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Romances, entre Oriente y Occidente. Accademia del Piacere y Ghalia. Domingo 12 de noviembre de 2017. Accademia del Piacere. Fahmi Alqhai, dirección. Dani de Morón, guitarra. Rami Alqhai, vihuela de arco. Johanna Rose, vihuela de arco. Javier Núñez, órgano positivo,  Agustín Diassera, percusión, Mariví Blasco, canto. Ghalia Benali, invitada especial. En colaboración con la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. Concierto integrado en el 15 Festival de Música Española de Cádiz “Manuel de Falla”.

La Accademia del Piacere que dirige Fahmi Alqhai plantea un interesante y atractivo modo de interpretar la música antigua que coloca a esta formación en un espacio muy singular debido a que su acercamiento a las obras que interpretan no se hace de un modo, digamos, “arqueológico”, sino buscando la mucha vida que aún persiste en estas músicas y su conexión con el tiempo presente. Este concierto fue una buena prueba de ello, ya que en él se han pretendido mezclar elementos diversos y encontrar sus puntos de conexión de un modo elocuente. No es la primera vez que este conjunto desarrolla proyectos tan creativos como éste. Aunque su repertorio fundamental es la música histórica del siglo XVII italiano, del Renacimiento español y la escénica del Barroco hispano, asimismo se ha introducido en otros territorios como en Las idas y las vueltas, junto al cantaor flamenco Arcángel (Giraldillo a la Mejor Música de la Bienal de Flamenco de Sevilla 2012), o en Diálogos, en colaboración con Rocío Márquez (también premio Giraldillo a la innovación en 2016). En el terreno del Jazz ha actuado junto a Uri Caine, otro original intérprete. Todas estas experiencias son reveladoras del terreno tan poco acomodaticio en el que se desenvuelve el conjunto comandado por Fahmi Alghai.

La biografía Alghai es tan ecléctica como el repertorio cultivado por la Accademia del Piacere. Su padre es un sirio de origen libanés y su madre es una palestina refugiada en Siria, ambos cristianos. Él nació en el barrio sevillano de la Macarena, aunque hasta los once años vivió en Siria. De regreso a la capital andaluza tocó la guitarra eléctrica más “heavy” hasta que a los dieciocho pasa, sin solución de continuidad, a tocar la viola da gamba sin saber lo que es un chelo, primero con Ventura Rico y luego con Pandolfo y Ghielmi. Más adelante contrae matrimonio con la violagambista alemana Johanna Rose, integrante también de la Accademia del Piacere. La calidad del conjunto  instrumental está acreditada por los prestigiosos escenarios internacionales en los que ha actuado, como el Konzerthaus de Berlín y el de Viena, la Philharmonie de Colonia, la Fundação Gulbenkian de Lisboa, el Auditorio Nacional de Madrid y otros de Holanda, México, Colombia, Francia, EEUU, Japón, Bélgica, Alemania o Suiza. Y ha recibido por ello reconocimientos como el Choc de Classica (Francia) o el Prelude Award (Holanda).

El bellísimo programa Romances, entre Oriente y Occidente ha sido un estreno absoluto en este concierto del Teatro Villamarta. En él se alternan composiciones asociables a las culturas oriental y occidental para poner en evidencia los lazos comunes y los múltiples caminos de comunicación que el paso del tiempo ha ido trazando. Para ello se han sumado una serie de piezas cristianas y árabes de diversas épocas, como la de la toma de Granada. También composiciones actuales en las que están presentes, de modo más o menos cercano, romances fronterizos, canciones renacentistas o nubas de la tradición arábigo-andalusí, preservadas durante siglos en Marruecos y Siria tras el exilio de los últimos moriscos castellanos. Es decir, composiciones que se han influido entre sí y que han persistido en el fondo de músicas de diversa índole desarrolladas con posterioridad y que se han extendido por parte del sur del Mediterráneo hasta nuestros días.

Para lograr este propósito, la Accademia del Piacere ha contado con la colaboración de la carismática Ghalia Benali, artista multifacética que se expresa a través del canto, la composición, la escritura, el baile, la actuación y la pintura. Ella ha sido galardonada en 2008 con el Premio del Mundo de la Música de la British Independent Organisation a la mejor canción de World Music, y en junio de 2016 con el Premio a la Mejor Actriz de la Fundación Mujeres por África de España. Durante este concierto Ghalia puso al servicio de las piezas “orientales” una voz suntuosa, manejada con flexibilidad, con la que pudieron verse las interconexiones que las músicas de los mundos islámico y cristiano tuvieron por encima de los enfrentamientos bélicos que los separaban. En varias de las composiciones, como en las de apertura y cierre del concierto, el broncíneo color vocal de Ghalia fue combinado con el cristalino de la de la soprano valenciana Mariví Blasco (la parte “occidental” en el canto). El resultado fue muy atractivo y cromático, y en sí mismo una materialización de un feliz encuentro cultural. Este armonioso contraste fue resaltado visualmente, en la primera de las piezas, situando a las intérpretes en la zona de platea, a izquierda y derecha del escenario.

"El conjunto de músicos de la Accademia del Piacere ensamblaron a la perfección, resaltando la riqueza tímbrica, melódica y rítmica de las obras"

El primer bloque del programa fue organizado sin interrupción entre cada una de las composiciones, con transiciones instrumentales que consolidaban la idea matriz: evidenciar las mezclas e influencias mutuas de los universos culturales occidental y oriental, mucho más cercanos de lo que pretenden las disgregadoras dialécticas de confrontación. El conjunto de músicos que integran la Accademia del Piacere ensamblaron a la perfección, resaltando la riqueza tímbrica, melódica y rítmica de las obras y fusionando la música antigua con los sonidos flamencos de la guitarra de Dani de Morón, en lo que fue otra muy interesante fusión. Fahmi Alqhai sobresalió como solista en el Romance De Antequera sale el moro, de Cristóbal de orales y Miguel de Fuenllana, en el que demostró una equilibrada combinación de dominio técnico y expresividad acompañando el expresivo canto de Mariví Blasco. El fraseo y el control dinámico puestos al servicio de la máxima comunicación con el oyente hicieron de esta pieza uno de los momentos culminantes del concierto.

El propósito de los intérpretes de esta espléndida velada fue logrado plenamente. La sucesión alternada o mezclada de piezas orientales y occidentales hizo elocuente el hecho de que los muros políticos levantados por los enfrentamientos bélicos que tienen su origen en la Edad Media, y que desafortunadamente están recobrando impulso en la actualidad, no fueron un obstáculo para que la cultura musical de las partes en litigio se mezclaran y perduraran a través del tiempo y el espacio con el consiguiente enriquecimiento de todos. Según señaló Fahmi Alqhai en comentarios al público durante el concierto y también en otros foros, lugares tan alejados como Granada y Siria comparten versos y músicas; o que, por ejemplo, en Alepo “aún se escuchan las moaxajas de su escuela andalusí”, cuya versión castellana son los villancicos recogidos en los cancioneros renacentistas. Asimismo, que la expulsión de los últimos moriscos de La Alpujarra no pudo impedir que su arte musical se infiltrara en el folklore andaluz, con sus melismas y su inconfundible modo de vocalización.

En definitiva, además del gran valor musical que el concierto contiene se suma el muy elevado interés de dirigir la mirada hacia lo que une a las culturas oriental y occidental, dejando totalmente a un lado la desgraciada tendencia a desarrollar discursos de enfrentamiento en vez de encuentro. Iniciativas como ésta ayudan a que el mundo sea más habitable.

Sobre el autor:

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Joaquín Piñeiro Blanca

Profesor Titular de la Universidad de Cádiz. Departamento de Historia Moderna, Contemporánea, de América y del Arte.

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