El verano de 2025 está siendo uno de los más duros que se recuerdan en España. Este 21 de agosto ha concluido la que se considera la ola de calor más intensa del verano, en un agosto que podría convertirse en el más caluroso desde que existen registros.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el alivio térmico ya se deja notar en buena parte del país gracias a la entrada de una dana en el centro peninsular, que está aportando un ambiente algo más fresco tras semanas de temperaturas extremas.
Los mapas de anomalías térmicas difundidos para los próximos días apuntan a que, entre el 24 y el 31 de agosto, las temperaturas se situarán en valores propios de la época, incluso algo por debajo en algunas zonas. El organismo explica que “para la semana del 24 al 31 de agosto se esperan temperaturas propias de la época del año en todo el país", quizás algo más bajas.
Septiembre, en la media
En cuanto a las previsiones para la primera semana de septiembre, AEMET señala que la incertidumbre aumenta. Aun así, con los datos actuales, lo más probable es que las temperaturas se mantengan en la línea habitual de estas fechas, sin tendencias claras respecto a las precipitaciones. Eso significa que seguirán dándose temperaturas altas, si bien no significativamente más altas que en septiembre. Es decir, jornadas por encima de los 35 grados, pero en principio no más olas de calor.
Esto significa que, tras varios récords históricos —como el de Jerez de la Frontera, que el pasado domingo rozó los 46 grados—, llega una relativa tregua. No obstante, el calor extremo no se despide del todo y seguirá marcando un verano que ya está en los libros como excepcional.
En definitiva, el calor ha dado un respiro, pero la atmósfera sigue inestable. El verano no ha terminado, y septiembre arranca con la promesa de tiempo más normalizado, aunque sin descartar nuevos giros.


