Vender ropa "a escondidas" para sobrevivir con 45 euros a la semana

Un puesto del rastro de la Alameda Vieja de Jerez, en una imagen de archivo. Autor: Manu García
Un puesto del rastro de la Alameda Vieja de Jerez, en una imagen de archivo. Autor: Manu García

Los datos del desempleo hablan por sí solos. 10.998 hombres y 17.605 no encuentran trabajo en Jerez según los datos que ha publicado el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social relativos al pasado mes de enero. La ciudad recupera 617 desempleados más en el primer mes del año con respecto al pasado mes de diciembre, alcanzando un total de 28.603, un 2,2% más. El sector servicios, como es habitual en estas fechas tras la campaña navideña, lideró el incremento del desempleo. Un total de 857 desempleados pertenecen a este sector, que se suma al de la agricultura (23) y que contrasta con un leve descenso en la industria (35) y en la construcción (210)

Lo cierto es que los datos del desempleo poco le importan a Nuria, una de las vendedoras de ropa de segunda mano en el rastrillo de la Alameda Vieja, los domingos, que se manifestó el pasado mes de noviembre junto a la puerta del Ayuntamiento. Ella sólo quiere que la dejen trabajar como lleva haciéndolo durante la última década. "No nos dan razones de por qué no quieren que vendamos ropa en el rastro pero yo me imagino qué es", declarada visiblemente enfadada. "¿Estamos haciendo algo malo nosotras? ¿Vendemos droga, alcohol o robamos?". La vendedora, que renuncia al asistencialismo, tiene claro que hay asociaciones que se benefician de la ropa que los jerezanos depositan en los contenedores de la calle: "¿Caridad? Yo no quiero caridad ni limosna. Quiero trabajar. Y cuando Cáritas ha visto que Madre Coraje tiene 100 contenedores, ellos han puesto 500", señala. Una realidad por la que culpa al Ayuntamiento. "Están usando suelo público para su beneficio, y luego nos prohiben a nosotras vender ropa en el rastro; ¿esto qué es?".

Nuria, Carmen y Charo en sus puestos del rastro. FOTO: MANU GARCÍA.

Nuria está en un puesto situado en el centro de la Alameda Vieja y reconoce que hoy "nadie le ha dicho nada", pero tiene miedo de que algún agente o empleado municipal lo haga. "No queremos que no nos renueven la licencia, pero yo no me pienso callar, ni me voy. Me ato a la mesa si hace falta, que nadie me va a echar de aquí", espeta indignada. En Jerez, que cuenta con uno de los códigos postales más pobres de España, el rastro sirve para que unos pocos puedan buscarse la vida y otros comprar quincalla y otros cachivaches que necesiten a muy bajo coste. Al otro lado de la Alameda, cercano a la cuesta de la Alcubilla, Charo lo explica: "Antes ha venido un chiquillo que quería un coche de juguete y no tenía nada. Se lo he regalado. Nosotros somos así".

Charo cree que el rastrillo dominical jerezano, cada vez más grande tras la crisis, puede perder su relevancia si se desarrollan este tipo de políticas por parte del Consistorio. "No quieren que vendamos ropa porque dicen que el rastro es para antigüedades. Pero aquí se vende de todo y cosas nuevas también, como en cualquier rastro del mundo", dice, al tiempo que hace referencia a otros del entorno. "En Chiclana, en El Puerto, en Cádiz... Si estamos pagando 22 euros por una licencia, ¿por qué tengo que vender la ropa a escondidas?". Y hace hincapié en una realidad que percibe desde hace varios meses. "Nosotras vendíamos mucho a los marroquíes y a gente necesitada que por varios euros pueden vestir a sus familias. Cada vez vienen menos porque esto va a dejar de ser lo que era".

Una persona observa una prenda en el rastro. FOTO: MANU GARCÍA.

Todas ellas son mujeres. De hecho, el desempleo femenino es visiblemente mayor en Jerez que el masculino. Aproximadamente, 6 de cada 10 desempleados en la ciudad es mujer, una cifra que se ha incrementado alarmantemente este último mes de enero, cuando 595 mujeres han ido a la cola del paro por solo 22 hombres. Con una pensión de separación que no llega a los 300 euros vive una de ellas. "Pasan, te apuntan y te ponen la X", dice en referencia a la nueva normativa del mercadillo. "Saco unos 180 euros al mes de esto, 45 euros a la semana. ¿Qué voy a hacer si nos los quitan?", se pregunta preocupada. Las vendedoras barajan varias posibilidades pero ninguna les convence. "Hemos pensado en irnos a Chiclana, pero, ¿a qué hora tenemos que levantarnos para eso? ¿de dónde sacamos el dinero para gasolina?", comenta Carmen.

Una de las afectadas conversando con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.

Andalucía encabeza el aumento del desempleo a escala nacional, con casi 20.000 parados más, un 2,4% con respecto a diciembre. 808.763 personas registradas en las oficinas del desempleo que reflejan una dura realidad socioeconómica en la región, una de las que presenta mayor tasa de exclusión. A las faldas del templete municipal, varias hermanas rebuscan en una caja. Debajo de la mesa del puesto que regentan guardan unas prendas, una señora les pregunta y enseñan lo que tienen. Cada domingo al amanecer, Francisca sube la cuesta de San Telmo con un carro lleno de ropa. Mientras cae el rocío, en pleno invierno, se preguntan si sacarán lo necesario para sobrevivir un mes más. "Aún estamos esperando la reunión con la alcaldesa (Mamen Sánchez). Se comprometió en noviembre pasado a recibirnos y aquí estamos", replica. "¿Qué es lo que quieren?", pregunta otra vez al aire. La vendedora no encuentra respuesta.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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