Llover, lo que se dice llover, apenas fueron unas gotas. Pero la amenaza estaba en el cielo gris que presidió toda la jornada de Miércoles Santo. Esa incertidumbre, los malos partes meteorológicos, provocaron que hermandades como las Tres Caídas ni siquiera salieran, mientras que el resto de las cofradías que hacían estación de penitencia, Prendimiento, Amargura, Santa Marta, y Consuelo, se echaron en la calle y, posteriormente, se volvieron a sus templos. Mención aparte merecen los hermanos del Señor del Soberano Poder, que tras horas de recorrido hasta alcanzar la Carrera Oficial y la Catedral, regresaron a La Granja con un recorrido más corto entre la lluvia, llegando incluso a quitarle las potencias a la imagen titular del misterio y colocarle un chubasquero para que no se dañara su túnica.
Nervios e incertidumbre. FOTO: MANU GARCÍA
Carreras entre nazarenos. FOTO: MANU GARCÍA
Amenaza de lluvia en el cielo durante toda la jornada. FOTO: MANU GARCÍA
Nazarenos del Soberano Poder. FOTO: MANU GARCÍA
Acólitos ante el misterio del Traslado al Sepulcro. FOTO: MANU GARCÍA
Santa Marta en calle Francos. FOTO: MANU GARCÍA
Relevo bajo las trabajaderas. FOTO: MANU GARCÍA
Precipitada recogida del Prendimiento, en Santiago. FOTO: MANU GARCÍA
Nazarenos del Prendimiento. FOTO: MANU GARCÍA
Paraguas en Santiago. FOTO: MANU GARCÍA
La Victoria sirvió de refugio temporal a la hermandad de Santa Marta, que luego regresó a San Mateo. FOTO: Manu García
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