Cristina de la Fe, baloncestista y neuropsicóloga: "Queremos volver, pero la salud está primero"

La jugadora canaria, que milita en el Unión Baloncesto Jerez, compagina su trabajo en una clínica de la ciudad con su pasión por un deporte que comenzó a practicar con apenas seis años

Cristina de la Fe, en la cancha donde entrena con el Unión Baloncesto Jerez. FOTO: MANU GARCÍA
Cristina de la Fe, en la cancha donde entrena con el Unión Baloncesto Jerez. FOTO: MANU GARCÍA

A Cristina de la Fe (Las Palmas de Gran Canaria, 1992) cuando le preguntaban de pequeña qué quería ser de mayor siempre respondía lo mismo: psicóloga. “No sé de dónde lo saqué, porque nadie de mi familia es psicólogo, pero ni por asomo”, confiesa. Pero cumplió su palabra. En 2014 se graduó en Psicología por la Universidad de Salamanca, y luego cursó en la Universidad de Sevilla un máster en Estudios Avanzados del Cerebro y la Conducta, especializándose así en neuropsicología clínica. “Nadie ubica muy bien dónde está la neuropsicología, si es medicina o psicología, está entre los dos mundos”, dice De la Fe durante la entrevista que concede a lavozdelsur.es. Y se explica. “Es un psicólogo que estudia la relación que existe entre el cerebro y la conducta, en un sentido amplio, no solo las acciones del ser humano que son observables, sino también los procesos cognitivos y las emociones”.

Su profesión la compagina con su gran pasión, el baloncesto, que desde muy pequeña vivió de cerca en su casa. “A mi padre le gusta mucho el baloncesto y mi hermano —Pablo de la Fe— llegó a jugar en el FC Barcelona”, relata. Con seis años empezó a meter canastas y desde entonces no ha parado, salvo por una lesión que la mantuvo tres años alejada de las pistas. En Jerez, donde reside y trabaja desde hace cuatro años, volvió a disfrutar de la adrenalina de un deporte que siempre le ha acompañado. El coronavirus interrumpió el juego cuando mejor se encontraba, pero la temporada que viene espera dar su mejor versión en el Unión Baloncesto Jerez, con el que acaba de renovar para competir junto a sus compañeras en Primera Nacional, una categoría en la que no jugaba un club de baloncesto femenino de la ciudad desde hacía una década.

Imagino que está contenta con su reciente renovación…

Sí, muy contenta y la verdad es que con ganas de jugar, porque justamente cuando terminó la temporada estaba yo despegando y tuvimos que parar.

¿Qué le aporta el baloncesto?

Es mi momento de paz. Cuando estoy dentro de la pista me olvido de todo. Lo necesito para desconectar, porque me hace feliz, y eso me ayuda. Una vez dentro estás pendiente del entrenamiento, o en los partidos de hacerlo lo mejor posible, no te preocupas de nada más. Es mi terapia, mi desconexión.

Cuando estoy dentro de la pista me olvido de todo. Lo necesito para desconectar, porque me hace feliz, y eso me ayuda"

En su caso, no han vuelto a competir. ¿Era partidaria de que volviera el deporte tras el confinamiento, o al menos, algunos deportes como el fútbol?

Es un tema delicado. Hay un conflicto entre lo que es el deporte más puro y lo que vende el deporte. El fútbol mueve mucho y tiene que haber un equilibrio. Particularmente, soy más partidaria primero de mirar por la salud y de cuidarnos. Todos tenemos ganas de retomar nuestro deporte y nuestras rutinas, pero si la salud no está primero, si los cuidados no están bien sostenidos, podemos ir para atrás. Que vuelva el deporte, pero tiene que ser una vuelta segura para la salud. Si no, habrá que esperar.

Hay deportistas que se negaron a entrenar, ¿lo haría?

Yo tengo ganas de entrenar, pero si se cuenta con las medidas de higiene y seguridad suficientes para que nosotras podamos entrenar sin riesgo. También tengo que ser responsable, ya que trabajo en un ambiente en el que hay población de riesgo y no les voy a exponer. Si estamos seguros, sin ningún problema.

Cristina de la Fe, durante la entrevista, en el Palacio de Deportes de Jerez. FOTO: MANU GARCÍA

¿Qué ha sido lo peor de este parón forzoso?

Ha sido un poco raro. Al principio cuesta asimilarlo hasta que ves la realidad. No lo llevé mal los primeros días, pero llega un momento en que necesitas salir, porque llevaba un ritmo alto de vida. Salía de mi casa a las 8:30 horas, trabajaba toda la mañana, volvía a comer, de vuelta al trabajo y luego me iba a entrenar hasta las 23:30 horas. De eso a no hacer nada… Al principio fueron como unas pequeñas vacaciones, pero se iba alargando y necesitaba activarme, porque no sabía qué hacer.

¿Cómo se mantiene la forma en pleno confinamiento y luego sin entrenar?

Ha sido complicado. Algo habremos perdido de forma porque hubo un parón al principio, cuando no podíamos salir, pero nos apañamos haciendo deporte en casa, y una vez pudimos salir tenemos a Álvaro —el preparador físico del club—, que cada semana nos hacía un seguimiento, nos mandaba una serie de actividades para que no perdiéramos el ritmo, y nos sometía a un control. Hemos mantenido algo la forma gracias a él.

¿Aspira a vivir del baloncesto?

Mi mejor momento ya fue y ahora me gustaría centrarme en mi carrera profesional y vivir de eso, pero con el baloncesto siempre presente. Una sabe cuándo fue el momento, aunque nunca se sabe, porque no hay que descartar ninguna posibilidad, ni en el baloncesto ni en la vida en general, pero creo que ese momento de vivir profesionalmente ya se me pasó, así que aspiro a disfrutar del baloncesto y ya está.

En el baloncesto femenino todavía no hay una igualdad real y eso no lo digo yo, lo dicen los números y es observable. Es algo que no podemos negar. No se valora igual el baloncesto femenino que el masculino, o el fútbol femenino y el masculino…"

¿Es machista el mundo del baloncesto?

El machismo es una realidad en varios sectores y quien diga lo contrario no vive en este mundo. Vivimos en una sociedad patriarcal, en la que están cambiando las cosas gracias a Dios, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Es cierto que en el baloncesto femenino, y en la situación laboral de la mujer, todavía no hay una igualdad real y eso no lo digo yo, lo dicen los números y es observable. En primera persona no lo he sentido tanto, pero sí que existe. Es algo que no podemos negar. No se valora igual el baloncesto femenino que el masculino, o el fútbol femenino y el masculino…

A nivel salarial la diferencia es astronómica…

Hay jugadoras que compiten a nivel profesional y a lo que van a poder aspirar simplemente por ser mujeres o por estar jugando en un equipo femenino es muchísimo menos a lo que aspirarían si fueran hombres. Algo estamos haciendo mal, porque no estamos valorando el talento.

Eso tiene relación con una pregunta anterior, porque la perspectiva es muy diferente si se es hombre o mujer…

Las mujeres no debemos tomar una opción porque nos nieguen las demás. Tenemos que intentar siempre conseguir lo que queramos y aspirar a ello, nos pongan las barreras que nos pongan. Yo lucho por eso. No porque en el baloncesto no vaya a llegar al nivel salarial o profesional de un hombre, voy a optar por otra opción. Es porque creo que se me pasó el momento, pero si quisiera dedicarme profesionalmente, iría por ello.

Cristina de la Fe, durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA

¿Cómo ha llevado el confinamiento? ¿Su formación le ha valido para sobrellevarlo algo mejor?

En general, haber estudiado Psicología es posible que ante ciertas situaciones te dé una ventaja, pero no necesariamente por ser psicólogo uno sabe autogestionarse y tratarse a sí mismo. A veces es todo lo contrario. Al tener cierta teoría algo podemos hacer pero no tiene por qué.

¿Cómo ha afectado esta situación a sus pacientes?

La pandemia está afectando a nivel cognitivo a población de riesgo como serían las personas con daños cerebrales. Está habiendo complicaciones.

¿Nos hemos olvidado ya de lo que pasamos durante el confinamiento?

Creo que es cuestión de todos tener responsabilidad social, con eso ya tendríamos mucho ganado para sobrellevarlo mejor. Es un momento en el que toca cuidarse para no lamentarlo más adelante. Si no se ha aprendido nada durante esta cuarentena, algo estamos haciendo mal. Eso tiene que hacernos reflexionar sobre si lo estamos haciendo bien y qué puedo hacer yo para que no perdamos todo lo logrado.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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