Paco vive en un piso a su mujer. Los dos jubilados, solos, porque sus hijos ya son mayores y se independizaron hace tiempo. Los últimos meses están pagando entre 80 y 90 euros mensuales de factura de la luz. En las próximas espera que pueda ser mucho menos. Y es que Paco es uno de los 21 vecinos de los 63 que residen en un bloque de viviendas de Cádiz, concretamente en el número 3 de la avenida Lacave, que ha apostado por la energía solar fotovoltaica para hacer frente al tarifazo eléctrico.
La idea surgió hace casi un año y, cuando se la propusieron a Paco, no le pareció mal. En su caso, la inversión ronda los 1.600 euros, aunque espera amortizarlo pronto entre la rebaja que experimentará en la factura, la bonificación en el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) —que, en el caso de Cádiz, es del 50% durante cuatro años— y la subvención gestionada por la Junta que espera percibir —entre 500 y 600 euros aproximadamente—.
La comunidad de propietarios de Lacave, 3 es la primera de Cádiz en apostar por la energía solar fotovoltaica. En el tejado del edificio, que engloba dos bloques y que estaba inutilizado, se han instalado 68 placas solares capaces de producir 59.000 kWh al año. Cada vecino, en función de su gasto energético del último ejercicio, ha estimado cuánto necesitará, y en función de eso se calcula la inversión que deben aportar.
Ahora están esperando que se legalice la instalación, un trámite burocrático que debe aprobar el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que suele tardar en torno unos pocos meses —en el mejor de los casos— en dar el visto bueno, para luego comunicárselo a la distribuidora eléctrica, y ésta a la comercializadora, antes de que el trámite vuelva a los usuarios.
“Todavía no sé qué beneficio voy a tener, cuánto me va a rebajar la factura, pero imagino que será bastante”, comenta Paco, en la puerta de su casa, donde confiesa que nunca se había planteado instalar placas solares, aunque le interesó la propuesta que le realizó el administrador de la finca, uno de los impulsores de la iniciativa. “Solo nos hemos sumado un 30% de los vecinos, no sé si más adelante se apuntará alguno más”, comenta.
“Este es el inversor, aunque no se produce una inyección física mediante cable, es virtual”, explica el administrador, en la que se puede llamar la sala de máquinas de la instalación fotovoltaica, en la planta baja del edificio, donde están todos los contadores de la luz y el citado inversor, que transforma la corriente continua que recibe de los paneles fotovoltaicos en corriente alterna para que pueda usarse en los hogares o verterse a la red.
“Ahora mismo está generando siete kilovatios”, comenta, revisando los datos que aporta la aplicación móvil que replica la energía que está pasando en ese momento por el inversor. No está nada mal, para ser un día nublado. El día de mayor producción han generado 167 kWh (kilovatios/hora), aunque cuando se acerquen los meses de verano, esa cifra aumentará considerablemente.
El parque solar instalado en el número 3 de la avenida Lacave de Cádiz tiene una potencia de más de 31 kilovatios, con los que se abastecen una veintena de vecinos, además de las zonas comunes —hay dos ascensores—. “Aquí todo lo que generamos lo vertemos a la red eléctrica, lo gestiona Eléctrica de Cádiz, que es la distribuidora, independientemente de que cada vecino tenga una comercializadora distinta”, explica el administrador.
“Aquí no hay autoconsumo directo”, recalca. “En esta instalación colectiva el reparto se hace virtualmente. Mi contador está funcionando siempre, pero en la factura se reflejará cuánto he consumido y cuánto ha generado el porcentaje de la instalación que me corresponde”, dice.
En función de la producción solar del mes, cada vecino verá rebajada en su factura la parte proporcional acordada inicialmente. En el caso del administrador, un 4,8% del total generado. “Luego, virtualmente nos hacen el descuento a cada uno”, reseña. “La idea es que paguen entre un 70 y un 80% menos”, comenta Alberto Pintor, comercial de Dimarsa, la empresa instaladora del parque solar.
En Lacave, 3 son pioneros en apostar por la energía solar en un bloque de pisos de la capital gaditana, una decisión a la que han llegado motivados por los altos precios de la luz. “Aunque realmente lo pensamos antes de que empezase a subir tanto, como en abril del año pasado”, puntualiza el administrador.
En medio de un proceso de rehabilitación del edificio para arreglar la fachada o renovar los ascensores, se plantearon la posibilidad de generar su propia electricidad. “Quisimos ser autosuficientes, entre comillas, y así empezamos a darle vueltas a la idea”, comenta al administrador de una finca que es la primera, pero seguro que no la última en apuntarse al autoconsumo.
El administrador explica que la comunidad consumió el año pasado unos 59.000 kWh al año, por lo que para generar esa energía, las placas solares deben producir una media de 160 kWh diarios. Hace un mes que instalaron el parque solar y, a pesar de no estar aún en primavera, ya hay días que se ha superado esa cifra media. “Dependiendo del mes, tendremos descuentos del 50% o en verano del 80 o del 90%”, calcula.
A lo largo de 2021 se instalaron en España un total de 1.203 megavatios (MW) en equipos acogidos al sistema de autoconsumo, récord hasta entonces, según datos de la Unión Española Fotovoltaica. Esa cifra supone un 101,8% más que el año anterior. Y 2022 registró un nuevo récord, con 2.507 MW, un 108% más que el año antes, según datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
En todo el país ya hay más de 5.200 MW instalados. O lo que es lo mismo, al cierre de 2022, hay más de 298.000 viviendas de España y más de 54.000 instalaciones en empresas que generan desde sus tejados en torno al 1,8% de la demanda eléctrica nacional, según la Asociación de Empresas de Energías Renovables.
Eso sí, quienes se animan a apostar por el autoconsumo, como estos vecinos de Cádiz, aún se quejan de las numerosas trabas que ponen las Administraciones, que “dejan mucho que desear”, en palabras del administrador de Lacave, 3, que critica los impedimientos en este caso que ponen el Ayuntamiento, la tardanza de la Junta en tramitar subvenciones y del Gobierno en legalizar la instalación.
“Mucha gente sigue sin fiarse”, comenta el administrador de la finca. Alberto Pintor, comercial de Dimarsa, lo confirma, en vista de su experiencia. “Hay quien cree que es un engaño, por la falta de conocimiento", añade. En este sector, por el boom de las fotovoltaicas, también se está detectando mucho intrusismo de empresas con poca experiencia que instalan reduciendo mucho los costes y aumentando los problemas.
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