Miro arriba, lo malo siempre viene del cielo.
Cuando te pones encima te juro que no se qué hacer, eres fiel como una amante gallega, la luna va llena de sol y de pena como una mujer
Sea como fuere, en los primeros versos parece haber una disculpa medio escondida por haber facturado “la peor canción del mundo”:Cuando tengo mi guitarra nada puede sucederme, que tome nota el destino, el cielo y mi mala suerte
La cantante Zahara (María Zahara Gordillo Campos) nos recompensa en su debut, La fabulosa historia de... (2009), con "La canción más fea del mundo". A diferencia de la honestidad brutal de Los Suaves, esta canción no pretende ser fea en ningún momento, ni siquiera feúcha. De hecho, el título se refiere a una tercera canción, anónima:En el centro algún bar estará abierto, luces horteras decoran el local, suena la canción más fea del mundo y la hacemos nuestra, dijiste lo que ambos estábamos pensando
Nos quedaremos sin saber cuál era “la canción más fea del mundo”, aunque más adelante Zahara parece volver a insinuar que es la suya:Hay que llamar a las cosas por su nombre, esto acabó en el momento en que empezó...
Es comprensible que sólo con vergüenzas y dobles sentidos pueda un artista comunicar al mundo que ha creado la peor canción de la historia. Al contrario de si cree haber escrito la más bonita, en cuyo caso, como La oreja de Van Gogh en La playa (2000), lo proclamará a los cuatro vientos:Te voy a escribir la canción más bonita del mundo, voy a capturar nuestra historia en tan solo un segundo.
Y un día verás que este loco de poco se olvida, por mucho que pasen los años de largo en su vida
Dos años después, Joaquín Sabina (Dímelo en la calle, 2002) parece reconocer que los chicos de La oreja de Van Gogh se le adelantaron, al escribir:Mi escondite, mi clave de sol, mi reloj de pulsera, una lámpara de Alí Babá dentro de una chistera, no sabía que la primavera duraba un segundo, yo quería escribir la canción más hermosa del mundo
Puede que Joaquín Sabina no haya escrito la canción más hermosa del mundo, pero consiguió escribir canciones que no ofendían a nadie con títulos como éste, que es quizás lo máximo que se puede pedir a esta orilla de Dylan. En cierto verso Sabina habla del “putón de mi prima Carlota y su perro salchicha”. En 1998, los Mojinos Escozíos ya describían a “un perro salsicha que es bastante juguetón, que se pone mu' contento cada vé' que ve un chow chow”. Está claro que el de Úbeda había bebido de muchos afluentes. El Sevilla y los suyos no podían quedarse de brazos cruzados. En el álbum Más de 8 millones de discos vendidos (2002) reivindicaban que "Esta sí que es la cansión (sic) más bonita":Un pasito p'alante, María, y otro pasito p'atrá y despué de bailá nos vamo a la cama, que te va a enterá.
No voy a comprá gomita, mejó me la vi a plastificá porque voy a llevarme to' la noche besándote en la casa de Iné.
Te van a salí agujeta en er primero, me vah a tocá las parma en el segundo luego nos vamos a fumar un cigarrito y despué te voy a ehcribí la cansión más bonita der mundo
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