En la humilde barriada de Federico Mayo, conocida como El Chicle en Jerez, no se habla de otra cosa. "Aquí es la comidilla", cuenta una vecina. Es pisar con una cámara de fotos el terreno y aparecer residentes en este barrio del Distrito Sur dispuestos a contar con pelos y señales la historia de esa casa de la calle Zahara.
En el interior de esa vivienda de la llamada calle Z es donde hace unas semanas efectivos de Policía Científica y autoridades judiciales, para estupefacción del vecindario, se mantuvieron durante horas para ahondar en las pesquisas de un caso de posible delito de abandono de familia (sin descartarse el de homicidio) que permanece bajo secreto de sumario, según han confirmado fuentes policiales a lavozdelsur.es.
En El Chicle hay quien la llama la "casa de los horrores", por las supuestas "pésimas" condiciones en las que se mantenían "cinco hermanos con diferentes tipos de discapacidad". Fuentes de la familia, contactadas por este periódico, no han querido hacer valoraciones sobre el caso, aunque sí han dejado claro que la "casa no estaba abandonada".
A. y J., una pareja de unos 60 años cada uno, detenidos tras la irrupción de la Policía en la vivienda y en prisión preventiva después de prestar declaración ante el juez, presuntamente cobraban pagas por la ley de dependencia al hacerse cargo de los cuidados de los hermanos del detenido, pero ni él ni su mujer, siempre según la versión de los vecinos, "les atendían; estaban en condiciones inhumanas, sin atención de higiene, de médicos, hasta de pasar hambre". "Ahí estuvo hasta el Ayuntamiento limpiando, había techos medio caídos", cuentan los vecinos.
De los cinco hermanos —todos ellos de mediana edad—, relatan vecinos de la misma calle, solo quedó uno después de que hace un par de meses falleciera el penúltimo. La autopsia que se le practicó a éste, supuestamente arrojó indicios de una posible muerte violenta, por lo que la actuación de oficio no se hizo esperar.
"Todo salió por la muerte de uno de los hermanos, que supuestamente se cayó, se abrió la cabeza y el labio, y al día siguiente se murió. Como no lo llevaron al hospital, le hicieron autopsia y a raíz de eso comenzó la investigación hará tres meses", cuenta otra vecina de la calle a este periódico.
"Antes de él se habían muerto tres", comenta otra. La Policía, cuentan, estuvo "desde las dos de la tarde hasta las diez de la noche, ese día estaba hasta lloviendo, hará dos semanas, pero no quisieron decirnos nada". "Esto no nos lo esperábamos y sí. El último que se había muerto era a quien iba a interrogar el juez, pero no ha dado tiempo al pobre". Ninguna quiere dar sus nombres y apellidos, aunque el murmullo y los comentarios en Federico Mayo se repiten y las versiones coinciden.
Con la investigación bajo sumario por orden del juez, poco más se puede profundizar en truculento caso que tiene conmocionado a este barrio de la zona sur jerezana. Allí está el relato de quienes conocían a la familia, "a los niños", y quienes ahora pretenden dar voz y arrojar luz sobre unos trágicos hechos que son "como si se los hubiera tragado la tierra. ¿Pero esto cómo no ha salido a la luz?", se cuestiona una vecina, en declaraciones a este periódico. "Todo El Chicle entero quiere justicia, no vemos justos que esos niños, que estaban enfermos, hayan tenido este final".
En los últimos días han repartido pasquines apuntando a la pareja como responsables de un supuesto homicidio, pero eso obviamente tendrá que determinarlo la Justicia después de que concluya la investigación que en estos momentos permanece abierta.
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