán: El arte es un espejo donde la sociedad se pueda mirar y ver cosas que ella misma no puede ver. Tiene que haber artistas con mirada propia.

Juan Carmona: La pintura hace visible lo invisible. Nos hace creer en la utopía y en la poesía. Y nos hace ver que no es humo, sino que se ve y está plasmado, no en su forma, pero sí en su esencia. El arte provoca que la humanidad se interrogue a sí misma. Es una de las formas que tiene la humanidad de interrogarse a sí misma, junto con otras, como la religión o la filosofía.

¿Cómo ven el ambiente artístico en Jerez, en pintura?

Juan Carmona: Nosotros nos relacionamos muy poco con pintores. Somos autodidactas. No hemos estudiado en ningún sitio. No tenemos compañeros de facultad… No nos movemos en el mundo de las galerías. Estamos al margen, no discriminados, pero sí en las afueras.

¿De forma voluntaria?

Juan Carmona: En mí no es voluntario. Eso se lo puede permitir un rico, en su atalaya, alejado del mundo. En nuestro caso no es así. Nuestras obras no son valores del mercado, no sirven para especular. El que compra una obra nuestra no la compra pensando en lo que va a valer dentro de unos años. Lo hace para disfrutar de ella. No estamos metidos en ningún mundo, pero no porque no hayamos querido. A mí me han rechazado en veinte mil sitios. Una vez hice una exposición que se llamaba Fuera de línea porque era lo que me decían en todas las galerías. Hoy la gente se cree que existe libertad y que está permitido todo. La gente piensa que hoy no puede pasar lo que le sucedió a Van Gogh, pero se equivocan, hoy hay pintores que valen mucho y que se mueren de hambre también.

Joaquín Terán: El mundo de las galerías es muy hermético, muy cerrado. Si no estás dentro es muy difícil entrar ahí. Hay corrientes y si no haces arte contemporáneo no entras en la línea, como dice mi compañero.

 

Horarios de visita:

Hasta el 4 de diciembre, de martes a viernes, de 10.00 a 14.00 h. y de 17.00 a las 20.00h, sábados y domingos sólo por la mañana.

Desde el 5 de diciembre, todos los días, de 11.00 a 14.00 h. y de 18.00 a 21.00 h.

Días especiales, 24 y 31 de diciembre, y 5 de enero, horario sólo de mañana, 25 de diciembre y 1 de enero, horario sólo de tarde.

Sobre el autor:

juan carlos gonzalez

Juan Carlos González

Filósofo

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