Vigo resuelve un misterio como lo fue el 'hum' de Cádiz

Desde el día del gran apagón de finales de abril, venía generando un ruido que traía de cabeza a muchos vecinos y no sabían qué pensar

Una puesta de sol frente al mar en Vigo.
09 de junio de 2025 a las 18:18h

Durante semanas, los vecinos de un barrio de Vigo vivieron con un misterio que les robaba el sueño. Un pitido agudo, constante y molesto, que aparecía cada noche desde el 29 de abril, justo después del gran apagón. El sonido se repetía cada dos o tres segundos, sin descanso, generando teorías de todo tipo: desde una alarma estropeada hasta una grúa portuaria amplificada por el viento.

Algunos incluso salieron a recorrer las calles en busca de semáforos averiados o fuentes mecánicas que justificaran el zumbido. Las llamadas al 010 fueron constantes, recoge el Faro de Vigo.

Pero al final, ni grúas, ni alarmas industriales, ni semáforos fuera de decibelios. El responsable del desconcertante sonido nocturno no tenía cables, ni motores... sino alas. La Policía Local, tras varios avisos y desplazamientos, acabó por confirmar a los residentes lo impensable. Es un ave rapaz, y no pueden dar dar con ella ni cogerla".

El autor del pitido, que se ha colado en la vida (y en el descanso) de los vigueses, es un autillo europeo (Otus scops), una de las aves rapaces más pequeñas de Europa. Apenas mide 20 centímetros y pesa menos de 100 gramos. Pero su canto, agudo y persistente, resuena con fuerza durante toda la noche, cada pocos segundos.

Un misterio que ha tardado mes y medio aproximadamente en resolverse, y que llegó a las páginas de los periódicos locales. Un caso, que además, es cerca del mar, por lo que recuerda sobremanera al famoso 'hum' de Cádiz, que tanto ha dado que hablar en distintas ocasiones. Se trata de un ruido, en principio, procedente del mar y no se habla de otra cosa por la mañana cuando se escuchó la noche anterior.

El autillo europeo, origen con su peculiar canto del misterio, en una imagen de SEO Birdlife.

El autillo no está cantando por fastidiar. Está en fase de incubación y su peculiar silbido forma parte del ritual de comunicación con su pareja, en un periodo clave de su reproducción. A medida que nazcan los polluelos, el canto irá disminuyendo y, previsiblemente, desaparecerá en agosto. Hasta entonces, paciencia. Y quizás, tapones.

Este tipo de ave es habitual en el sur de Pontevedra, aunque rara vez se deja ver. Su camuflaje y costumbres nocturnas lo hacen prácticamente invisible a los ojos humanos. En el entorno del parque del Matías, donde hay vegetación espesa y un caserón abandonado, el autillo ha encontrado el hábitat perfecto. No es la primera rapaz que pasa por ahí: años atrás, algunos vecinos recuerdan haber escuchado al más discreto cárabo común.

Sobre el autor

Juan Antonio Carrasco

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