Alberto Belmonte e Inés Jiménez son ilustradores, pero con estilos muy distintos. Él es más pictórico, ella más esquemática. Muy diferentes, pero complementarios. Eso pensó el gestor cultural —y tantas otras cosas— Bruto Pomeroy, que fue quien les propone exponer juntos.
La idea la fueron madurando, y se materializará este viernes, 14 de noviembre (a las 19:30 horas), en la coqueta sala de exposiciones del campus de Jerez de la Universidad de Cádiz. Hasta el 26 enero del año próximo hay tiempo para disfrutar de ella.
"Soy diseñadora gráfica desde hace mucho tiempo, y siempre me atrajo más la parte estética que la estratégica", dice Jiménez. "En mi caso, mi estilo es más pictórico. He trabajado en animación durante doce años en Pizzel 3D Studios, y desde 2020 desarrollo una línea más personal, con la que he podido abrirme al mercado francés del cómic, trabajando para editoriales como Dargaud y Les Humanoïdes", añade Belmonte, a modo de presentación.
Inés Jiménez expone por primera vez sus obras, en las que representa a personajes anónimos, figuras de ficción o celebridades del cine, la música y la moda, y también escenas cotidianas que plasma con su visión estética tan particular. Alberto Belmonte expone trabajos que destacan por su capacidad para transportar al espectador a mundos imaginarios.
"Tenemos estilos muy diferentes, por eso decidimos titularla Ángulos y manchas, queríamos un título que reflejara las líneas de trabajo de cada uno", cuentan en conversación con lavozdelsur.es, poco antes de salir corriendo para el campus a empezar el montaje dela exposición.
"No soy muy amigo de exponer, porque siempre estoy muy liado, lo mío es pintar", confiesa Belmonte, porque "es un trabajo muy exigente en cuanto a tiempos". Pero de la idea de Pomeroy le sedujo la posibilidad de hacerlo junto a Jiménez, quien fuera alumna suya de sus clases de dibujo. Ahora forman un matrimonio, artístico y sentimental.
"Nunca habíamos expuesto juntos, y aunque nuestros estilos son muy diferentes, creo que pueden funcionar muy bien, así que me convenció", insiste el dibujante jerezano. La ilustradora gaditana, aunque residente en Jerez desde muy joven, se estrena exponiendo una colección de ilustraciones, un oficio al que se dedican en cuerpo y alma desde hace dos años, aunque lleve toda la vida creando.
Dos artistas en casa, pero con trayectorias muy dispares
"Siempre dibujé, pero fue hacia los 15 años cuando me lo tomé en serio. En el instituto era un desastre, y mi profesor de dibujo, Domingo Martínez, me animó a entrar en la Escuela de Arte. Ahí encontré mi sitio", rememora Alberto Belmonte, que se ha ido labrando un nombre en el mundo del cómic.
Desde entonces, ha crecido proyecto tras proyecto. Ha trabajado para Planeta DeAgostini, para editoriales norteamericanas como IDW o Bastion Press, o para Pizzel 3D Studios, haciendo ilustraciones, storyboards y concept art de proyectos audiovisuales. De ahí dio el salto al mercado francés del cómic, el más potente de Europa, y tiene entre manos su participación en un álbum colectivo que conmemora el 60 aniversario del teniente Blueberry, para la editorial Dargaud.
Inés Jiménez estudió Publicidad y Relaciones Públicas y estuvo trabajando en diseño gráfico y marketing para la cadena Federópticos. "Luego me fui a Inglaterra a perfeccionar el inglés y trabajé en una imprenta", recuerda, en el departamento creativo de Frank Layton Display. A su vuelta, se apuntó a las clases de dibujo de Belmonte. Seguí haciendo ilustración, pero más como hobby. Hace dos años que está volcada en la ilustración al 100%, y no le falta trabajo.
En ambos casos, tienen referentes artísticos en su familia. La madre de Inés es pintora. "Mis primeros recuerdos son verla a ella entre lienzos y óleos", dice. Alberto creció rodeado de pintores o bailarines. "No era algo extraño que alguien se quisiera dedicar al arte", comenta. De esas semillas brotaron estos artistas con tantas ramificaciones.
"Trabajamos juntos en casa, cada uno tiene su estudio y nos ayudamos mutuamente. Incluso damos clases juntos a los niños más pequeños. Exponer es algo más que compartimos, una experiencia bonita", dicen cuando se les pregunta por la oportunidad que se les abre con Ángulos y manchas.
"Una ilustración hecha con IA no tiene alma"
"Me parece una aberración en el contexto artístico. Puede ser útil en otros campos, pero en la ilustración destruye el aprendizaje, el disfrute, el error. El arte es enfrentarte a un lienzo en blanco, a tus miedos y a tu talento", dice Alberto Belmonte sobre el uso de la Inteligencia Artificial (IA) en este terreno.
"La satisfacción cuando consigues finalizar el trabajo, las emociones por las que has pasado, y los años de aprendizaje... es algo que nunca vas a vivir nunca utilizando esa herramienta, es que no es posible", aporta Inés Jiménez.
"Una ilustración hecha con IA no tiene alma. Falta el error, la emoción, el proceso. Es un ejercicio casi espiritual", abunda Belmonte, que se alegra de que el mundo del cómic se oponga frontalmente a su uso. "No podemos negar que conviviremos con la IA, pero el reto está en hacerlo sin perder la humanidad", dice.
"Sobreviviremos", proclaman. De hecho, en el catálogo de la exposición, lo último que han puesto es un “F*ck you IA”, con asterisco, como declaración de intenciones. "Seguiremos luchando desde la barricada", rematan.