Los aventureros Morales Guzmán, mucho más que viajar en familia

Una familia jerezana compuesta por un matrimonio y dos hijos de 15 y 12 años, y que ya ha visitado 15 países diferentes alrededor del mundo, difunde sus rutas y consejos a través de las redes sociales

Alba, Evaristo 'junior', Virginia y Evaristo en uno de sus viajes.
Alba, Evaristo 'junior', Virginia y Evaristo en uno de sus viajes.

En Europa, la autocaravana; en África el todoterreno. Alba y Evaristo, de 15 y 12 años respectivamente, conocen a su edad más de una docena de países. "Eso es lo que se llevan a llevar de nosotros el día de mañana", comenta su padre, Evaristo Morales, que no le preocupa que a él y a su mujer le hayan tachado de locos. "Hay gente que me dice: ¡pero cómo vas a irte allí con los niños y todo! Es nuestra forma de viajar, no puedo de otra forma", se sincera. Virginia Guzmán, por su parte, recuerda que es algo que llevan haciendo desde que se conocieron. "Antes, la gente cuando se casaban como muy lejos se iba a Tenerife, ahora las cosas han cambiado pero nosotros en aquel entonces fuimos a París y luego nos recorrimos el Loira".

Una de las fotos de una de sus aventuras en África, donde 'bajan' con todoterreno.

Esta familia jerezana ya ha visitado quince países pero los padres apuntan a que ellos ya han superado la barrera de los 20. O eso creen. "Ya hemos perdido la cuenta", dice entre risas Virginia. "Nosotros tenemos otra forma de viajar, no vamos a agencias de viajes ni a circuitos turísticos", recalca Evaristo. Es el testimonio de unos viajeros al límite en la época del turismo masivo y teledirigido, que ellos rechazan aunque respeten que haya gente a la que le guste. Como ejemplo, una de sus últimas aventuras transalpinas por el centro de Europa. "Hay gente que va a Austria y visita las minas de sal porque están dentro del circuito turístico pero por ejemplo no conocen el Museo de Historia Natural", expresa Evaristo. "Nos aseguramos de conocer bien el lugar adónde vamos y estamos viajando desde el momento en el que empezamos a planificarlo".

Es la muestra de que el espíritu aventurero no solo se apodera de ellos varias veces al año, sino en el día a día. "No podemos estar más de un par de semanas en casa", reconoce el padre de familia, que después de patearse casi toda Europa no ha conocido la Sierra Norte de Sevilla hasta estas Navidades. "Estaba al lado de casa y no la conocíamos", dice entre risas. "Ya mismo estamos preparando un viaje de tres meses para este verano". Un trabajo colaborativo en el que participan ellos con sus hijos. "Yo me encargo de traducir las cosas", comenta Evaristo hijo. A su hermana Alba no le preocupa que la reconozcan ya por la calle. "La gente me mira y me saluda", comenta riéndose. Ni ante ellos ni ante sus compañeros de clase puede disimular su alegría de pertenecer a una familia cuya aspiración es conocer mundo y abrirse a nuevas experiencias. Sin embargo, no siempre las cosas salen como uno quiere.

El pasado verano, en uno de sus viajes centroeuropeos, tuvieron la mala suerte de quedarse "tirados" a unos pocos kilómetros de Praga. "¿Quién iba a pensar que nadie nos iba a ayudar?", se pregunta indignado Evaristo, que se lo toma de la mejor forma posible. La familia, que siempre vuelve por los medios en los que ha partido, tuvo que regresar de la República Checa sin su autocaravana, que sufrió una avería. En el país checo nadie les hacía caso, y no era cuestión de dominar el idioma. "Necesitábamos pedir un taxi, ofrecíamos el móvil y nadie quería llamar por nosotros", cuentan. Una mujer que vendía golosinas finalmente se encargó de hacerlo, pero la situación contrasta radicalmente con la que han vivido en otras partes del mundo. "En el sur de Marruecos tuvimos un problema con el coche y se ofrecieron inmediatamente a solucionarlo", recuerda. Allí, donde suelen "bajar" a menudo han disfrutado de experiencias en lugares con extrema necesidad donde, sin embargo, lo dan todo. "Ellos aprenden a valorar lo que tienen aquí", dice Evaristo en referencia a sus hijos.

Una hospitalidad que se conserva en cierto tipos de países en los que la solidaridad y la cooperación están más presentes, frente a la frialdad de Occidente. "Tampoco queremos pensar eso porque conocimos en Francia conocimos a un mecánico francés que nos arregló la autocaravana hace unos años, con el que conservamos todavía amistad y que se ofreció a arreglárnosla cuando estabamos en Praga", comenta sorprendido. "¡A tantos kilómetros de distancia".

La familia Morales Guzmán, que narra sus viajes en el blog 'Fotorruteando'.

La próxima aventura de la familia Morales Guzmán es el Cabo Norte, en el extremo septentrional del continente europeo. Un viaje, el de cruzar el círculo polar ártico, que por fin van a poder realizar. Pero no siempre conciliar la vida laboral y escolar con los viajes es posible. Evaristo, que trabaja de informático, puede compatibilizar su tiempo. Alba y Evaristo junior lo tienen algo más complicado con el colegio, pero siempre hay una solución. "Es posible viajar presentándose cada tres meses a hacer los exámenes en un Consulado", dice Virginia, que conoce de primera mano la situación, en previsión de lo que está por venir.

Una de las imágenes promocionales del proyecto 'Fotorruteando'

"¿El gran viaje? ¡América!", responde reflexivo Evaristo. "Queremos o bien el año que viene, cuando Alba termine la secundaria, o cuando termine Bachillerato", añade Virginia. La idea es dar el salto a América y continuar con sus aventuras allí. "Para ir a América, ver dos cosas y volverme, no voy", dice de forma rotunda Evaristo. Virginia piensa lo mismo: "Lo suyo es un año, y como mínimo seis meses". Para unos amigos suyos, la aventura es cosa de años. "Están cruzando desde Argentina a Alaska con un autobús-biblioteca". Viajar despacio y empapándose de los lugares y las personas en los tiempos de los likes, Twitter e Instagram. Unas redes sociales que precisamente utilizan para dar a conocer unas aventuras que divulgan en su blog fotorruteando porque en el fondo consideran que es algo al alcance de todos.

Sobre el autor:

Sebastián Chilla.

Sebastián Chilla

Jerez, 1992. Graduado en Historia por la Universidad de Sevilla. Máster de Profesorado en la Universidad de Granada. Periodista. Cuento historias y junto letras en lavozdelsur.es desde 2015. 

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