Desde muy pequeña, tenía claro que quería dirigir, contar historias, crear. La jerezana Yolanda Centeno lleva desde los 14 años realizando un corto cada verano. Le apasiona el mundo audiovisual y, gracias a su entrega, ha llegado a lo más alto. La directora y guionista de 34 años está a punto de presentar su último cortometraje Imposible decirte adiós y aglutina multitud de spots publicitarios para grandes marcas con la productora Harry, una de las más punteras del país.
En 6 años finalizó dos carreras, Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Cádiz y Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla. En sus idas y venidas en el tren, se labraba un futuro y soñaba con planos, personajes y story boards. “Llegaba el fin de semana y me ponía a escribir cortos, tenía muchos guiones en el cajón, eran una necesidad de explorar, aprendes mucho haciendo más que abriendo un libro y estudiando”, recuerda Yolanda.
Durante su etapa universitaria dirigió Nostalgia, corto rodado en Jerez que se llevó el premio RTVA al mejor cortometraje andaluz. Yolanda iba creciendo y dando a conocer su talento, que hizo que terminara al otro lado del charco. Con 25 años logró una prestigiosa beca de Talentia para estudiar en la New York Film Academy y estuvo un año y medio viviendo en el Harlem grabando sin parar. “Esos cortos no los movía en el circuito de festivales, los rodaba allí y los tengo guardados, no podía darle el impulso que necesita un corto porque eso también es una inversión”, reconoce.
“Llegaba el fin de semana y me ponía a escribir cortos”
Hasta que completó su formación en los estudios de Universal en Los Ángeles, incluida en la beca, donde dio a luz a Zugzwang, el corto que más vueltas ha dado hasta el momento. “Allí pude rodar con más medios porque tenía acceso a todo, localizaciones, equipo de rodaje”, explica la jerezana. Su pieza volvió a ganar el premio RTVA al mejor cortometraje y viajó por más de 300 festivales internacionales. “En él trabajaba con dos niños gemelos que interpretaban el papel de uno solo, nunca habían hecho esto antes, y trataba sobre el ajedrez, algo a lo que siempre he jugado muchísimo”, comenta mientras hilvana su recorrido profesional.
En 2014, Yolanda volvió a su tierra y comenzó su andadura con la productora madrileña Harry con la que ha dado sus pasos en el cine publicitario lanzando pequeñas historias para Orange, Ikea, McDonalds o Movistar, y ahora, su último corto. Después de 7 años, “echaba de menos este formato” y no dudó en proponer su idea a la productora, que la siguió para dar vida a una historia sobre la defensa del menor que ha contado con la dedicación de la productora ejecutiva Tay Sánchez y la interpretación de actores reconocidos. Alexandra Jiménez encarna a la “segunda madre” de un niño, en la piel de Darío Ibarra, que se enfrenta a una trama de padres separados y nuevas caras. Al reparto también se unen los ganadores de un Goya al mejor actor y actriz revelación respectivamente Fele Martínez y Ruth Gabriel.
“Ha sido una suerte, hablé con el representante de Alexandra, ella tenía una agenda complicadísima, pero inmediatamente leyó la historia y dijo: yo quiero hacer esto, cuenta conmigo para contarla”, cuenta la jerezana al otro lado del teléfono. Yolanda se inspira en una historia muy personal –“mi situación también es así”–para la que buscaba un niño que entendiese el problema.
“A mí me hizo la pregunta el hijo de mi chico, ¿qué pasaría si un día tú y papá os separáis? ¿yo voy a poder seguir viéndote? Y esa pregunta fue desencadenante para mí, pensé que tenía que escribir algo sobre eso”, sostiene la directora que indaga en lo que representa para el pequeño la novia de su padre. Según explica, “Darío es un niño muy sensible e inteligente, a mí me parece un descubrimiento”.
A Yolanda le encanta rodar con niños, y esta vez, ha vuelto a optar por una trama con un menor que nunca había trabajado en el mundo audiovisual. Un reto al que se ha sumado la odisea de grabar en pandemia. Imposible decirte adiós se desarrolló en Madrid hace unos meses tras una semana de ensayos en los que las mascarillas hacían de las suyas y los actores solo veían la mitad de la cara. “Ha sido toda una experiencia con los protocolos que hay, sobre todo para niños”, dice la jerezana.
La situación dio un giro al rodaje en el que había que guardar una distancia de separación de un metro y medio con Darío, aunque todo el equipo se hubiese hecho la PCR. “Tuve que modificar el guion y llevar la narrativa de otra manera, utilizando el espacio de otra forma para que no se notase que estaban separados”, mantiene.
“Tuve que modificar el guion y llevar la narrativa de otra manera”
Pese a las normas, el equipo logró finalizar esta obra que se estrenará en la Semana del Cine de Medina del Campo del 28 de mayo al 5 de junio. “Tenemos planteado ir a festivales, queremos calentar motores porque tenemos el largo ya en carril”, añade. Entre nuevas metas, Yolanda expone que este corto es el preludio a su ópera prima, un largometraje titulado Tras el verano que está en pleno desarrollo. La película, basada en el mismo concepto que el corto, tendrá como principales escenarios Madrid y Andalucía, siendo el Sur donde los personajes cuenten las escenas de verano. “Tiras de lo que tienes en la mente y yo mis veranos los he pasado en Cádiz, en Málaga, en Sevilla”, comenta.
Yolanda continúa trabajando en esta obra, seleccionada en la primera edición de CIMA Impulsa en colaboración con Netflix y el ICAA, que espera rodar en 2022. Muy ilusionada con sus proyectos, la jerezana estira su creatividad al máximo y sigue rebuscando en sus vivencias para extraer historias especiales, “pero también con un poco de realismo mágico. Por ejemplo, me gusta que, de repente la historia tome otro punto de vista y pase algo surrealista”. Su recorrido personal es el principal motor para remover las mentes de los espectadores.
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