A finales de enero, Emma, una niña de 12 años natural de Jérica (Castellón), empezó a sentirse mal. Sus padres la llevaron a urgencias hasta en tres ocasiones debido a los dolores abdominales, fiebre alta, vómitos y diarrea que padecía. En dos ocasiones fueron al centro de urgencias Viver, situado a tres kilómetros del pueblo donde reside la familia, y en otra ocasión al Hospital de Sagunto.
Los padres insistieron a los médicos en que tal vez podría tratarse de una apendicitis, ya que había varios precedentes en la familia vinculados a esta dolencia. Sin embargo, los facultativos que la trataron dieron entre los diagnósticos un posible virus o los síntomas de la primera menstruación.
En ninguna de las tres visitas a urgencias, a Emma la dejaron ingresada para hacerle más pruebas. "Ningún médico pensó en hacerle una analítica o una ecografía. Nuestra hija ha fallecido por eso. Son cosas que se hacen en dos minutos", lamenta amargamente el progenitor de la pequeña.
Emma cada día se iba sintiendo peor y, tras ocho días de enorme sufrimiento, ha acabado falleciendo. "Cada día se sentía más débil y enferma, pero ni en el centro de salud ni en el hospital hicieron nada", relata su padre.
Los progenitores van a presentar una denuncia contra la administración por negligencia médica. Desde la consejería de Sanidad de la Comunidad de Valencia han lamentado lo sucedido y han asegurado que van a "analizar todo lo que ha sucedido".
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