Cuando leemos un buen libro, estamos deseando compartir esos momentos de felicidad con los que nos rodean. Por eso nos arriesgamos: aconsejamos lecturas y aceptamos sugerencias. Es cierto que no hay dos lecturas iguales de un mismo texto, que cada lector es un mundo y que cada mirada es una interpretación diferente. Pero asumimos ese riesgo por dos razones: primero porque confiamos en que si un libro gustó a otra persona, algo tendrá; y segundo, porque es tanta la cantidad de obras que se publican, que necesitamos algún criterio para elegir.

Estas son las propuestas que nos han enviado nuestros lectores, a quienes agradecemos su amable colaboración:

José Palomo Pachón

Angustia, de José Ángel Barrueco. Editorial Origami, 2014.

José Ángel Barrueco publica una novela en la editorial Origami, titulada Angustia. Es una historia que mezcla las consecuencias del cáncer que padece la madre del narrador con las sensaciones que el propio narrador siente cuando va a ser padre por primera vez. De forma muy intimista nos va haciendo reflexión de tantas sensaciones contrapuestas, a la vez que nos pasea por distintas ciudades europeas. Y todas esas ciudades tienen, entre otras muchas cosas en común, unos cementerios en los que se pasea con una tranquilidad, a la vez que con el desasosiego propio del lugar y de las reflexiones personales. Libro muy bien escrito, fácil de leer y que entusiasmará a los amantes de Thomas Bernhard. Muy recomendable.

Josefa Parra

Lolita, de Vladimir Nabokov. Editorial Anagrama, 2016.

A más de 60 años de la publicación de Lolita, la más celebrada novela de Nabokov, podemos decir que, tal como quería el desventurado Humbert Humbert, es inmortal “en la mente de las generaciones venideras”. Lolita tenía doce años cuando se mostró, de miel y seda castaña, ante un atónito Humbert, amador platónico hasta ese momento de las nínfulas. Con esa palabra bautiza a un género de niñas que llevan dentro un “pequeño demonio mortífero” sólo reconocible para quien es a la vez “artista y loco”. La nínfula —siempre según la descripción arbitraria de Humbert— no ha de ser por fuerza bella ni delicada (la vulgaridad puede incluso incrementar su encanto); es consciente de su enigmático fulgor; aúna y confunde lo celestial y lo infernal, y provoca en aquel hombre condenado a codiciarla una atracción animal y sublime a la vez, un apetito feroz, insaciable, y sospechosamente parecido al amor.

Pero Lolita Haze es sólo una niña. Su ninfulidad, como su eternidad, se la adjudica la mirada de Humbert, su obsesión. No se puede entender la degradación de Humbert, su descenso a la monstruosidad e incluso al crimen, sin intentar asumir que nace de la atracción amorosa incontrolable. “¿Es que no lo comprenden?” —se desespera— “La quería. Era un amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista”.

Ninguna obra literaria debería leerse con ojos de censor. Tampoco Lolita. La literatura pretende explorar el carácter humano, sus grandezas y mezquindades, para extraer el nudo de belleza que esconde, la explicación del misterio que nos hace ser precisamente humanos.

José Luis Tejerina

La España vacía. Viaje por un país que nunca fue, de Sergio del Molino. Editorial Turner 2016.

El autor, Sergio del Molino (Madrid, 1979), es un joven periodista que se encuadra en la generación de los viejóvenes: “no tenemos edad ni vivimos en ningún sitio”. Hace hincapié en que el libro es un ensayo, pero no un ensayo científico, sociológico, sino literario. La primera parte, La Historia del tenedor (algo así como una introducción), dibuja con datos sociológicos el mapa de esa España interior despoblada, vacía, una especie de nueva Celtiberia, con una alusión amplia a la desbandada que se produjo en el campo hacia las ciudades  desde los años cincuenta. A partir de ahí, sin pretender justificar con datos, y mira que presenta una ingente cantidad, una idea preconcebida, analiza con una agudeza envidiable las diversas manifestaciones de las relaciones campo/ciudad, para lo que aporta los testimonios de políticos, literatos, músicos, pensadores…, sin que el lector tenga en ningún momento la sensación de haberse introducido en una casa de citas. Dado que en el ensayo se admite la subjetividad  (Ortega y Gasset dixit, “El ensayo es la ciencia menos la prueba explícita”), me acojo a ese privilegio de los ensayistas para susurrarles al oído mi impresión, totalmente subjetiva: es el libro que más me ha gustado de los leídos en los últimos años.

Domingo Martínez González

Se me vienen a la mente varios libros curiosos: el primero es uno que me llamó la atención hace muchos años, titulado Cazar ballenas en los charcos bajo la luz cenital, de Enrique Cerdán Tato (Helios, 1972) y el segundo, uno sobre diseño: Saul Bass de Biblioteca Gràffica. Y, para finalizar, algo muy refrescante: el libro de ilustraciones de Suzy Lee titulado La ola, editado por Barbara Fiore (BFE), 2010.

Pedro Bejarano

La Casa de las Comedias y la actividad teatral en Jerez de la Frontera durante el Siglo XVII, de Juan Salguero Triviño. Universidad de Sevilla, 2016.

Jerez de la Frontera tiene mucha más historia de la que los jerezanos conocemos. El doctor Juan Salguero Triviño nos trae un libro sobre la historia del teatro en Jerez de la Frontera durante el siglo XVII. Aún queda la fachada del antiguo corral de comedias de Jerez en la actual calle Santa Isabel (antigua calle de las Vacas) y numerosos documentos que avalan su existencia y su importancia durante el Siglo de Oro español. Jerez era en aquel momento la segunda ciudad más importante y más poblada del reino de Sevilla y, por tanto, la actividad teatral no quedó en las representaciones del Corpus sino que venían reconocidos actores y dramaturgos para representar las obras teatrales del momento. Es un libro maravilloso para aquellos amantes de la hermosa e histórica ciudad de Jerez y el teatro.

María Jesús Ortega

Cartas a Louise Colet, de Flaubert. Editorial Siruela, 2003.

Recuerdo un verano y una lectura en especial. Primer año de trabajo. Vuelta a casa, a Cádiz en verano y ningún amigo, ninguna amiga. Los que seguían estudiando se habían marchado. Sola al cine, sola a la playa… busqué entre la biblioteca de mis padres y encontré Madame Bovary. Fue una semana febril, tardes y madrugadas febriles sin poder soltar el libro. Lo que siempre esperas que te pase con una novela. Eso fue, una semana de retiro espiritual con Flaubert y las inquietudes con las que convivía esos días atrapada en la trama y los personajes, en Emma y sus vaivenes, en todas las incertidumbres que desataba en mis veinticinco años.

Lo he vuelto a leer al cabo de los años, de bastantes años (recomiendo esas dobles lecturas en la madurez). Pero lo que me ha seducido de forma especial, quizá porque también escribo, quizá porque me seduce inevitablemente el mundo de la creación, en general, ha sido la publicación de las Cartas a Louise Colet. Recoge el epistolario del propio Flaubert entre agosto de 1846 y marzo de 1855 a su amante, la poetisa burguesa Louise Colet. En ellas Flaubert transcribe in situ todo el proceso creativo de Madame Bovary, sus dudas, sus rectificaciones, su teoría narrativa, amén de la crítica literaria y sus opiniones sobre la creación literaria y recomendaciones a cerca de las producciones de la misma Louise, que no llegó a despuntar como poeta. En fin, es un complemento interesantísimo.

Francisco J. Márquez Sánchez

Ecosistema, de Josep M. Rodríguez Cabrera. Editorial Pre-textos, 2015. Pequeña antología del joven poeta catalán.

Su poesía parte de la recreación de imágenes de una forma elegante y sutil al más puro estilo oriental; cultura que seduce al autor y a la que ha dedicado buena parte de su obra. La adjetivación es certera y concisa, libre de hojarascas y excesivos adornos, buscando ahondar en el yo más profundo, en la memoria y en la niebla de los recuerdos, todo desde la aparente trivialidad de un cielo cargado de nubes o de un atardecer sobre pinos.

Poemas breves como disparos en general, pero intensos y directos, con unos precisos sangrados que dan vida al verso y exprimen las grafías de las palabras más allá de simples acepciones.

Tras la tormenta,

el arroyo enfangado

fluye

pesadamente,

como una babosa […] (Fragmento de El corazón del bosque)

Si todavía piensan que la poesía es difícil de descifrar y se aleja de sus preferencias literarias, hagan un hueco este verano a Ecosistema en sus retiros lectores, no se arrepentirán.

Manuel Bernal

Tartesia Linda. Un paseo por la Sevilla de Juan Ramón Jiménez. Narración biográfica de Rocío Fernández Berrocal. Editorial Biblioteca de temas sevillanos, Ayuntamiento de Sevilla, 2016,

El verano debe ser un buen sitio para leer, aunque esto de leer, o te atrapa o se convierte en negación permanente e imposible. Me gustaría recomendar dos textos que a servidor le parecen pueden ayudar a sentir que este oficio de leer no es oficio sino pasión.

No hace mucho vio la luz el libro Tartesia linda, un paseo por la Sevilla de Juan Ramón Jiménez. No es sin embargo un libro al uso que solo invite a un paseo singular por la ciudad, que también. Su autora, Rocío Fernández Berrocal, gran conocedora de la obra y la figura de este Nobel andaluz, nos acerca, de una manera ligera de artificios en la que se ensartan sus textos con los del escritor, a la personalidad de este personaje esencial para nuestra historia y nuestra literatura. "Desde la azotea de Triana —dice el poeta— se ve Sevilla, larga tendida, llana, abierta, malva toda y oro, como una mujer rubia, que sueña despierta en su alma (…)". Pero en ese paseo tampoco puede faltar la fina inteligencia de su querida Zenobia Camprubí, la mujer con la que volvió para soñar de nuevo Sevilla, pero que antes, cuando novios, entre tormentas, le había recomendado meter a sus amigos en la jaula de las lechuzas y a él mismo que se vistiese de torero y se plantase “en la calle de las Sierpes a echarles piropos a las inglesas feas". De veras, para no perdérselo.

El umbral de piedra. Tomás Rodríguez Reyes. Editorial La Isla de Siltolá, 2014.

Mi otra recomendación va de poesía, es un pequeño libro, exquisitamente editado y escrito por Tomás Rodríguez Reyes con el título El umbral de piedra. No es nuevo, se publicó en el 2014 en La Isla de Siltolá; pero la poesía tiene la ventaja de que no tiene fecha de caducidad. En poesía todo son fechas de consumo preferente. Y este tiempo largo de tardes que nos llega tiene huecos para dedicar miradas a libros como este, escritos con pulcritud y con esmero: “Ya tienen los ciruelos/una alegría extraña entre sus ramas. / Un pájaro frugal ha venido cantando con un silbo tan alto/ tan alto, que han temblado el tronco y las raíces”.

La poesía leída a tiempo nunca decepciona. El verso culto y pausado de este sanluqueño tiene el ritmo del mar en la desembocadura y la cadencia exacta de las palabras que son, como bien dice “luz en el silencio”.

Bartolomé Benítez Reyes

No ha lugar a proceder, de Claudio Magris. Editorial Anagrama, 2016.

Antes del verano apareció la nueva novela de Claudio Magris No ha lugar a proceder. Y creo que es pertinente en una Europa en crisis tras el Brexit, la crisis de los refugiados, el aumento de la extrema derecha, el intento de golpe de Estado en Turquía y así un largo etcétera. Magris reflexiona sobre Europa, sobre quiénes somos y de dónde venimos; no solo definen a Europa los valores de la Revolución Francesa, la libertad y la igualdad, sino también la memoria. Y es que este es el tema de la novela. Con la ciudad de Trieste de fondo, se cuenta la historia de un Museo de la guerra donde se recogen historias de dolor que van desde la estancia de un indio de Paraguay en la Praga de Kafka hasta la trata de esclavos africanos. Multitud de historias que recogen el protagonista que está construyendo el museo y la chica, Luisa, que trabaja en él. Todos los personajes convergen en la referencia al campo de Risiera di San Sabba, un campo de concentración nazi a las afueras de Trieste. La novela de Magris tiene una clara influencia de Walter Benjamin, ya que se trata de multitud de historias fragmentarias que remiten a una visión de la Historia como el relato de los vencedores, solo la memoria puede redimir todas estas historias de dolor e injusticia. La novela es un alegato en favor de la memoria: “No lucho contra el olvido, sino contra el olvido del olvido, contra la culpable ignorancia de haber olvidado, de haber querido olvidar”.

Tú no eres como otras madres, de Angelika Schrobsdorff. Editorial Periférica y Errata naturae, 2016.

Periférica y Errata naturae se han puesto de acuerdo para traer a Tú no eres como otras madres a nuestras librerías. La novela de Angelika Schrobsdorff trata sobre su madre, una mujer que perteneció a una generación que pasaron de ser alemanes a ser alemanes judíos, de aquí a ser judíos alemanes, y finalmente solo judíos, y de aquí… Es una novela extraordinaria, y es que Else Kirscher fue una mujer extraordinaria, llena de libertad, una mujer que solo sabía “vivir según sus propias leyes”, vivió apasionadamente los locos años 20, tuvo varios hijos con distintos amantes y conoció a multitud de artistas. La historia de Else se centra en la ciudad de Berlín, ya que “Alemania era su país y Berlín su ciudad” y en la narración aparecen constantemente lugares como Wannsee, Gunewald, Pätz, Ku´damm, Charlottenburg…

La vida de Else gira en torno al amor y la diversión hasta que el mundo se va convirtiendo en una trampa, el mundo de ayer se va rompiendo, 1933, 1934…, el mundo se colapsa y la novela de Angelika Schrobsdorff se va convirtiendo en una suite, si no francesa sí berlinesa, un derrumbe moral absoluto donde todos miran hacia otro lado y los esbirros de Hitler pueden campar a sus anchas. Else puede escapar a Sofía, pero la destrucción afecta a todo su mundo. Una novela maravillosa.

Cero K, de Don Delillo. Editorial Seix Barral, 2016.

Antes de seguir debo mostrar mis cartas (marcadas): creo que Don Delillo es uno de los mejores escritores vivos. Su prosa tiene aura, combina exactitud con emoción, sus frases son olas pausadas que esconden mar de fondo. Su nueva novela, Cero K, tiene dos partes claramente separadas, por un lado, una primera parte con un aire a ciencia ficción, como si Alicia viajase a 2001, donde hay un laboratorio que congelan a los enfermos para que, en un futuro, puedan ser tratados por la ciencia y así llegar a lo más parecido a la inmortalidad. La segunda parte se centra en la relación de un padre (Ross), un multimillonario que está financiando el laboratorio, y su hijo (Jeffrey), muy escéptico ante las pretensiones metafísicas del padre. No es la mejor de las novelas de Delillo, un poco irregular, por ejemplo el arranque cuesta un poco, pero conforme va avanzado llega a cotas de sus mejores de sus novelas, como son Ruido de fondo o Submundo. Un consejo, dejen lo que estén haciendo y corran a por esta novela.

Sobre el autor:

juan carlos gonzalez

Juan Carlos González

Filósofo

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