Javier Prieto Ramos (Cádiz, 1977) nació en la capital gaditano y se crió en El Puerto, pero también ha vivido muchos años en Sevilla. "Soy el sevillano en Cádiz y el gaditano en Sevilla", resume este artista al que su carrera profesional lo ha llevado a desempeñar diferentes roles. De intérprete a compositor, hasta crítico flamenco, pasando por profesor. "Las cosas han ido fluyendo, he saltado de una cosa a otra de forma natural", asegura.
Prieto protagoniza este viernes, 18 de noviembre, a las 21.00 horas, la reapertura de la Sala la Quemá de Jerez, que retoma su actividad tras seis largos meses de parón. Mythos se titula el primer disco en solitario del percusionista gaditano, que se ayuda del handpan, un novedoso instrumento, para traer sonidos que pasan por el flamenco, la bossanova brasileña o el folk.
"Tengo el vicio de contar", dice Prieto, que define los espectáculos en los que presenta su disco como conciertos narrados. "Soy un friki de la mitología, y como soy charlatán, cuento la historia de la canción antes de tocarla", señala. A modo de ejemplo, dice que no se limita a narrar la historia de Medusa, el ser mitológico que convertía en piedra a quien la mirara a los ojos, sino que relata "cómo nos ha llegado su historia hasta nuestros días y cómo es en realidad". En el álbum Mythos colaboran artistas como Rocío Márquez, Javi Ruibal, Chemón Cortés con su laúd o Raúl Cantizano con su zanfoña.
El handpan es un instrumento muy nuevo. Su primera aparición en público tiene lugar en el año 2000, en Berna (Suiza), gracias a la compañía PANArt Hangbau AG. Dos caparazones de metal pegados, una zona plana en el superior, un círculo con siete áreas circulares donde están las notas musicales y un agujero central en el caparazón inferior forman un instrumento que Prieto domina a la perfección.
El percusionista gaditano, uno de los pioneros a nivel nacional e internacional en el uso del handpan, se vale de él para transitar en Mythos por distintos géneros musicales, que además de ser “un espectáculo de charlatanería”, como él llama al espectáculo de narración oral para adultos, tiene “sabores andalusíes, euskaldunes, aromas del rock andaluz y de la rítmica hindú, pulsos de la samba brasileira y de la psicodelia más contemporánea”, según describe el propio artista.
A Javier Prieto siempre le ha gustado leer y escribir. Quiso estudiar Periodismo, pero no cursó la carrera, aunque tuvo la oportunidad de escribir sobre flamenco en las páginas de la extinta La Voz de Jerez durante varias ediciones del Festival de Jerez. "Me harté de estudiar y eso me sirvió mucho luego", apunta el gaditano, que empezó en esta faceta gracias a ser conocido por impartir clases de pedagogía flamenca.
Pero la música inunda su vida. "Yo vengo del rock, cantaba, o mejor dicho gritaba, en un grupo punk en El Puerto con 17 años", rememora. Al llegar a la veintena descubrió el folk y, en Sevilla, durante su etapa formativa estudió Arte Dramático y conoció la compañía La Cuadra de Salvador Távora, gracias a la que se enamoró del flamenco. "Escucho de todo, me gusta la música en general, así cuando toco me salen influencias por todos lados. No soy un purista de ningún género".
En 2005 descubrió el handpan y le cambió la vida. "Me cambió la concepción de lo que hacía hasta ese momento", cuenta a lavozdelsur.es. Antes acompañaba a artistas —y lo sigue haciendo— a la percusión flamenca, "y de repente pasé a una percusión melódica", describe Prieto. "Ahora podía hacer melodías y armonías, eso me lleva a investigar", asegura. Y es algo que no deja de hacer nunca.
La trayectoria musical de Prieto comienza en 1995, cuando forma parte del proyecto de folk progresivo Cardamomo, aunque su relación con el flamenco hace que pase por diversas compañías, como la del dramaturgo Salvador Távora, la del guitarrista Antonio Andrade o la del bailaor Juan Rodríguez Mistela. Además, es profesor de compás flamenco, palmas y cajón en la prestigiosa academia sevillana Taller Flamenco y en el Museo del Baile Flamenco de Cristina Hoyos.
Prieto transita por diversas disciplinas, desde el flamenco, a la narración oral con el grupo Vivo del Cuento; la poesía, acompañando a Carmen Camacho en el espectáculo VenusTrack —en el que juntan verso en vivo, danza contemporánea y handpan, con percusión electrónica y un cajón flamenco—; o la performance, con Noemí Martínez. Su música, además, vertebra la banda sonora del documental Pico Reja, la verdad que la tierra esconde, donde acompaña la voz de Rocío Márquez, pero también ha compartido escenario con India Martínez María del Mar Moreno, José Ángel Carmona, Cristian de Moret o Bernardo Parrilla.
Unas vivencias que traslada a sus conciertos con handpan, un instrumento que solo tocaba otra persona antes que él en toda España, Leo Trincabelli, un uruguayo afincado en Barcelona. En todo el mundo, unos 400 músicos lo manejaban en 2005, cuando lo descubrió Prieto. Ahora son muchos más. Él mismo, autodidacta en sus inicios, imparte clases a alumnos que se interesan. "Cada vez somos más tocando, pero el ascenso es lento", sostiene el percusionista gaditano. "Nos estamos inventando la tradición de este instrumento, que solo tiene 20 años", apunta. Él siempre podrá decir que fue de los pioneros.