La primavera por fin es trompetera

La primera jornada del festival, aplazado por las fuertes lluvias previstas en marzo, congrega a miles de amantes de la música que se deleitan con La Raíz, Rosendo, Brisa Fenoy, ToteKing o C. Tangana

Un momento del concierto de Rosendo. FOTO: JUAN CARLOS TORO.
Un momento del concierto de Rosendo. FOTO: JUAN CARLOS TORO.
26 de mayo de 2018 a las 13:22h

La primavera por fin llegó. La cuarta edición es la que más se ha hecho esperar. La alerta amarilla en la que estaba la zona a mediados de marzo hizo que hubiera que armarse de paciencia. Pero dos meses después, aquí está. Más trompetera que nunca. Circulando por la autovía que conecta Jerez con Arcos se vislumbran los escenarios principales, Primavera y Alegría, que muestran un anticipo del festival. Al llegar, tras aparcar y pasar los tres controles de seguridad que hay antes de llegar a la zona de escenarios, se confirman las sospechas: el cambio de fecha no ha quitado las ganas de fiesta. “Hay que hacer jaque a la reina que aún está viva y risueña, hay que romper el tablero…”, cantan los chicos de La Raíz, mientras sus seguidores apenas tocan el suelo, entre bote y bote. “Quieren cortarnos la lengua, somos Pablo Hasel, Valtonyc, Willy Toledo…”, pregonan, y el público enloquece.

“¡Y tú eres tonto!", se escucha poco después por boca de ToteKing y su hermano Shotta —con su inseparable Dj Nexxa, artista de la tierra—. Cada uno que se la dedique a quien quiera. La noche va cayendo y los móviles encendidos sustituyen a los mecheros que se utilizaban antiguamente para crear ambiente. El festival no da tregua y la música continúa, saltando de un escenario a otro, de un estilo musical a otro. Del rock al rap, pasando por el pop o el funk. Hay para todos los gustos y cada uno, con el cartel de los horarios en el móvil, va consultando cual será el próximo concierto que disfrutará. O cual elige para hacer un break. Eso sí, por experiencia: es imposible intentar verlos todos. Ni casi todos. No da lugar. Las actuaciones se suceden una detrás de otra en los cuatro escenarios que, en esta ocasión, a diferencia de la edición anterior, están situados en la zona de aparcamientos del Circuito de Jerez-Ángel Nieto, en lugar de estar dentro —el cambio de fecha hizo que fuera imposible—.

Dj Nexxa, acompañante inseparable de ToteKing y Shotta, durante el concierto. FOTO: JUAN CARLOS TORO.

Pero el lugar es lo de menos para quien viene a disfrutar de su cantante favorito, se llame como se llame. Rosendo sigue prometiendo que estará agradecido en la que es su gira de despedida, que incluye el festival jerezano. Los viejos rockeros nunca mueren, sobre todo en los corazones de sus seguidores, que se cuentan por miles. Mientras, a escasos metros, Brisa Fenoy, la autora de uno de los hits del momento entre los jóvenes, Lo malo, deleita a unos adolescentes que nada tienen que ver con el público que sigue al veterano rockero. Lo dicho, para todos los gustos. No hay tiempo para aburrirse.

Cuando cae la noche, toca reponer fuerzas, y los hay que optan por acercarse a los coches para comer algo o quienes se acercan a los puestos de comida que habilita el propio festival. Depende de lo que cada uno quiera alejarse de los escenarios, por los que la masa de personas va rotando según quien actúe en ese momento. El mar de cabecitas que se ve desde la zona en altura habilitada para quienes han pagado la entrada VIP forma una estampa que impresiona.

Es primavera, pero con la oscuridad llega el frío. Toca abrigarse y prepararse para los platos fuertes del trasnoche. Los hay quienes tiran para Miguel Campello, otros esperan al rapero C. Tangana y su directo más gamberro, o los hay quienes se quedarán hasta bien entrada la madrugada para disfrutar de la música electrónica de Chagar y Cali Deeper. Cada uno se fabrica su propio menú en función de sus gustos, y de las fuerzas que le queden. Pero hay que reservar energías, aunque queda la jornada del sábado.

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Francisco Romero

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