Qué mejor lugar para empezar el Festival de Jerez que en uno de sus corazones flamencos, en pleno barrio de Santiago, junto al busto de Manuel Soto Monje ‘Sordera’, cantaor gitano que nació en el año 27 en este barrio "reducto del flamenco". Y qué mejor manera que recordar caminando, recorriendo las calles que llenaron las memorias de Caballero Bonald, recreando sus amores de cuando era niño en la Alameda Vieja y escuchando a los artistas que tanto conmovieron al Premio Cervantes.
Hay un cruce mágico de iconos jerezanos en este primer encuentro, tantos, que cuesta asimilar si primero tira el recuerdo nostálgico hacia Caballero Bonald o la expectación ilusionada por escuchar el cante de Vicente Soto o Jesús Méndez. La emoción se dispara en todas las direcciones, pero sobre todo domina una sensación de felicidad, porque todos saben que a Pepe le encantaría este homenaje, el primero de carácter popular, organizado por el Festival de Jerez y coordinado por la escritora y poeta Josefa Parra; el poeta y periodista José María Velázquez-Gaztelu y el cantaor David Lagos.
Minutos antes de comenzar, Pepa Parra comenta sorprendida que muchas de las letras que ella creía populares, son de Caballero Bonald, su “padre literario”. No ha sido hasta organizar este paseo que, leyendo las letras, ha ubicado perfectamente estos cantes en su cabeza, relacionando así este inesperado hallazgo. El poeta Salvador Macías responde que “el flamenco es del pueblo”, y como tal, las letras de Bonald ahora pertenecen al imaginario colectivo. “Para que las cosas existan hay que nombrarlas y para eso estamos los poetas, para ponerles nombre”, dice Salvador.
"A Pepe le habría encantado este paseo, él era muy de calle" (Josefa Parra)
José María Velázquez-Gaztelu era uno de los grandes amigos de Bonald, y a su vez, ambos eran muy amigos de Manuel Soto ‘Sordera’. Una amistad que ha trascendido hoy a través de este tributo. “Siento que él estaría absolutamente feliz de estar aquí, sobre todo porque son los flamencos de Jerez, los artistas jerezanos los que le ofrecen este homenaje. Yo también lo estoy como autor de los guiones y adaptador literario y musical de las letras que se van a cantar aquí, de manera que me parece que todos estamos con el recuerdo de José Manuel Caballero Bonald”, expresa Gaztelu.
“Caballero Bonald y Manuel Soto eran muy amigos. A Pepe le habría encantado este paseo, él era muy de calle. Le encantaba el flamenco en los tabancos, en las peñas. Le gustaba el flamenco vivo, terminar de madrugada escuchando buenos cantes”, relata emocionada Pepa Parra.
“Estoy nerviosa porque me acuerdo mucho de él y de lo que él habría disfrutado, de sus amigos cantando, de los guitarristas, del centro de Jerez, de Gaztelu… echarlo en falta me pone muy nerviosa porque justo detrás del busto (en la antigua papelería) estaba la casa natal de mi abuelo, Juan Ramos López-Cepero, sobrino del cantaor José Cepero. Mi madre nació en la antigua calle de la Sangre, en la casa de Tía Anica la Piriñaca. Es muy importante empezar justo en ese lugar, con el recuerdo de Caballero Bonald, mi padre literario, y el recuerdo de mi abuelo materno detrás”, añade la poeta jerezana.
Y es que este punto tiene una carga simbólica enorme, como dice Salvador Macías, “estamos en el big bang del flamenco, esta es la cuna y de aquí parte para el mundo. El barrio de Santiago le ha dado categoría al flamenco”.
La ruta comienza con Vicente Soto, hijo de Manuel Soto, que se arranca por martinete “como no podía ser de otra manera”. En el Cabildo Viejo sigue con el cante de Jesús Méndez y Melchora Ortega acompañados de la guitarra de Manuel Valencia.
El paseo termina en la antigua mezquita del Alcázar, donde Lela Soto y David Lagos cantan acompañados de la guitarra de Juan Diego Mateo, el baile de Andrés Peña y las palmas de José Peña y Javi Peña. Todo el proceso está acompañado por las lecturas de Josefa Parra, con fragmentos de las memorias de Bonald que hablan de estos "lugares marcados" de su tierra.
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