Jesús lleva 15 días en huelga de hambre y ocho años denunciando el "robo" de su puesto de trabajo

El ex empleado municipal del Ayuntamiento de Sevilla reclama la apertura de la bolsa de empleo caducada en 2012 para cubrir un puesto en el taller de impresión

Jesús Moreno, acostado en la hamaca instalada frente al Ayuntamiento de Sevilla.
Jesús Moreno, acostado en la hamaca instalada frente al Ayuntamiento de Sevilla.

En una hamaca reclinable, tapado con una manta y junto a un par de botellas de refresco —una para beber y otra usada como recipiente para orinar— pasa las horas y los días Jesús Moreno Naranjo. Ya lleva 15 de su particular cruzada, una huelga de hambre frente al Ayuntamiento de Sevilla, al que le acusa de haberle “robado” su puesto de trabajo como maestro de impresión municipal, según reza en la pancarta roja, con letras claras, que descansa junto a él. “No te voy a decir que estoy bien porque no lo estoy”, asegura al inicio de la conversación con lavozdelsur.es. La mayor parte del tiempo, cuenta, la pasa “tapado con la manta hasta la cabeza, porque no tengo ganas de ver a nadie”.

“Los primeros días fueron bastante tensos”, rememora Jesús, ya que tuvo varios enfrentamiento verbales con agentes policiales. “Empezaron a molestarme, a increparme, a amenazarme y a hostigarme para que me quitara”, dice. Pero siguió con su huelga. “La Constitución me ampara, tengo derecho a protestar y a ocupar la vía pública, porque mis derechos legítimos han sido vulnerados”, expone. Jesús Moreno Naranjo es impresor de profesión. Después de aprobar unas oposiciones para trabajar en el taller municipal en 2006, accedió al puesto. Su trayectoria profesional, más de 20 años de experiencia, la ha dedicado al sector de las artes gráficas. “Nunca he cambiado de gremio”.

Moreno Naranjo comenzó a trabajar como eventual en el taller de impresión del Ayuntamiento de Sevilla, pero denuncia que fue víctima de “acoso laboral”, ya que supuestamente el puesto quería ocuparlo una persona con influencias en el Consistorio. En la bolsa de trabajo para esta posición creada en julio de 2006 aparece en el segundo lugar, aunque se da la circunstancia de que la persona que ocupa el primero falleció hace unos años, por lo que de facto esa primera posición es suya. Jesús asegura que ha sido víctima del enchufismo del familiar de un sindicalista, al que le han asignado un puesto que le corresponde.

La bolsa de trabajo para maestro de impresión caducó a mediados de 2011, por lo que Jesús esperaba que lo llamaran para cubrir un puesto cuando se renovara. El Boletín Oficial de la Provincia (BOP) de Sevilla, de hecho, recogió el 27 de junio de 2012 que “este Ayuntamiento —el de Sevilla— tiene la urgente necesidad de formar una bolsa de trabajo para el puesto que se menciona —maestro de impresión—”. El artículo 26 del convenio colectivo para personal laboral del Consistorio recoge que “el Ayuntamiento podrá realizar las contrataciones temporales que establezca la legislación vigente; para las contrataciones temporales, se constituirán bolsas de empleo”. Y añade: “En caso de agotamiento de las anteriores bolsas de empleo se utilizará la fase de concurso de la referida oposición si la hubiere”. El Ayuntamiento resolvió la adjudicación de la plaza con una promoción interna que dejó a Jesús en la calle, en lugar de convocar oposiciones o de abrir una nueva bolsa de empleo.

Jesús Moreno, con la pancarta que lo acompaña, hace unos días.

Por todo ello, Jesús Moreno Naranjo entiende que se ha cometido una “discriminación para acceso a empleo público” que le ha perjudicado. “Me ponen un muro de contención para que no pueda acceder a mi puesto de trabajo”, denuncia en lavozdelsur.es. “Me veo discriminado”. Antes de esta larga lucha, que se prolonga ya ocho años, tenía una vida “bastante encarrilada”, con una situación económica desahogada, pero desde entonces se ha visto perjudicado su matrimonio, la relación con sus hijos y sus bienes. “De la noche a la mañana me vi inmerso en esta lucha infernal que me arruinó”, señala. Ahora vive con su madre y un hermano, aunque teme que se ejecute la amenaza de embargo que pesa sobre la vivienda. Casi una treintena de multas ha recibido por sus acciones reivindicativas, por lo que Hacienda le exige el pago de 12.000 euros.

“Hace una semana le llegó a mi madre la carta de Hacienda. Ella es pensionista y vive con dos hijos parados de larga duración —uno de ellos, Jesús—, se ha venido abajo y eso hizo que iniciara la huelga de hambre”, relata el ex trabajador municipal, que no cesará la acción hasta que lo atiendan o le den una solución. Moreno Naranjo acumula numerosas sanciones por sus continuas manifestaciones en la Plaza Nueva, donde se ubica el Ayuntamiento, donde ha protagonizado acciones con la Policía Local —tiene pendiente un juicio por atentado contra la autoridad tras agarrar de la pierna a un agente en un momento de tensión—, y performance para llamar la atención, como la vez que portó una cruz bajo un aguacero en plena Semana Santa, cuando se disfrazó de Rey Mago para llevarle carbón al alcalde o cuando simuló ser un cadáver dentro de un ataúd.

“Llevo en esta batalla más de ocho años. He mandado escritos a todos lados, al director de Recursos Humanos, al alcalde… Muy pocas me han contestado”, relata Moreno. Además, espera que el Ayuntamiento cumpla los deseos de un trabajador del taller de impresión, que solicitó su prejubilación el pasado mes de marzo, pero que sigue sin resolverse. “Me encuentro con posibilidades de poder entrar y que se me reconozca a través de la bolsa”, señala, “pero no sé a qué esperan”.

Jesús Moreno Naranjo solo espera tres cosas del Ayuntamiento y de las fuerzas del orden: “Que me respeten, que me quiten las multas y recuperar mi puesto de trabajo”. Hasta que no lo consiga pasará las horas frente al Consistorio, sin comer, sin apenas dormir —“estás en tensión las 24 horas, con mucho ruido”—, sin asearse y sin usar un baño —orina en una botella de plástico—. Allí permanecerá “hasta el final”. “Si me encuentro mal no sé lo que haré. Soy una persona con bastante aguante”, dice. De momento, “pienso en el momento”.

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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