Procedentes de más de 140 países, Roma ha cogido el Jubileo de la Juventud un evento que reunió a cerca de un millón de jóvenes, según la organización, de los que más de siete mil acudieron de las diócesis andaluzas. Este gran encuentro fue convocado por el papa Francisco, que no ha podido vivirlo, presidiéndolo su sucesor León XIV. Este jubileo se enmarca en el Año Santo ordinario de la Iglesia que se abrió el 25 de diciembre de 2024 y finalizará el 6 de enero de 2026.
España tuvo una presencia importante, como suele ser habitual en estos encuentros, de alrededor de 23.000 jóvenes. Desde Andalucía, los peregrinos participan es superaron los 7.000, destacando la Archidiócesis de Sevilla con unas 5.000 personas.
Una semana histórica en los espacios más simbólicos de Roma
El Jubileo, que algunos definen como una versión espiritual y extendida de la Jornada Mundial de la Juventud, se celebró en algunos de los lugares más emblemáticos de Roma. La apertura tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, seguida por una jornada penitencial en el Circo Máximo, donde se administraron más de 28.000 confesiones con la ayuda de 1.000 sacerdotes.

El momento culminante llegó durante la vigilia del sábado y la misa final del domingo en el campus de Tor Vergata, en el que según cálculos oficiales concurrieron cerca de uno millón de jóvenes. Este campus fue también el lugar de acampada para la inmensa mayoría de los peregrinos. En paralelo, la ciudad fue adaptada para el evento con una logística imponente: más de 20.000 voluntarios, 2.700 aseos portátiles, clínicas móviles y seguridad reforzada con 4.000 agentes.
El mensaje del Papa: “Vosotros sois el signo de que otro mundo es posible”
Durante la vigilia, el Papa Leo XIV se dirigió a los jóvenes con un mensaje directo: “Elegid la amistad como fuerza revolucionaria del Evangelio”. En la misa de clausura, el Pontífice lamentó la muerte de dos peregrinos —uno de ellos español— y pidió oraciones por las víctimas de Gaza y Ucrania.
“No os resignéis a un mundo dividido ni a una Iglesia cerrada”, instó, ante una multitud que llenó por completo el inmenso campo de Tor Vergata. España envió oficialmente a 23.000 jóvenes al Jubileo, acompañados por cerca de 50 obispos, lo que la posicionó como el segundo país más numeroso detrás de Italia.
De Andalucía, la delegación sevillana, una de las más numerosas de toda España, integró a jóvenes de parroquias, hermandades, colegios y movimientos eclesiales. Desde Jerez, los casi 300 peregrinos participaron también en catequesis, vigilias y tareas de servicio. Desde Málaga, se inscribieron cerca de 170 jóvenes, que se integraron en grupos de parroquias y movimientos. En Córdoba, al menos 550 jóvenes se unieron a la peregrinación diocesana y se calcula que otros 500 lo hicieron a través de movimientos como el Camino Neocatecumenal. La Diócesis de Jaén envió más de 250 jóvenes el día del envío presidido por el obispo, integrándose en la experiencia global.
La Iglesia joven, hacia Seúl 2027
Concluido el Jubileo, muchas diócesis españolas ya han anunciado encuentros y actividades locales para prolongar el impulso espiritual vivido en Roma. El Vaticano ha confirmado, además, que la próxima Jornada Mundial de la Juventud será en Seúl (Corea del Sur) en 2027, con el foco puesto en la paz, la misión y la fraternidad.
El Jubileo de 2025 no solo ha movilizado a la juventud católica, sino que ha ofrecido una imagen renovada de la Iglesia: “dinámica, multicultural y profundamente comprometida con los grandes desafíos de nuestro tiempo”. Para el Vaticano, las conclusiones oficiales del Jubileo de la Juventud 2025 las centra en un “mensaje de esperanza, solidaridad con zonas de conflicto, impulso vocacional y misión universal”.


