Seis años después de la muerte de su hijo, Laura Moreno ha conseguido que la justicia reabra el caso de Ilan Barbosa, el niño de once años que se quitó la vida en 2019 en Ibiza tras sufrir acoso escolar. La madre, que nunca se rindió en su lucha, sostiene que la tragedia “se podría haber evitado” si el centro educativo hubiera actuado con responsabilidad ante las denuncias previas de maltrato escolar.
Moreno asegura que el sufrimiento de su hijo no fue un hecho aislado y que las omisiones institucionales siguen repitiéndose. A su juicio, el reciente caso de Sandra Peña, la joven de 14 años fallecida en Sevilla tras ser víctima de violencia escolar, refleja el mismo patrón de negligencia y desprotección que sufrió Ilan. “No hay derecho a que una madre destruida tenga que hacer de detective”, ha denunciado en el programa Y ahora Sonsoles, añadiendo: "Que cierren el caso de la muerte de mi hijo tres días después como un accidente, cuando fue un suicidio, es increíble”.
Una investigación cuestionada y una madre que no se rinde
La muerte de Ilan tuvo lugar el 28 de agosto de 2019. Tan solo un día después, algunos medios ya apuntaban a que no se trataba de un caso de acoso, algo que su familia siempre consideró una conclusión precipitada. Colectivos de madres contra la violencia escolar se preguntan cómo es posible “realizar una investigación en un día” y “cerrar el caso en tres días y decir que es un accidente”.
Desde El Iceberg del Bullying subrayan que la familia sigue reclamando justicia. “Que las madres tengamos que investigar el asesinato de nuestros propios hijos es un despropósito, una locura. La familia aún pide justicia, tienen derecho. Ilan tiene derecho. Cuantos suicidios en España se están llamando caídas, accidentes…”, señalan, criticando la falta de rigor en las investigaciones relacionadas con el acoso escolar.
Las organizaciones que acompañan a Moreno insisten en que muchas muertes de menores se están archivando como accidentes, sin valorar adecuadamente los antecedentes de acoso. Alertan de una falta de protocolos eficaces y de una respuesta judicial insuficiente ante los casos de violencia escolar, lo que deja a las familias en una situación de desamparo.
El Iceberg del Bullying concluye su mensaje con un reconocimiento a la perseverancia de Laura Moreno, destacando que “todos nos sumamos a la indignación de Laura, por el abandono y la impunidad que tienen los que deberían garantizar la seguridad de los menores en un sistema educativo obligatorio. Laura ha conseguido que se reabra el caso. Ojalá seis años después tenga un poquito de justicia”.


