Trabajadores del 'último adiós' en pandemia: "Hemos intentado ofrecer la despedida más cercana posible"

Los trabajadores del Tanatorio de Jerez han tenido que adaptarse en estos casi dos años de pandemia al gran número de fallecimientos diarios, la complejidad de los servicios con fallecidos por el covid y la incertidumbre por la evolución ascendente de los casos

Una imagen del Tanatorio de Jerez. 48.157 andaluces ya han registrado sus últimas voluntades.
Una imagen del Tanatorio de Jerez. 48.157 andaluces ya han registrado sus últimas voluntades.

Están acostumbrados a convivir con la muerte en su día a día. La parca forma parte de una rutina laboral que en estos tiempos de pandemia se ha complicado. El covid lleva aumentando casi dos años la demanda de ese servicio que todos queremos que nos llegue lo más tarde posible. Son los trabajadores del último adiós, los empleados de la funeraria, los que hacen una labor silente y a la sombra entre el dolor de la despedida

Es una profesión tan necesaria como a veces desconocida. Están ahí de cara a un público que es en el último lugar en el que quisieran estar. El cliente principal ni siquiera se va a enterar de la atención prestada. Entre llantos y gritos de desolación, ellas y ellos actúan. Realizan desde trámites legales, hasta labores más operativas propias de la naturaleza del sector.

Desempeñan funciones como la preparación y el reparto de las licencias, la revisión de los vehículos o el contacto con las familias que han solicitado un servicio al tanatorio. Se encargan de la tramitación de la documentación, así como de la recogida, el traslado y el acondicionamiento del fallecido y, por supuesto, están en todo momento a disposición de las familias para cualquier necesidad que puedan requerir –desde presencia de flores al servicio de catering–. 

Una de las salas del tanatorio.
Una de las salas para despedir a los fallecidos.
 

Debido a la situación de emergencia provocada por el covid, el sector funerario ha tenido que lidiar con las circunstancias adversas de estos casi dos años. Mientras que la población estaba confinada, ellos se enfrentaban a esos dramáticos e inexplicables momentos, en los que las familias ni siquiera podían despedirse de los suyos. O tenían que hacerlo, meses después, con restricciones, con aforo reducido, con horario limitado... Para conocer más sobre la labor funeraria en estos tiempos de pandemia, lavozdelsur.es se ha puesto en contacto con el Tanatorio de Jerez, el que está situado en kilómetro 641 de la N-IV. 

Gestionado por el Grupo Albia, el referido tanatorio se ha adaptado "al gran número de fallecimientos diarios, la complejidad de un servicio realizado a un fallecido por el virus o la continua incertidumbre por la evolución ascendente de la pandemia. El principal cambio experimentado durante la pandemia ha sido el aumento en el volumen de fallecidos a atender en un corto periodo de tiempo, que también ha estado unido a las restricciones de seguridad impuestas por el Gobierno. Hemos cumplido con todo. A su vez, el estado de emergencia provocó la incorporación de nuevo personal, así como su desplazamiento entre diversos tanatorios para cubrir la amplia carga de trabajo, la derivación de fallecidos a otros crematorios, la facilitación de EPIs a nuestros empleados y limitación de aforos a nuestros tanatorios", nos indican desde la dirección. 

La iglesia de Cristo Resucitado.
La iglesia de Cristo Resucitado.

El fallecimiento de un ser querido es un momento marcado por la tristeza, el dolor y el desconocimiento, es una experiencia en la que no se sabe cómo actuar y, por supuesto, por la que no se quiere pasar. Por ello, es muy importante las facilidades y la cercanía que un profesional funerario pueda poner a disposición de las familias. "El hecho de atender a un gran número de familias provocó, en algunos casos, la sobre carga y límite del funcionamiento de muchos tanatorios, por lo que muchos tuvieron que rendir por encima de sus capacidades", indican desde el Tanatorio de Jerez. Para Grupo Albia, uno de los aspectos más difíciles fue que "debido a las restricciones y confinamiento impuesto por las autoridades sanitarias, los fallecidos no podían estar acompañados por sus seres queridos en el último adiós. Sin embargo, nosotros como funeraria hemos intentado proporcionar la despedida más cercana posible y que estuvieran acompañados en todo momento". 

"Todos lo hemos pasado muy mal durante esta pandemia. Los funerales han sido completamente distintos"

El Tanatorio de Jerez cuenta con su propio departamento de Atención Emocional, el cual "ubica a las familias en el centro, ayudando a mitigar, en la medida de lo posible, el impacto psicológico que supone la pérdida de un ser querido. Internamente, apostamos con la formación en atención emocional de los empleados, impulsando y organizando cursos y programas de carácter interno que faciliten pautas y consejos para poder acompañar a las familias en el último adiós". 

La entrada lateral.
La entrada lateral.
 

Con instalaciones destinadas a proporcionar paz, serenidad y calma a las familias, el personal trata a las familias con el respeto, cercanía y dignidad que se merecen. "Los momentos de despedir a un familiar son muy duros. Todos hemos pasado alguna vez por eso y tratamos, en la medida de nuestras posibilidades, de ayudar y acompañar a las familias. Todos lo hemos pasado muy mal durante esta pandemia. Los funerales han sido completamente distintos a lo que estamos acostumbrados. Las familias no podían despedirse de sus seres queridos y aunque uno se intenta acostumbra a este tipo de situaciones, no deja de afectar el dolor de los demás", cuenta uno de los empleados. 

 

Sobre el autor:

Rubén Guerrero.

Rubén Guerrero

Periodista con más de veinte años de experiencia en los medios de comunicación (prensa escrita, digital, radio y televisión). Autor de Nosotras. Historias del olvidado deporte femenino y otros seis libros más. Recuperando la ilusión por el periodismo en lavozdelsur.es.

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Comentarios (1)

Dolores Bellido Hace 2 años
Los trabajadores del tanatorio tienen una entereza increíble, no todo el mundo serviría para ello. Yo recuerdo perfectamente el nombre de la persona que nos atendió perfectamente en el fallecimiento de mi madre, realmente me sorprendió la forma de tratarnos, hizo que a pesar de todo el mal trago estuviésemos regocijados en alguién que no conocíamos de nada pero que nos trasmitía la cercanía y la tranquilidad que en mi caso necesitaba. Gracias Valentín.
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