Los campos del fútbol modesto, aquellos que están presentes en cada uno de los pueblo españoles y que son el lugar de encuentro de los barrios en cada gran ciudad tendrán que ser reemplazados para siempre. Por suerte, esto no significa que vayan a desaparecer, pero sí necesitarán modificaciones sustanciales.
Si hace unos días trascendía que la Unión Europea había prohibido la purpurina, dentro de esa lucha por el medio ambiente y contra el cambio climático también se incluye acabar con las famosas bolitas negras que llenan los zapatos cada vez que uno juega un partido de fútbol en este tipo de escenarios, según ha informado El Confidencial.
Aunque en un primer momento en las redes cundió el pánico al interpretarse que esto directamente acabaría con estos campos de fútbol, lo cierto es que únicamente hay que buscar una alternativa a las micropartículas de caucho y sustituirlas por alguna alternativa biodegradable que exista en el mercado que no sea perjudicial para el medio ambiente.
Este cambio se tendrá que producir en los próximos ocho años, antes de que la prohibición sea definitiva. El caucho mencionado es uno de los elementos más contaminantes al tratarse de una gran fuente de liberación de microplásticos.
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