La Junta de Andalucía ha anunciado una deducción de 100 euros en la declaración de la renta para cada persona celíaca, una medida que busca aliviar los costes adicionales que supone seguir una dieta sin gluten. Sin embargo, quienes conviven a diario con esta enfermedad autoinmune advierten de que la cifra resulta simbólica frente a la realidad que viven en su día a día.
Alberto, miembro de la Junta Directiva de Aceca (Asociación de Celíacos de Cádiz), explica que la celiaquía es "una enfermedad crónica y sistémica cuya única forma de tratamiento es estrictamente dietética". "La dieta sin gluten es nuestro único tratamiento. Es una enfermedad que puede afectar a cualquier parte del organismo y afecta aproximadamente al 1% de la población", expone a lavozdelsur.es.
Sobre la deducción anunciada, señala: "Nos hubiera gustado que la Junta de Andalucía se hubiera puesto en contacto con la Federación Andaluza de Celíacos y sus asociaciones provinciales para tener voz y voto en la ayuda. De momento, solo sabemos lo mismo que cualquier ciudadano a través de recortes de prensa".
La vida con celiaquía
Lucía, jerezana de 23 años y diagnosticada hace pocos meses, resume la situación a este medio: "Solo yo gasto entre 200 y 250 euros más al mes que una persona que come normal. Comer fuera es casi inviable porque las cartas no están bien especificadas y, muchas veces, te engañan". Para ella, la rutina incluye llevar siempre su propia comida al trabajo o buscar locales especializados, como el único restaurante sin gluten de Jerez.

Para Pablo, diagnosticado a los cinco años —y ahora, con 23—, la celiaquía ha marcado toda su vida, como explica a este medio: "Al principio mis padres casi nunca me llevaban a comer fuera porque era difícil encontrar sitios que garantizaran comida sin gluten y sin contaminación cruzada. Hoy hay más locales adaptados, pero otros todavía ni saben lo que significa 'sin gluten'".
Las familias también lo sufren
Mari Ángeles, madre sevillana de una adolescente de 14 años celíaca, describe cómo la enfermedad afectó a la familia: "Al principio, con seis años, nos limitó muchísimo. No podía ir a cumpleaños ni comer lo mismo que los demás. En casa usamos cada vez más productos sin gluten para evitar la contaminación cruzada. Una compra grande cada 15 días sube entre 40 y 50 euros solo en productos específicos".

María, madre de tres hijos celíacos, añade la perspectiva de gestionar una familia completa en Sevilla: "No entra pan normal porque no me voy a poner a comerlo yo mientras ellos miran", relata. "Si cada uno de mis hijos se come una pieza de pan cuatro veces al día, son 12 euros diarios solo en pan. Solo hay que multiplicar por 30 y para saber lo que supone al mes", se lamenta sobre el elevado precio del pan, algo básico.
La deducción de la Junta: "Una miseria"
Ante la deducción anunciada, las reacciones son críticas. Lucía opina: "Eso no me da ni para un mes. Si fueran 100 euros al mes, tendría un pase". "En otras comunidades se han dado cantidades mayores. Aquí se han acordado tarde y mal", comenta Mari Ángeles. María, por su parte, es tajante: "Es una miseria. Con eso no compras ni pan para un mes".
Desde Aceca, aportan la visión institucional: "Nos parece positivo que haya algún tipo de ayuda, pero 100 euros es escaso. Una cesta de la compra para una persona celíaca supera esos 100 euros al mes, frente a la de alguien sin esta patología. Además, tememos que la ayuda solo beneficie a quienes declaren la renta, dejando fuera a jubilados o personas con ingresos mínimos".
La bajada de precios, la única opción viable
Más allá de la deducción, todos coinciden en que harían falta medidas estructurales. Lucía enfatiza la planificación estricta. "Mi nutricionista organiza mi dieta cada dos semanas. Eso no lo cambia ni 100 euros", explica. Aceca propone cambios concretos: "Apoyamos la supresión del IVA en productos específicos sin gluten, un abordaje precoz del diagnóstico, investigación y acuerdos con hostelería para que las personas celíacas puedan comer fuera con seguridad. La dieta sin gluten es el único tratamiento que tenemos".
María considera que lo esencial sería que bajaran los precios de todos los productos sin gluten. "Si eso no fuera viable, ampliar la ayuda, pero no en esa cantidad". Pablo, por su parte, cree que la deducción tendría sentido si se aplicara mensualmente. "Siendo al mes me podría aliviar en el carro de la compra y comprar algunos productos de más", asegura.
Todos coinciden en que la deducción de 100 euros es solo un primer paso. La dieta sin gluten no es un lujo; es un tratamiento que condiciona la vida familiar, social y económica de miles de personas en Andalucía, y para que la ayuda sea efectiva, los cambios deben ir mucho más allá de una cifra simbólica.




